Las vacunas contra Covid-19 que no funcionaron: los prometedores prototipos que fueron abandonados

No todas las investigaciones llegan a buen puerto, dos ejemplos de fracaso: una investigación francesa y otra australiana. ¿Qué se hace cuando la apuesta no funciona?


Según los registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la fecha existen 79 vacunas contra el Sars-CoV-2 que están en etapa clínica probándose en humanos y 182 vacunas en desarrollo que están en etapa preclínica (laboratorio o modelo animal).

En total, 260 investigaciones contra el virus que provoca Covid-19, tienen la posibilidad de convertirse en una vacuna aprobada, tal como las siete vacunas hoy aprobadas para su uso de emergencia en esta pandemia.

Pese a este elevado número de investigaciones, no todas lograrán ver la luz. Le ocurrió a la vacuna que se desarrollaba en Australia y que por sus rápidos avances y eficacia demostrada en los estudios previos había despertado el interés de la comunidad científica y médica a nivel mundial.

La vacuna que desarrollaban en conjunto la compañía australiana CSL y la Universidad de Queensland (UQ) era más que prometedora, pero debió abandonar la investigación en diciembre del año pasado.

¿La razón? Las personas que eran inoculadas con esta vacuna, marcaban como falso positivo en los test de VIH, sin estar contagiados con esta enfermedad. Dicho de otra forma, no estaban enfermos de VIH, tampoco tenían el virus activo en su organismo, pero en los exámenes sí aparecían como positivos.

Todo ocurrió cuando la vacuna estaba en los estudios clínicos y se mostraba muy eficaz en la producción de anticuerpos contra Covid-19. El problema es que también generaba anticuerpos contra el VIH en algunos receptores y como los investigadores no pudieron arreglar esa falla en forma rápida, se decidió abandonar.

Brendan Murphy, secretario del Departamento de Salud de Australia, declaró en esa oportunidad: “Es probable que funcionara. Pero sabíamos que no queríamos tener ningún problema con la confianza, y esta prueba de falso positivo puede haber causado cierta confusión y falta de confianza”.

Alexis Kalergis, académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) y director general del ensayo de Sinovac Biotech que se realizan en el país, señala que “en el desarrollo de cualquier nuevo medicamento o vacuna, se deben superar varios hitos tecnológicos, muchos de éstos considerados de alta complejidad”.

Lo primero es realizar y validar un diseño de vacuna, que deben ser evaluados en estudios preclínicos. Una vez aprobados éstos, la formulación de acuerdo a las buenas prácticas de manufactura impone dificultades adicionales y “una de ellas es la posible pérdida de las propiedades de la vacuna o medicamento”.

La etapa que sigue son los ensayos clínicos de seguridad y de inmunogenicidad, fase 1 y 2, respectivamente, lo que imponen nuevas dificultades al desarrollo de la vacuna. Con todas estas etapas aprobadas, viene ahora los estudios de eficacia en fase 3, en decenas de miles de sujetos. “La prueba de fuego para la vacuna corresponde a las evaluaciones de efectividad poblacional, en las que se comprueba su capacidad de disminuir la incidencia de la enfermedad o la reducción de los casos graves en grandes grupos humanos”, indica Kalergis.

Fracaso francés

Pero la vacuna australiana no es la única que ha quedado en el camino. También ocurrió con otro desarrollo en el que trabajaba la farmacéutica Merck (MSD fuera  de los Estados Unidos y Canadá) y el Instituto Pasteur, en Francia. ¿Motivo? La eficacia no era la esperada y solo ofrecía un nivel de anticuerpos un poco menor a los que dejaba la infección.

La investigación que estaba basada en el virus del sarampión, se frenó cuando aún estaban en los ensayos de fase 1 que se había iniciado en agosto del año pasado. En todo caso, la vacuna era bien tolerada, pero claramente, la respuesta inmunitaria inducida no era la esperada.

Nicolás Muena, investigador de la Fundación Ciencia Y Vida, dice que las vacunas que se quedan en el camino pueden no ser buenas vacunas porque no fueron aprobadas o porque no cumplían con los requisitos mínimos, pero también hay casos como los dos anteriores en que no se rechazó por problemas de seguridad ni efectos adversos. En el caso de la vacuna australiana, esta tenía una alta inducción de anticuerpos pero falsos positivos de VIH que generaba, hizo que no fuera aceptada por las autoridades.

Para César Bustos, infectólogo Clínica Universidad de los Andes, las vacunas como tradicionalmente las conocemos, requieren un largo proceso que puede durar 7 o 10 años cuando se comienza desde cero y es esperable que muchas vacunas y también fármacos no lleguen al final de la investigación.

“Pueden tener buenas respuestas en el laboratorio pero cuando se lleva al modelo animal no funciona igual. O pueden ir bien en esta etapa pero no son tan eficaces en los humanos. Lo que hemos vivido en esta pandemia ha sido una revolución porque hemos grandes avances con tecnologías nuevas y otras que ya se venían usando y estaban un poco más avanzadas pero con otros virus”, dice Bustos.

La vacuna que desarrollo la farmacéutica Pfizer y BioNTech (empresa biotecnológica alemana), es un ejemplo de reutilización. Desde el año 2018 venían trabajando en un vacuna contra el virus de la influenza y es esta misma base la que utilizaron para el desarrollo de una vacuna contra el virus causante de Covid-19 en su vacuna de ARN mensajero (ARNm).

La vacuna que está siendo probada en el sur del país es otro ejemplo de reciclaje. La vacuna del consorcio chino canadiense CanSino Biologics, que lidera el Fernando Lanas, académico de la Universidad La Frontera de Temuco, utiliza un modelo de adenovirus que ya se utilizó en el desarrollo de una vacuna contra el virus Ébola.

“Las vacunas que quedan en el camino, pueden servir para el desarrollo de otras vacunas o para ser dianas específicas de otros organismos que todavía no entendemos del todo para ser contraatacado. La investigación no solo es exitosa cuando obtienes resultados positivos, la investigación exitosa es aquella que produce datos científicos duros y reproducibles y cuando esa investigación puede ser usada por otros científicos”, insiste Bustos. Incluso, agrega, quienes invierten en este tipo de estudios, saben que no siempre recibirán retribución inmediata de la investigación, la gran mayoría de fármacos y vacunas, no logra ver la luz.

La reinvención

La colaboración entre Merck y el Instituto Pasteur para el desarrollo de la vacuna que quedó en fase 1, está teniendo hoy buenos resultado.

¿Cómo es posible? “Merck es una empresa de laboratorio súper potente, con muchos laboratorios disponibles y que hoy no está utilizando, podría comenzar a fabricar otras vacunas de las que ya están aprobadas y así apoyar a los laboratorios en la manufactura. Hoy se necesita que ojalá todos los laboratorios que tengan la capacidad de manufactura, que estén aprobadas y tengan buena prácticas, estén produciendo vacunas aunque no sea la de ellos”, dice Muena.

FOTO: AP

Según el investigador lo que estamos viviendo es una crisis global y se requieren muchas vacunas.

Y algo de esto ya está ocurriendo. Esta semana se supo que Merck ayudará a fabricar la vacuna de la farmacéutica Janssen (laboratorio de Johnson & Johnson). La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, calificó este hecho como un “paso histórico sin precedentes”, considerando que las dos compañías normalmente son competidoras.

En esta nueva alianza, Merck producirá la sustancia farmacológica, llenará los frascos y los preparará para su distribución.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.