La trama oculta de la caída del general (R) Soto

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Doscientos 81 días bastaron para convencer al Presidente Piñera de que el hoy exgeneral director de Carabineros Hermes Soto no era el hombre por el que había apostado para superar la crisis de la policía uniformada. Según fuentes de La Moneda, el manejo de la muerte de Camilo Catrillanca evidenció que le faltó "carácter y método" para liderar una institución profundamente afectada.


Le voy a pedir la renuncia, dijo con tono firme el Presidente Sebastián Piñera al aún general director de Carabineros Hermes Soto. En el salón contiguo a la oficina del Mandatario -el jueves 20-, solo el ministro del Interior, Andrés Chadwick, fue testigo del momento en el que Piñera puso término a los 281 días del general al mando de la policía uniformada.

Y Soto replicó.

-Tengo 38 años de carrera, no he cometido ninguna falta y renunciar implicaría aceptar que lo he hecho. No quiero renunciar voluntariamente.

-¿Lo pensó bien?, preguntó el Mandatario.

-Sí, no se preocupe, Presidente, esto es parte de la vida, usted está ejerciendo una facultad.

En La Moneda -donde calificaron la reunión de 50 minutos como "franca y cordial"- aseguran que ese fue el tenor del diálogo entre el aún general director de Carabineros y Piñera, que marcó un nuevo punto de inflexión en la crisis desatada por la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca, el miércoles 14 de noviembre, por integrantes del Gope -hoy formalizados por homicidio y obstrucción a la investigación- y que ha tenido en vilo al gobierno.

Lo cierto es que el Mandatario no se sorprendió con las palabras del uniformado. Pocas horas antes, cuando Soto fue contactado por Chadwick a la reunión de esa tarde en La Moneda con el Presidente, el general deslizó que no estaba dispuesto a renunciar de manera voluntaria, lo que obligó al gobierno a poner en marcha un inédito mecanismo creado en 2005 para destituir a un general director de Carabineros: emitir un decreto presidencial que debía ser informado al Congreso.

El trámite forzó la convocatoria especial de la Cámara de Diputados y del Senado el viernes 21. Cerca de las 18.30 horas -casi 24 horas después de la decisión de Piñera-, la Contraloría tomó razón del decreto presidencial y se oficializó la salida de Soto de Carabineros.

El general se encontraba encabezando una ceremonia de egreso de la Escuela de Suboficiales en Concepción. "Me voy con tristeza y con orgullo por todos los logros en el Biobío", fueron sus últimas palabras, que terminaron con una ovación de sus ya exsubalternos.

El Presidente Piñera se tomó apenas minutos para anunciar al nuevo general director de Carabineros, Mario Rozas Córdova.

-No tengo reproches personales, ni morales, menos de otra naturaleza. Ha sido un buen general, había rematado el Presidente al término de su último encuentro con el general Soto el jueves 20.

Cercanos al uniformado explican que lo que pareció una "rebelión" buscó evitar que se sentara un precedente complicado para sus sucesores -en el entendido de blindar a la máxima autoridad de Carabineros ante un operativo policial que termine en la muerte de un civil- y no enfrentar a La Moneda.

En manos del ministro Chadwick quedaron las renuncias de otros 10 generales, entre ellos el subdirector de Carabineros, Álvaro Altamirano, y el jefe de Personal de la institución, Kurt Haarmman, a quienes se había señalado como potenciales cartas de sucesión de Soto.

En La Moneda aseguran que Piñera no quedó molesto con el ya exgeneral director, pero que le resultó incómodo no convencerlo de renunciar voluntariamente. "Yo no estoy peleado con él", ha dicho el Mandatario a personas que han conversado con él en estos días.

Las mismas fuentes aseguran que la decisión de Soto supuso un giro de lo manifestado por el mismo general el jueves 21 en la mañana cuando el ministro Chadwick lo llamó por teléfono para comunicarle que se había decidido su remoción del cargo.

-Conforme, habría sido la respuesta de Soto.

Tras la cita en La Moneda con el Presidente y Chadwick, el aún general director se reunió con el Alto Mando de Carabineros, a quienes les explicó que Piñera le solicitó la renuncia al cargo, pero que él se había negado a presentarla. En una suerte de arenga, Soto explicó que tenía responsabilidad sobre 60 mil hombres y sus actos como uniformados, y que no veía motivos para dimitir, ya que había actuado con rapidez dando de baja a los implicados en la muerte de Catrillanca y llamando a retiro a sus mandos superiores.

