Informe internacional sitúa a Chile como el mejor país del mundo para enfrentar a Ómicron

Un grupo de personas en el acceso al metro de la U. de Chile, en el centro de Santiago. Foto: AFP

De acuerdo a The Economist, los altos niveles de vacunación en el país, sumado a un buen número de casos de personas contagiadas previamente, hacen que Chile esté especialmente preparado para combatir a la nueva variante.


La circulación de la variante Ómicron del virus Sars-CoV-2 causante de Covid-19, ha hecho que los países en los que ya está presente refuercen sus medidas de seguridad y aceleren la vacunación. La razón es sencilla: las personas que están inmunizadas y con un alto nivel de anticuerpos contra el virus, están mejor preparadas para enfrentarlo en caso de contacto y de hacer una enfermedad menos grave si se contagian con él.

Según el periódico The Economist, la mayoría de las personas que en 2021 habían completado un ciclo (generalmente dos dosis) de vacunas Covid-19 estaban protegidas contra la enfermedad.

Incluso, de acuerdo a este medio, también se pensaba que las personas que ya habían sido infectadas estaban bastante seguras. Sin embargo, la violenta irrupción de Ómicron, parece haber cambiado todo lo que se estimaba y también obliga a reevaluar la actual situación sanitaria global y revisar cuán preparado está el mundo para enfrentar a este nuevo y agresivo linaje del Sars-CoV-2.

En este nuevo escenario, The Economist midió el porcentaje de protección de la población en 102 países, fijándose en el número probable de infecciones en el país (cantidad de contagios) y el número de personas que han recibido vacunas pero haciendo la diferencia entre quienes recibieron el esquema completo y la dosis de refuerzo. Con todos esos antecedentes, el medio estadounidense calculó la probabilidad de que una persona en estos 102 países haya sido infectado, vacunado o ambos. “Para simplificar, dice lan Ota de The Economist, “asumimos que la decisión de una persona de vacunarse no está correlacionada con si ha sido infectada”.

Y en esa ecuación, Chile sale como el país mejor preparado para enfrentar a la nueva variante que se expande por todo el mundo.

¿La razón? El alto porcentaje de personas que ya se han vacunado con la dosis de refuerzo.

Chile en primer lugar

El director de la Fundación Ciencia y Vida, académico Universidad San Sebastián y biólogo computacional, Tomás Pérez-Acle, explica que el grafico que acompaña la publicación y que él mismo publicó en su twitter, es un poco complejo. En términos sencillos, en el eje horizontal (X) se ubica la proporción de personas vacunadas e infectadas (poseen nivel de inmunidad), mientras que en el eje vertical (Y), la proporción de personas infectadas o vacunadas y además con las dosis de refuerzo.

“Esto quiere decir que los países como Nueva Zelanda, que están pegados abajo, están ahí porque su protección que tienen es principalmente de vacuna, porque tienen muy poca infección. Si nos vamos moviendo por el eje de la X, los países comienzan a subir en diagonal hacia la derecha y eso significa protección de vacunas e inmunidad que deja la infección.

“China, por ejemplo, tiene alto nivel de vacunas, pero baja infección y casi no tiene dosis de refuerzo. Uruguay, tiene alto nivel de vacunación, pero pocos casos en relación a Chile y Brasil, pero una alta tasa de vacunación. Brasil, casi al mismo nivel, está ahí no por las vacunas, sino por la cantidad de casos. Chile está en el primer lugar, no porque hayamos tenido una alta tasa de infección, aunque tampoco es poca y de hecho, tenemos 50 mil fallecidos, pero su posición se explica por la alta tasa de dosis de refuerzo”, señala Pérez-Acle.

De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud (Minsal), más del 91,7% de la población nacional mayor de 18 años ya cuenta con el esquema completo de vacunas y más del 50% con su dosis de refuerzo.

