Sorprendente hallazgo en Marte: Descubren la mayor evidencia sobre antiguas ondas de agua

Superficie de Marte. El planeta se encuentra a millones de km de la Tierra.

El rover Curiosity de la NASA exploró el terreno y encontró rocas con patrones de características muy peculiares. El astrónomo de la Universidad Autónoma, Juan Carlos Beamin, comenta sobre esto y del futuro de los humanos en Marte.


El rover Curiosity de la Nasa descubrió la evidencia más clara hasta el momento sobre las antiguas ondas de agua que se formaron en los lagos de Marte. El hallazgo consiste en rocas con textura ondulada, a propósito de olas en la superficie de un lago poco profundo que, hace miles de millones de años, agitaron los sedimentos en el fondo de esta fuente de agua.

En el Jet Propulsion Laboratory de la Nasa, el científico del proyecto Curiosity, Ashwin Vasavada, expuso que esta fue la mejor evidencia de agua y olas que han tenido en toda la misión. “Subimos a través de miles de pies de depósitos lacustres y nunca vimos evidencia como esta, y ahora la encontramos en un lugar que esperábamos que estuviera seco”, asegura.

La Nasa cuenta con un mapa interactivo que muestra la ruta del rover Curiosity.

Mapa interactivo del rover Curiosity.

Este lugar es el Monte Sharp, una montaña de cinco kilómetros de altura que, suponen, alguna vez estuvo rodeado de depósitos de agua -como lagos y arroyos- que habrían proporcionado un entorno para la vida microbiana, según explica el sitio Mars Exploration de la Nasa.

“A medida que el rover asciende, avanza a lo largo de una línea de tiempo marciana”, señalan en relación al recorrido del vehículo espacial, puesto que la montaña se forma por capas; en la parte inferior del monte está la más antigua y en la superior la más joven. La exploración permite a los expertos estudiar cómo evolucionaron las condiciones climáticas y acuosas del planeta rojo, que pasó de tener un estado antiguo similar al de la tierra, a ser el desierto helado de la actualidad.

El astrónomo de la Universidad Autónoma, Juan Carlos Beamin, señala que toda la evidencia apunta a que en Marte hubo agua “fluyendo en ríos y lagos de la superficie hace unos 3.500 millones de años”. Además, alude a los polos de hielo como otra de las pruebas irrefutables de que en el planeta rojo hay pruebas de la sustancia. “Se han detectado especies de pantanos a una profundidad de unos 10 kilómetros bajo la superficie marciana”, añade.

Las rocas con textura ondulada

El rover descubrió las rocas onduladas en una capa delgada y oscura denominada Marker Band. Estas se caracterizan patrones en su espaciado y espesor. Los científicos aún no están del todo seguros de qué fue lo que causó las formas, pero podrían explicarse por los ciclos climáticos como tormentas de polvo.

Patrones repetitivos en las rocas del Marker Band. Foto de la Nasa.

No se habían visto rocas onduladas de estas características, son tan duras que el astromóvil ni siquiera pudo extraer muestras. Esta semana estará a la búsqueda de otros sectores más blandos donde perforar, pero desde la Nasa advierten que no es la primera vez que esto ocurre y que hay otros sitios por explorar.

La más reciente evidencia de agua

De acuerdo a los registros de la agencia aeroespacial, la más reciente evidencia de agua antigua en Marte es el Gediz Vallis, un valle esculpido por el viento que más allá del Marker Band. “Se cree que un pequeño río erosionó un canal que lo atraviesa y que comienza más arriba en Monte Sharp”, describen. Se cree que ahí ocurrieron deslizamientos húmedos que enviaron rocas y escombros del tamaño de un automóvil a los pies del valle. Estos serían una de las características más recientes del monte, pues se encuentras sobre las demás capas.

El rover detectó en dos oportunidades los escombros y rocas hace un año, pero fue a la distancia. Esperan que se presente la oportunidad de verlos más de cerca.

Gediz Vallis. Foto de la Nasa.

“Las ondas de las olas, los flujos de escombros y las capas rítmicas nos dicen que la historia de húmedo a seco en Marte no fue simple”, sostuvo Vasavada. “El antiguo clima de Marte tenía una complejidad maravillosa, muy parecida a la de la Tierra”, agrega.

Beamin, que también es comunicador científico, no está tan seguro de que el hallazgo del Curiosity se trate de la evidencia más clara hasta el momento, pero, en definitiva, hay algo completamente nuevo: “Es primera vez que se detecta oleaje en el pasado marciano. Como ocurre en los lagos de la tierra, vemos rocas que se han trasladado desde las partes más altas hasta las zonas más profundas, debido al movimiento del agua”, indica.

Añade que es interesante analizar un sitio como el fondo o un lecho de un lago porque “podría ser un lugar donde hubo vida, pero eso que hay que comprobarlo”. Al respecto, el astrónomo aclara que “agua” y “vida” son conceptos que no van de la mano. Según se piensa el agua sería solo un ingrediente de la vida, por lo que no podría determinarse con eso.

Ante la pregunta por los humanos en el planeta rojo, la respuesta es casi tan evidente como el descubrimiento de las rocas onduladas y el oleaje. “No es como ir a la luna, una misión a Marte requiere de dos años y las probabilidades de tragedia son muy altas” explica Beamin. Desde el punto de vista técnico y tecnológico habría mucho que solucionar, también en materias como la alimentación, seguridad, la radiación y salud mental de los astronautas.

“Por el momento, Marte permanece un poco lejano para la exploración humana”, finaliza.

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