El general -sin embargo- no les comunicó que había llevado a La Moneda las cartas de renuncia de las 10 antigüedades que lo sucedían en el Alto Mando, un gesto que en Palacio fue bien evaluado, ya que les permitía tramitar las bajas que requería para producir un cambio generacional en la institución.

Los generales se enteraron al término de la cita, al ver por televisión la conferencia de prensa en la que el Mandatario hizo público que destituiría al jefe de los Carabineros.

Una decisión tomada

Cuando el miércoles 19 se filtraron las imágenes de dos nuevos videos grabados por el Gope que registraban nuevas escenas de la muerte de Catrillanca, muchos pensaron que la suerte de Soto al mando de Carabineros estaba sellada. Pero en La Moneda sostienen que la trayectoria del general ya se vislumbraba con fecha de término.

Así, fueron las consecuencias políticas de esa filtración que expusieron al ministro Chadwick a la posibilidad de una acusación constitucional las que aceleraron los planes.

En particular, en el Presidente Piñera se había acentuado la convicción de que el general director por el que apostó a principios de su mandato para superar la crisis en la que estaba sumergido Carabineros bajo el mando de Bruno Villalobos no era el adecuado.

La decepción del Mandatario era porque Soto había demostrado "no estar a cargo", que le mintieron en reiteradas ocasiones y que eso también es responsabilidad. En resumen, Piñera resentía la falta de "carácter y método" que -a su juicio- había evidenciado Soto tras la muerte de Catrillanca.

Ya a principios de diciembre -según reveló Reportajes- la continuidad del general director en el cargo había comenzado a ser puesta en duda. Y aunque no se verbalizó a Soto ese escenario, algo debe haber intuido el líder de los Carabineros como para sostener por esos mismos días un encuentro con el presidente de Imaginacción, Enrique Correa, para "conocer su opinión" sobre la situación institucional que atraviesa la policía uniformada, según la versión entregada por la empresa de lobby y comunicación estratégica.

La influencia del exministro en los episodios de las últimas horas protagonizados por Soto fueron tema. Cercanos a Correa señalaron que "hubo un contacto" con el hoy exgeneral director de Carabineros.

La tarde del miércoles 19 fue la última vez -antes del cara a cara con la solicitud de renuncia- que Piñera coincidió con Soto en la graduación de nuevos oficiales de Carabineros que se desarrolló en la escuela de la institución, en Providencia.

El rostro adusto del Mandatario, su trato frío con el aún general director y su decisión de retirarse apenas terminó la ceremonia fueron un mensaje claro: Piñera ya había decidido su remoción.

En el entorno presidencial señalaron que el Mandatario optó por ese trato para evitar entregar señales equívocas al propio Soto respecto de su continuidad en el cargo.

La mecha que enciende la crisis

"No tengo idea de qué video me está hablando". La información sorprendió al defensor penal público Patricio Salinas, el miércoles 19 por la mañana, cuando el jefe de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía de La Araucanía, Roberto Garrido, le contó que había aparecido un video de una cámara GoPro que portaba su, hasta entonces representado, el exsargento del Gope Patricio Sepúlveda, formalizado por obstrucción a la investigación en la muerte de Catrillanca.

El impacto fue mayor para Salinas cuando el fiscal le señaló que el registro captado por Sepúlveda había sido entregado hacía pocas horas, pero por el abogado de otro de los imputados por el homicidio del comunero mapuche.

El lunes 17, Javier Jara, el representante de Raúl Avila, el ex Gope que dijo haber eliminado la tarjeta de memoria de su cámara que registró el procedimiento, llamó al Ministerio Público para notificarles que tenía en su poder un nuevo video que mostraba los momentos exactos en que los uniformados dispararon al tractor que manejaba Catrillanca y le dieron muerte. La liberación de los antecedentes se realizó en la antesala de la ceremonia de graduación de los oficiales de Carabineros, la más importante del año para la institución.

El abogado -quien además representa en el caso Huracán al exjefe de Inteligencia de Carabineros en La Araucanía Patricio Marín- hizo llegar el registro, según se notificó a otros intervinientes del caso, el miércoles 19, a las 4.00 AM, a través de un link en que el video estaba alojado en una "nube" virtual.

Salinas abandonó la defensa de Sepúlveda esa misma mañana, justo cuando éste debía declarar ante el fiscal Garrido, por lo que el ex Gope llegó acompañado de un abogado del estudio de Jara.

