De los jammers de Bukele a escáner de precisión: así funcionan los bloqueos de celulares en cárceles

De los jammers de Bukele a escáner de precisión: así funcionan los bloqueos de celulares en cárceles

La nueva tecnología implementada en tres cárceles del país es usada también en recintos de máxima seguridad en Estados Unidos, Reino Unido y Colombia.


A partir del 19 de marzo, tres cárceles chilenas implementaron un nuevo sistema para bloquear señales de teléfono que provengan de los recintos penitenciarios. Se espera que durante 2024, esta medida sea utilizada en un total de 14 cárceles en todo el país, beneficiando a las ciudades de Santiago, Arica, Copiapó, Valparaíso, Temuco, Valdivia y Puerto Montt.

Si bien los protocolos de visitas y entrega de implementos a personas privadas de libertad son estrictos, aún así los teléfonos son ingresados de manera ilegal a las cárceles. De hecho, en el último operativo de inspección antes de implementar esta nueva tecnología, fueron incautados más de 300 teléfonos en el recinto Santiago 1.

Imagen de referencia.

De los jammers de Bukele a escáner de precisión: así funcionan los sistemas de bloqueo de celulares en cárceles

De acuerdo a Thierry De Saint Pierre, experto en Transformación Digital y docente de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño (FIAD) de la Universidad San Sebastián, esta tecnología es ocupada también algunas de las cárceles más efectivas de Reino Unido y Estados Unidos, así como en recintos de alta seguridad de Brasil, México y Colombia.

Chile ha tenido un historial de intentos fallidos en usar tecnologías que inhiben frecuencias en las cárceles, pero ninguna se ha mantenido en el tiempo. Por ello, implementar esta nueva técnica de bloqueo de señales “era más que necesario”, explica el académico.

El bloqueo de señales telefónicas se realiza con dispositivos “que producen la interferencia de una comunicación, con el fin de evitar el intercambio de datos”, explica un informe hecho para la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputadas y Diputados.

Los inhibidores de frecuencias fueron claves durante la Segunda Guerra Mundial, como una manera de interrumpir las comunicaciones por radio de los países enemigos. Sin embargo, la teoría científica sobre el bloqueo de ondas comenzó a ser estudiada desde 1836 por el científico británico Michael Faraday, en el famoso experimento de la jaula de Faraday.

Retrato del científicos Michael Faraday. Foto: Wikimedia Commons.

Este experimento consistía en una caja metálica con ciertas cargas eléctricas, en cuyo interior no se forma ningún campo de ondas. Este es el principio que se ha usado en la mayoría de los dispositivos que bloquean señales telefónicas, que en general consisten en antenas ubicadas en puntos estratégicos que limitan las señales en el interior de su perímetro.

“Las medidas para bloquear la señal de la telefonía móvil en los centros penitenciarios, tienen por objeto evitan no solo las llamadas que tienen como fin cometer delitos de estafa, sino también combatir la planeación de crímenes desde las cárceles y combatir el tráfico de teléfonos celulares”, explica el informe de la Comisión de Seguridad Ciudadana.

Además, el bloqueo de señales no solo usa en el ámbito de las telecomunicaciones. Los principios de Faraday en la actualidad también son aplicados, por ejemplo, para evitar las interferencias en laboratorios biomédicos. Por eso, en la mayoría de exámenes como ecografías o radiografías es necesario quitarse los accesorios de metal, como relojes o aros, para que no interrumpir el bloqueo de señales y obtener sólo los datos necesarios.

Bloqueos totales

Países reconocidos (y ampliamente criticados) por sus estrictas medidas de seguridad como El Salvador, han optado por el uso de dispositivos “jammers” en todas sus cárceles. Estos consisten en grandes antenas ubicadas al interior de los recintos penitenciarios.

De acuerdo a De Saint Pierre, estos elementos emiten una señal tan fuerte que intercepta todas las demás señales a su alrededor. “Es como cuando uno escucha una radio y se le interpone otra radio encima, así que no puedes escuchar ni entender ninguna de las dos”, explica el académico para Que Pasa.

Incautación de teléfonos hecha en Santiago I, marzo de 2024. Foto: Gendarmería de Chile.

En Chile, este implemento también trató de ser utilizado durante años. Sin embargo, fue descartado paulatinamente por las autoridades debido a que no solo incomunicaba a las personas privadas de libertad, sino también al personal de Gendarmería y a todas las personas que se encontraran cerca de los recintos.

“El mayor problema es que esto produjo problemas de intercepción a los vecinos”, comentó De Saint Pierre para Que Pasa.

El nuevo sistema

A diferencia de la tecnología que usan los jammers y aunque no hay mucha información respecto a la tecnología que se usará, las nuevas medidas que se implementarían en el Centro de Detención Preventiva Santiago Sur, Santiago I y el Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad, no bloquea todos los teléfonos, sino solo los que se determine que son ilegales o constituyen un peligro.

El académico explica que este nuevo sistema permite seleccionar ciertas señales que pueden ser bloqueadas al interior del perímetro de varias antenas, que serán ubicadas en puntos estratégicos. “Es mucho más preciso y sofisticado”, comenta.

Complejo Penitenciario Biobío. Foto de archivo.

Esta tecnología se acompaña de un sistema informático que es capaz de escanear la zona que se quiere bloquear e identificar cuales son los celulares ilegales. Por ello, “Gendarmería deberá estar constantemente monitoreando cuales son las nuevas señales ilegales e introducirlas a esta lista negra”, explica el académico.

Además, “si las antenas utilizadas para bloquear la señal están bien direccionadas, no debería afectar a los habitantes de lugares cercanos’’, agrega el ingeniero. Con esto, se pueden bloquear todas las señales de internet hasta el 5G y las llamadas de teléfono, comenta.

“Hay varias tecnologías para bloquear señales, pero esta es una de las más avanzadas del mundo”, finaliza el académico.

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