El mundo se rinde ante fuerte eficacia de vacuna china que se usa en Chile; infección está destruyendo glóbulos oculares y el Covid provocaría disfunción erectil: tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana

Un médico con un frasco de la vacuna Coronavac de SinoVac. Foto: Reuters

Estudios alrededor del mundo siguen mostrando la eficacia de la vacuna de Sinovac, que ya es la segunda inyección más usada en el mundo para combatir el Covid.


1. El mundo se rinde ante fuerte eficacia de vacuna china que se usa en Chile

Un estudio realizado a los 128.000 trabajadores de la salud de Yakarta y publicado el miércoles encontró que la vacuna CoronaVac del laboratorio chino de Sinovac, tenía una tasa de protección mucho mayor que la que habían indicado los ensayos clínicos.

Indonesia, uno de los primeros países en utilizar la vacuna contra el Covid-19 de Sinovac Biotech para implementar su campaña de vacunación, anunció un impresionante hallazgo, uno que ayudaría a reivindicar una vacuna que ha estado envuelta en controversia durante meses.

El estudio del desarrollador chino, que será clave para vacunar a gran parte del mundo en desarrollo, fue algo distinta del que Brasil y Turquía publicaron sobre su vacuna con pocas horas de diferencia en el verano, según un artículo publicado por Bloomberg. Para enero, la vacuna de Sinovac había sido vinculada a cuatro tasas de eficacia diferentes, que van desde 91% hasta 50%, lo que generó preocupación entre los científicos y puso un signo de interrogación sobre su capacidad de protección contra el virus que aún paraliza al mundo.

Pero pese a las dudas, según el reportaje de Bloomberg, Sinovac ya ha enviado unos 380 millones de dosis a todo el mundo, más que AstraZeneca y solo superada por Pfizer. Pero a diferencia de esas compañías, e incluso de la vacuna rusa Sputnik, aún no ha publicado ningún dato en una revista académica, que es el estándar de los expertos para evaluar una vacuna.

Una cargamento de CoronaVac, del laboratorio chino SinoVac. Foto: Reuters

Para la emergente industria biotecnológica de China, se suponía que la pandemia era una oportunidad sin precedentes para mostrar los avances que han realizado en la última década y, en muchos sentidos, lo ha sido y hay docenas de naciones que dependen de las vacunas de Sinovac y su homólogo Sinopharm para salir de la pandemia de Covid-19.

Dado que los productos farmacéuticos desarrollados en China nunca habían tenido tal alcance, el despliegue expuso sus limitaciones y las dificultades que enfrentan las empresas chinas cuando intentan competir en el escenario mundial, donde se exigen mayores niveles de responsabilidad e intercambio de información que en el país.

Sentado en su oficina en la extensa fábrica de Sinovac en Beijing el martes, el director ejecutivo, Yin Weidong, no se molestó por las críticas a la comunicación sobre su vacuna y no le molestó que pudiera haber afectado las percepciones públicas hacia ella.

“Respeto todas las dudas sobre CoronaVac, eso habla de la atención que estamos recibiendo, pero lo más importante es buscar la aprobación para usar la vacuna en los países, eso no depende de la opinión pública, sino que de la estricta revisión de las autoridades”, dijo Yin en la entrevista. “¿Qué crees que es más importante que eso?”

Las tasas de eficacia divergentes se debieron simplemente a las diferentes variantes del virus que estaban presentes en los países donde se llevaban a cabo los ensayos de fase 3de Sinovac, dijo Yin, y agregó que Sinovac confió en esas naciones y sus socios en terreno para difundir e interpretar los resultados.

Lo que alguna vez fue competencia exclusiva de los científicos, la pandemia ha visto que detalles técnicos como la eficacia de las vacunas han sido diseccionados por todos, desde inversionistas hasta ciudadanos comunes. Las compañías farmacéuticas occidentales se dieron cuenta rápidamente del poder de esa información y la necesidad de comunicarse constantemente, y la mayoría usó un protocolo unificado para recopilar datos en declaraciones únicas en lugar de permitir que los socios locales transmitan información.

El hermetismo chino

En contraste, los desarrolladores de vacunas de China se han comunicado mucho menos. Al igual que Sinovac, la estatal Sinopharm, cuya vacuna se está administrando desde Maldivas a Hungría, aún no ha publicado sus datos de ensayos clínicos en una revista revisada por pares, aunque un estudio apareció en una publicación nacional. La compañía generalmente no responde a consultas de medios extranjeros.