El ministro de Salud, Enrique Paris, se mostró orgulloso de esta calificación del medio estadounidense. “Una revista de mucho prestigio The Economist, acaba de publicar una gráfica donde posiciona a Chile en el primer lugar como el país que tiene mejor protección contra la cepa Ómicron, esto obviamente nos enorgullece como país y viene a reforzar que estando tan bien preparados cotnra esta cepa tenemos la seguridad para toda la gente que vaya a votar este fin de semana”, dijo durante el punto de prensa hoy.

Según The Economist, los países de América del Sur tienen altos niveles de infección previa y buenas tasas de vacunación, lo que los hace estar mejor preparados para la nueva variante.

Vacunas de Sinovac

Chile y Uruguay, dice la publicación, “tienen uno de los programas de refuerzo de vacunación más avanzados, en parte porque comenzaron antes que la mayoría”. Además, dice el medio, el uso de la vacuna china de Sinovac, generó menor eficacia en la protección de sus ciudadanos, lo que obligó a un buen número de contagios -pero sin gravedad- lo que terminará siendo una dualidad idela frente a Ómicron.

En la mayoría de los países, es probable que menos de la mitad de las personas tengan la protección adecuada contra Ómicron.

En Gran Bretaña y Estados Unidos, por ejemplo, la publicación estima que a fines de noviembre, alrededor del 49% y el 43% de los ciudadanos, respectivamente, habían recibido un refuerzo o habían recibido doble pinchazo e infectado.

Otras naciones como como Australia, China, Nueva Zelanda y Noruega, con sólidos programas de vacunación pero pocas infecciones previas y un lento despliegue de refuerzos, son particularmente vulnerables a la nueva variante.

Comunicación de riesgo

Gabriel Cavada, epidemiólogo y académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, señala que en circunstancias como estas, es importante no ser excesivamente triunfalistas y tener cuidado con la comunicación de riesgos y la información que se entrega a la población.

Todo indica que estamos mejor preparados que en Europa, porque epidemiológicamente vamos con casos a la baja, mientras que ellos ya estaban con una alta circulación de Delta y ahora aparece Ómicron, dice Cavada.

“El plan de vacunación que eligió Chile, dos dosis de la vacuna Sinovac, y una dosis más de refuerzo con vacunas profundas como Pfizer o Astrazeneca, al parecer por la tecnología de la primera vacuna que es un virus inactivo completo, genera anticuerpos contra todas las proteínas del virus y no solo contra Spike. Anticuerpos específicos se refuerzan con la dosis extra. Todo esto, dejaría una mejor protección frente a esta variante”, señala el epidemiólogo.

También menciona que con la variante Delta se produjo una curva académica pero que no se asoció con los mismos niveles de muerte y enfermedad grave que las variantes anteriores en aquellas personas que tenían su plan vacunal completo. “El próximo año, debiéramos repetir el esquema, dos dosis de Sinovac y una de Pfizer o Astrazeneca o dar un golpe a la cátedra y poner tres vacunas de Sinovac”, algo que está siendo estudiado por investigadores de la Universidad Católica.

“El ministro Paris, en alguna forma tiene razón, pero ecualizaría su optimismo por la percepción de riesgo que pueda tener la población. Es peligroso decir que estamos en buen pie porque la gente se relaja, se vuelve aglomerar. Yo me quedaría con la declaración que hizo la OMS, que es un mensaje para Europa, pero vale la pena también para nosotros: ‘Solo la vacuna no basta, hay que persistir con las medidas de autocuidado”, dice Cavada.

Factor velocidad

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la nueva variante avanza “a una velocidad nunca antes vista, ya que se han detectado casos de esta variante en 77 países. Sin embargo, el organismo estima que probablemente esté presente en muchos más países, pero que sencillamente no la han detectado.

Ómicron tiene una constelación de mutaciones que cambian tanto la forma en que se propaga como sus síntomas. La evidencia preliminar sugiere que las infecciones de esta variante pueden estar causando menos casos lo suficientemente graves como para requerir ingreso hospitalario. Pero las mutaciones que contiene también lo hacen más transmisible. Y muchos más casos de una enfermedad que a menudo es menos grave también pueden abrumar a los hospitales.

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