Nueva evidencia sugiere que el coronavirus saltó de los animales a los humanos varias veces

Un investigador del Instituto Pasteur manipula un murciéalago Cambodia. Foto: Reuters

La investigación descarta la tesis de una fuga desde el laboratorio de Wuhan, y en cambio, impulsa la teoría de un origen zoonótico del Covid-19.


El origen del virus Sars-CoV-2, que ha causado la pandemia de Covid-19, ha sido objeto de acalorados debates.

Este debate ha provocado dificultades sustanciales en la relación Australia-China, con un llamado de la ministra de Relaciones Exteriores Marise Payne para que se realice otra investigación sobre su origen lo que fue considerado como un acto hostil por China.

Lo que no está en duda es que los parientes más cercanos del virus se encuentran en los murciélagos. Cómo, dónde y cuándo el virus se propagó a los humanos es el tema polémico.

Una hipótesis ampliamente apoyada es que el desbordamiento ocurrió en los “mercados húmedos” de Wuhan, donde muchas especies de vida silvestre de toda China se mantienen en condiciones de hacinamiento.

Un vendedor en el mercado de Wuhan. Foto: AFP

Sin embargo, no hay evidencia de que las especies de murciélagos en las que se encuentran los parientes más cercanos del Sars-CoV-2 se vendieron a través de los mercados húmedos de Wuhan en ningún momento durante los dos años anteriores a la pandemia. Esta hipótesis requiere la existencia de un “huésped puente”, otra especie que se infecta a través de la propagación de los huéspedes murciélagos originales, y luego pasa el virus a los humanos.

Los huéspedes puente son bien conocidos en muchas enfermedades humanas emergentes. Por ejemplo, el virus Hendra, que mi grupo estudia, tiene zorros voladores como reservorio. Hendra llega a los caballos con cierta frecuencia. Luego, los caballos amplifican el virus como huésped puente y pueden infectar a los humanos.

Afortunadamente, esto es extremadamente raro, con solo siete casos conocidos. Trágicamente, cuatro de esas personas murieron. Nunca se ha sabido que Hendra se transmita directamente de los zorros voladores a los humanos.

La poco probable fuga de laboratorio

Una segunda hipótesis, mucho más polémica, es que el origen de la pandemia fue el resultado de una “fuga de laboratorio”.

Wuhan tiene uno de los laboratorios virológicos más sofisticados de China, y el laboratorio trabaja con virus de murciélagos. La sugerencia es que el virus puede haber sido liberado inadvertidamente a la comunidad en general a través de uno de los trabajadores. No hay evidencia directa que apoye esta hipótesis.

El Instituto de Virología de Wuhan, donde algunos sospechan se fugó el Sars-CoV-2 originando la actual pandemia. Foto: AFP

Un nuevo estudio aún no impreso, pero publicado en línea este mes, proporciona pruebas sólidas para respaldar la hipótesis del “derrame natural”, con resultados que son difíciles de conciliar con la hipótesis de la “fuga de laboratorio”.

El estudio aún no ha sido revisado por pares, pero se basa en un examen detallado de las secuencias genéticas de dos linajes tempranos obtenidos de personas infectadas a finales de 2019 y principios de 2020.

Por conveniencia, estos dos linajes se denominan A y B. Los dos linajes difieren en solo dos nucleótidos (letras en el código genético) en dos sitios clave diferentes en la secuencia genética.

Si hubo un solo evento de escape del laboratorio, la separación en los linajes A y B debe haber ocurrido después del escape del laboratorio. Por lo tanto, esperaríamos ver un número sustancial de linajes intermedios, con el nucleótido del linaje A en un sitio y el nucleótido del linaje B en el otro sitio.

Sin embargo, si casi todas las secuencias genéticas obtenidas de humanos son de linaje A “puro” o de linaje B puro, esto sugiere que hubo al menos dos eventos de desbordamiento diferentes, ya sea directamente de murciélagos o vía huéspedes puente.

Y la evolución de los dos linajes ocurrió antes de que los humanos fueran infectados.

Foto: AP

Los investigadores descargaron todas las secuencias genéticas completas para el Sars-CoV-2 que se habían alojado en una base de datos genómica ampliamente utilizada. De estas secuencias, 369 eran del linaje A, 1297 eran del linaje B y solo 38 eran intermedias.

* Hamish McCallum, director del Centro de Salud Planetaria y Seguridad Alimentaria, Universidad Griffith

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