Acostumbrados a operar dentro de China, donde la opinión pública está censurada, los fabricantes de vacunas chinos han tenido dificultades para mostrar su “crecimiento frente al mundo, en un momento muy comprimido, en un período de mayor escrutinio”, dijo Helen Chen, socia gerente en China para LEK Consulting, que ha asesorado a compañías farmacéuticas globales en su estrategia en el país.

Yin construyó Sinovac desde cero en los últimos 20 años, pero hasta ahora la compañía ha obtenido la mayor parte de sus ingresos anuales de US$510 millones dentro de China y no ha tenido que lidiar con el tipo de escrutinio visto en Occidente. Sinovac está más preocupada de garantizar la seguridad y hacer llegar las vacunas a la mayor cantidad de personas posible, ya que eso es clave para determinar si los países pueden salir de la pandemia, dijo Yin.

Un experto de la Organización Mundial de la Salud que revisó los datos existentes de Sinovac a fines de abril dijo que tenían un alto nivel de confianza en la eficacia de CoronaVac, pero no había suficiente información para evaluar el potencial de efectos secundarios graves en personas de 60 años o más y en aquellas con condiciones médicas.

La ironía es que mientras las tasas de eficacia divergentes han contribuido a sospechas en torno a la vacuna de Sinovac, la evidencia emergente en el mundo real es cada vez más positiva.

La nota de Bloomberg señala que funcionarios en Chile -que ha vacunado a 41,5% de su población, en su mayoría personas mayores- atribuyen a CoronaVac el hecho de haber reducido la tasa de mortalidad y hospitalización por Covid. Los datos del mundo real de Chile muestran que CoronaVac previno el 80% de las muertes en las personas vacunadas y las protegió en un 67% de desarrollar covid sintomático.

Los datos indonesios de los que Sinovac no tenía conocimiento eran aún más positivos que los resultados de Chile, ya que descubrieron que la vacuna protegió de la muerte al 98% de los trabajadores de salud estudiados y al 96% de ellos de ser hospitalizado apenas siete días después de ser vacunados. Además, la vacuna protegió al 94% de los trabajadores contra la infección sintomática, muy por encima de las tasas mostradas en los ensayos clínicos de Sinovac.

2. Infección fúngica está destrozando glóbulos oculares

Pese a que el moho mucor es un hongo que se encuentra en el suelo, las plantas, el estiércol y las frutas en descomposición, es muy infrecuente que ataque a los seres humanos. Pero cuando lo hace -infección conocida como mucormicosis- las consecuencias pueden ser complejas.

Afecta las fosas nasales, el cerebro y los pulmones y puede ser potencialmente mortal, sobre todo en personas diabéticas o gravemente inmunodeprimidas, como pacientes con cáncer o personas con VIH / Sida.

El hongo se ha vuelto muy preocupante en India, hoy el país más afectado por el coronavirus. Atul Gogia, especialista en diabetes de Hospital Sir Ganga Ram de Nueva Dehli, señaló que el número de casos por mucormicosis ha aumentado porque las infecciones por Covid-19 van a la alta.

“Ocurre cuando los pacientes tienen niveles altos de azúcar o incontrolables. Vemos al menos un caso de mucormicosis todos los días, pero no es nada inusual”, aseguró el médico en un informe.

Mohor

Este alarmante aumento de casos de mucormicosis, especialmente en la India, hoy el país más afectado con la pandemia, con una tasa de mortalidad general del 50%, se estima que podría estar provocada por el uso de esteroides, un tratamiento que está salvando vidas en muchos pacientes graves con Covid-19.

Los esteroides reducen la inflamación en los pulmones para el Covid-19 y parecen ser efectivos en detener algunos de los daños que pueden ocurrir cuando el sistema inmunológico del cuerpo se acelera para combatir el coronavirus. Sin embargo, los médicos han alertado que también reducen la inmunidad y aumentan los niveles de azúcar en sangre, algo que puede ser particularmente grave en pacientes diabéticos con Covid-19, quienes estiman que esta disminución de la inmunidad podría desencadenar estos casos de mucormicosis.

Según un artículo publicado por el sitio web de la BBC, el Dr. Akshay Nair, un cirujano oftalmológico con sede en Mumbai, India, reportó muchos casos de mucormicosis, y en algunos casos, ha debido extirpar el ojo del paciente, una de las primeras zonas que se infecta.

El Dr. Nair, que trabaja en tres hospitales en Mumbai, una de las ciudades más afectadas por la segunda ola de coronavirus que azota a la India, dijo que ya ha visto a unos 40 pacientes que padecen la infección por hongos en abril. Muchos de ellos eran diabéticos que se habían recuperado de Covid-19 en casa. A once de ellos tuvieron que extirparle quirúrgicamente un ojo.