Cercanos al exsargento aseguraron que este entregó las imágenes mientras estaba en prisión preventiva en la Segunda Comisaría de Temuco.

Quienes conocen la investigación sostienen que la aparición del registro complicará a Ávila, pues en él se ve al suboficial encima del menor M.P.C. (15), quien estaba ese día con Catrillanca, y el cual acusa haber recibido apremios por parte del exsargento que lo detuvo. A ello se agrega que Ávila aseguró en su primera declaración que había disparado a una zona segura y el video evidencia que sus disparos y los de Carlos Alarcón fueron directo al tractor. El exsuboficial -de hecho- arriesga una nueva formalización, esta vez por apremios ilegítimos.

La fiscalía, en tanto, incautó desde la casa de Jara el registro original del video.

Contactado por Reportajes, el abogado señaló que "un imputado puede tener más de un abogado en quien confiar su defensa, si bien lo ideal es que estén conformando un solo equipo, a veces ello no ocurre". Sobre el porqué retuvo tantos días el video y sólo lo liberó esta semana, sostuvo que fue un acuerdo con su representado y descartó incompatibilidad entre la defensa de Sepúlveda y Ávila.

La apuesta de La Moneda

Además del costo personal que significó para Piñera poner término anticipado al mandato de Soto -su nominación fue una de las primeras decisiones tras su desembarco en La Moneda-, la determinación generó fuertes reparos internos en el oficialismo.

El exgeneral director mantenía una cercana relación con la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, y el timonel de RN, Mario Desbordes, quienes no escatimaron gestiones en favor de su continuidad.

El miércoles 19 en la noche, ambos se comunicaron con el ministro del Interior y le pidieron evitar la petición de renuncia del hoy exgeneral. Desbordes, incluso, coincidió con él en la ceremonia de graduación de nuevos oficiales de Carabineros, donde Soto se quejó de la injusticia de su situación.

Al día siguiente, cuando la salida del general director era inminente, los dos timoneles de los partidos oficialistas llamaron directamente al uniformado para entregarle su respaldo.

Piñera -en todo caso- ya había internalizado el costo más íntimo de su decisión y comenzó a poner el acento en una reestructuración profunda de Carabineros, una de corte generacional, que busca poner término a la crisis sin final que parece amenazar a la policía uniformada. Para ello, además, La Moneda buscará un nuevo acuerdo con la oposición para acelerar las reformas ad hoc.

"Vamos a conversar muy largamente, porque hemos trabajado en las reformas que Carabineros requiere y los cambios de procedimientos, de actitudes, para que recupere el cariño, la gratitud, el aprecio de todos y, además, para que cumpla mejor sus importantes funciones. Esperamos que usted sea el hombre que nos ayude a liderar ese cambio", le dijo el Mandatario al sucesor de Soto en La Moneda.

"Lo haremos, Presidente", respondió Rozas. "Me comprometo y nos enfocamos ahora en la solución", remató.

Lo que se ha establecido en un mes de investigación:

Hubo robo y declararon las cuatro profesoras

En el expediente de la investigación que lleva adelante el fiscal de Collipulli, Enrique Vásquez, está la declaración de las cuatro profesoras de la Escuela Particular N°22 Santa Rosa de la Comunidad Ancapi Ñancucheo, donde ratifican lo que antes habían señalado en los partes policiales y dan más detalles del 14 de noviembre.

Las cuatro entregan la misma versión: que decidieron irse juntas porque el día anterior había cortes de camino y que tras unos 500 o 600 metros se encontraron con un tronco que les impidió avanzar. Cuando una de ellas iba a descender del  vehículo aparecieron dos personas "con rostro cubierto". Uno de ellos "portaba una escopeta", y "se paró frente al auto y comenzó a gritar 'bájate del auto con...'.

Las docentes que iban más atrás describen a otros partícipes del asalto. En el primer vehículo iban dos profesoras, en el segundo, marca Great Wall, iba M.M. -también docente- junto a su hija y sobrino (de ocho y nueve años), mientras que en el tercer auto, Nissan, iba la parvularia K.S. Les exigieron que se tiraran al suelo y huyeron.

