Lanzan pionero Observatorio de Cambio Climático en la Antártica

El objetivo es aprovechar las ventajas que posee Chile, y potenciarlo técnica y científicamente. Se instalará progresivamente cinco estaciones meteorológicas automáticas y dos estaciones de monitoreo sísmico.


Hoy el presidente Sebastián Piñera, junto al canciller Andrés Allamand, anunció la creación de una red de monitoreo para el cambio climático con sede en la Antártica.

Se trata de cinco sensores instalados en puntos estratégicos, que permitirán monitorear aspectos como el nivel de los deshielos, de los océanos y cambios en la temperatura, entre otros.

Con este último anuncio, se lanza formalmente el Observatorio de Cambio Climático, y de paso, se establece una base de datos científica que servirá, tanto para Chile, como para el resto del mundo. Chile hoy es considerado el mayor gradiente latitudinal del mundo para estudios de cambio climático (abarcando más de 8.000 kilómetros).

El proyecto se dividirá en tres etapas. La primera comienza en 2021, con la instalación de cinco sensores en en el territorio antártico, uno en el glaciar Unión (el más cercano al Polo Sur), mientras que los otros en las bases Carvajal, Yelcho, Frei y Profesor Julio Escudero. Además, el establecimiento de una gobernanza para la red de sensores a nivel nacional.

A través del proyecto liderado por el Ministerio de Ciencia y el Instituto Antártico Chileno (Inach) del Ministerio de Relaciones Exteriores, se instalará una red de sensores multiparamétricos que tendrá como eje las bases antárticas de nuestro país a lo largo de la península, hasta el glaciar Unión.

“Este proyecto nos permitirá generar una red que permita palpar el avance del cambio climático y donde este observatorio no solo estará al servicio de Chile, sino que al servicio del mundo”, señaló el mandatario.

Andrés Allamand explicó que se trata de un proyecto pionero en su tipo. “Estará abierto al mundo y la comunidad internacional, y representa un aporte significativo de Chile a la lucha contra el cambio climático”.

Esta determinación pone en valor al continente blanco, y permite recordar que es uno de los reguladores más importantes de la Tierra y un potente modulador climático, incluso en una escala de millones de años.

El ministro de Ciencia, Andrés Couve estableció que “el futuro sustentable se construye desde Chile. Esa necesidad ha sido planteada por la comunidad internacional y por nuestra comunidad científica, y es más que nunca necesaria, la observación y evidencia científica para decisiones climáticas”.

Por eso impulsaremos el Observatorio de Cambio Climático, “que permitirá disponibilizar datos climáticos con estándares interoperables; implementar una red de sensores en las bases antárticas y avanzar hacia una red integrada de sensores y datos con la ayuda de instituciones públicas, privadas y académicas”, señaló Couve.

Además, influye en la productividad de los océanos y en la existencia del desierto más seco del mundo en el norte de Chile, y es una fuente potencial de respuestas biotecnológicas a problemas que actualmente enfrenta la humanidad, y reservorio de una biodiversidad única y una de las últimas fuentes masivas de proteína animal.

El observatorio “aprovechará las ventajas de nuestro planeta —y que Chile posee— para estar al tanto de algo que es sumamente necesario y urgente como es dar respuesta a nuestro compromiso permanente contra el cambio climático”, explicó Allamand.

Base Frei en la Antártica (Foto: INACH)

A nivel técnico, se instalará un laboratorio de datos, plataforma que reúna y abra los datos de observación relevantes para el cambio climático, incluyendo datos prioritarios para el monitoreo, garantías de continuidad en la disponibilidad de los datos, adecuación de los datos y metadatos a estándares internacionales interoperables y la provisión de recursos computacionales para la elaboración de análisis y soluciones basadas en evidencia.

La instalación progresiva de las estaciones, será durante los siguientes tres veranos y el posterior mantenimiento, calibración y reparación durante los posteriores siete años.

Los costos anuales de instalación se estiman en $605 millones de pesos, considerando $136 millones en estaciones meteorológicas, $70 millones en estaciones sismológicas, $31 millones en equipo profesional, $368 millones en logística (arriendo de medios de transporte). El valor total de instalación asciende a $1.815 millones de pesos, en los primeros tres años, mientras que el costo del programa a 10 años es de $4.755 millones de pesos.

En 2020 se adjudicaron por concepto de fondos ANID, $1.535 millones a instrumentos de observación de la Tierra, estimándose pertinente para lograr este fortalecimiento un aumento de 25% ($3.830 millones en 10 años).

El desarrollo de la primera etapa de este proyecto permitiría a Chile poder integrar en una red la capacidad nacional en materia de sensores para la observación del cambio climático, y entregar una estructura y gobernanza que permita su interoperabilidad, la estandarización de datos y su apertura a las instituciones públicas, privadas e internacionales a efectos que puedan dar un uso adecuado y suficiente a estos datos.

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