Autor de "llamada anónima"

Una de las profesoras describe a uno de los agresores: "De contextura delgada, de 1.70 metros de altura, de tez morena pálido y joven, esto lo pude ver porque por los agujeros se le veía parte de sus pómulos en donde se veía un rostro joven con espinillas, además por su voz". Pese a que le gritaban que por qué les hacían esto si estaban con niños, los individuos escaparon en los autos. "El que atacó a la tía I.F. se acercó al auto y gritó: ¡Vamos! Se sube y se lo lleva", dijo. Otra profesora agregó que "comencé a llamar a Carabineros y no me pude contactar (...). Llamé a mi marido y le cuento lo que había pasado, intento llamar nuevamente al 133 y me logro contactar, les conté lo que había pasado y ellos me señalan que iban en camino". ¿Por qué la policía ya estaba alertada? Otro funcionario de la escuela -F.S.- se había topado en el camino con los individuos y los autos de las profesoras y había llamado. Esa fue la "llamada anónima" que generó suspicacias en los primeros días, pero que rápidamente se identificó. Por la premura, el funcionario de la escuela no dijo su nombre y en el parte quedó como N.N., pero su teléfono correspondía a él.

No hubo fuego cruzado, pero sí disparos en la tarde

La Fiscalía de La Araucanía estableció en la formalización de quienes tienen calidad de autores del homicidio de Camilo Catrillanca que nunca hubo un enfrentamiento que justificara el uso de los fusiles de los exsargentos Carlos Alarcón y Raúl Ávila en contra del tractor en que viajaban el comunero y el adolescente M.P.C.

Esta semana se recordó en redes sociales una entrevista en que el senador Felipe Kast sostenía que había visto imágenes de cómo habían quedado los vehículos de los policías tras la muerte de Catrillanca.

Lo que se ha establecido hasta el momento en la investigación es que entre la hora de ingreso a Temucuicui y cuando disparan los Gope no hubo "fuego cruzado". Sin embargo, tanto en imágenes de los carros de Fuerzas Especiales y el registro de comunicaciones radiales se evidencia que una hora después, cuando aún la policía custodiaba el tractor, cerca de las 18 horas, desde los arbustos hay disparos de desconocidos contra los uniformados. Hay vainillas en el tramo de calibre 7,62 distinto al utilizado por la policía, y balas incrustadas en los vehículos.

Herida mortal: no podría haber sido atendido

Gran impacto generó esta semana que Ciper revelara las imágenes de los oficiales de Fuerzas Especiales que llegaron luego de que los Gope_dispararan al tractor en el que viajaba Catrillanca, quien yacía agónico. Para algunos eran parte de  imágenes ocultas que aparecían en esta indagatoria, sin embargo, dichos registros fueron entregados por Carabineros a la fiscalía el mismo día de la muerte del comunero. También fueron exhibidos en la audiencia de formalización del 30 de noviembre, pero no en su totalidad, pues la fiscalía decidió no emitirlo  para evitar que la familia de la víctima -presente en el tribunal- viera imágenes sensibles de su pariente y porque  la audiencia estaba siendo transmitida por el canal de TV del Poder Judicial.

Se ha establecido en la investigación por peritos del Servicio Médico Legal y de la PDI que la herida en la nuca de Catrillanca fue mortal, y que lo más probable es que falleciera en el lugar. Por tanto, ninguna atención médica inmediata habría salvado su vida, descartándose que la demora de  su traslado a un centro de atención pudiera haber tenido un desenlace distinto.

ADN y huellas en los autos incautados

M.P.C., el adolescente de 15 años que acompañaba a Camilo Catrillanca, fue detenido y -antes de que se aclararan los hechos en Temucuicui- fue formalizado por receptación. Tiene calidad de imputado en la causa por el robo de vehículos de las profesoras de la comunidad Ancapi Ñancucheo. Hasta el día de hoy esta situación judicial del adolescente no ha cambiado. Pese a que la defensora de la niñez, Patricia Muñoz, denunció ante el fiscal regional de La Araucanía, Cristián Paredes, una formalización arbitraria.

Para el Ministerio Público fue vital separar las causas penales. Por un lado, Enrique Vásquez investiga el robo y por el otro el fiscal Roberto Garrido, el crimen de Camilo Catrillanca. En la primera causa se está a la espera de diligencias vitales, cuyo resultado determinará el futuro procesal de M.P.C. En especial se esperan los resultados de un cotejo de ADN_encontrado en los autos que fueron incautados ese mismo día en Temucuicui y también huellas dactilares al interior de los vehículos que no corresponden ni a las profesoras ni a los dos niños que viajaban al interior el 14 de noviembre.

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