Comúnmente, la mucormicosis se manifiesta en las etapas posteriores a la recuperación, por lo que podría considerarse que forma parte de los síntomas del “long Covid” o “Covid-19 prolongado”.

Pese a las dificultades que genera la infección su prevención resulta bastante sencilla: asegurarse que los pacientes con coronavirus, tanto en el tratamiento como después de la recuperación, se les administre una dosis correcta de esteroides y por un plazo adecuado.

Y si aún así, el paciente contrae esta infección, una inyección intravenosa antifúngica que debe administrarse todos los días durante un máximo de ocho semanas, resulta un fármaco eficaz contra la enfermedad.

Pero los médicos indios dicen que la mayoría de sus pacientes llegan tarde, cuando ya están perdiendo la visión, y la única forma de salvarles la vida es extirpándole quirúrgicamente el ojo para evitar que la infección llegue al cerebro.

En algunos casos, dicen los médicos en la India, los pacientes han perdido la visión en ambos ojos. Y en casos raros, los médicos tienen que extirpar quirúrgicamente el hueso de la mandíbula para evitar que la enfermedad se propague.

3. Covid provocaría disfunción erectil

La lista de secuelas generadas por el coronavirus parece interminable. Muchos de ellos están relacionados con lo que los médicos han llamado Covid prolongado, que genera problemas de salud nuevos, recurrentes o continuos, semanas después de la infección.

Fatiga crónica, dolor de cabeza y pérdida del olfato o el gusto, son algunos de los efectos que se han ido conociendo de Sars-CoV-2.

Ahora una nueva investigación de la Universidad de Miami en EE.UU., acaba de añadir una nueva secuela y que está afectando a los hombres: disfunción eréctil. Lo peor, dicen los investigadores, esta disfunción puede ser permanente.

“Hemos comenzado a ver que los hombres se quejan de disfunción eréctil después de haber sido infectados con Covid-19”, señaló a medios locales el Dr. Ranjith Ramasamy, urólogo de la Universidad de Miami, uno de los autores de un estudio publicado recientemente en el World Journal of Men’s Health.

El trabajo demostró la presencia del virus Covid-19 en el pene mucho después de la infección inicial. Sus resultados también sugieren que la disfunción generalizada de las células endoteliales de la infección por Covid-19 puede contribuir a la disfunción eréctil. Aquello con graves consecuencias, señaló Ramasamy “un par de hombres tuvieron que someterse a prótesis de pene”.

Disfunción eréctil

La disfunción eréctil es la incapacidad para lograr y mantener una erección que permita una relación sexual satisfactoria. Un estudio publicado en la Revista Chilena de Urología señala una prevalencia en varones de 40 a 70 años de 51,5%, con un 40,9% con disfunción leve, 8,4% disfunción leve a moderada, 1,5% moderada y 0,6% severa. Ese trabajo además encuentra una asociación significativa entre la disfunción eréctil e hipertensión arterial.

En el caso específico de Covid-19 y cómo produciría ese efecto, los investigadores de la U. de Miami concluyeron que el virus está presente en el pene “mucho después de la infección inicial” y daña las células endoteliales.

“El virus Covid-19 está presente en las células endoteliales, que suministran sangre al pene”, explicó Ramasamy. “Creemos que el virus está afectando el flujo sanguíneo al pene, causando disfunción eréctil”.

Belén Vallejo docente de Medicina de la Universidad Diego Portales explicó en un artículo en Qué Pasa que se ha visto que parte del daño que genera el Covid-19 es a través de daño endotelial, “tejido que está en nuestra vasculatura”. Básicamente, nuestra sangre circula a través de cañerías (venas y arterias), de distintos grosores y en éstas se encuentra el endotelio. “Como la sangre circula por todo nuestro cuerpo, potencialmente el daño podría generarse en cualquier parte”, añadió.

“La integridad vascular es necesaria para la función eréctil, y es probable que el daño endotelial asociado con Covid-19 afecte el flujo vascular del pene, resultando en una función eréctil deteriorada”, sugiere el estudio.

Los hombres estudiados tenían una “función eréctil normal sin el uso de medicamentos antes de sus infecciones por Covid-19”, asegura el trabajo. Los pacientes tenían entre 65 y 71 años y eran todos latinos, pero Ramasamy dice que ha visto pacientes de hasta 40 años que sufren de disfunción eréctil post-Covid.

Esta es una razón más para que los hombres se cuiden y tomen las precauciones necesarias para evitar enfermarse con Covid-19. Especialmente, indica el estudio, porque la disfunción eréctil como resultado del coronavirus podría ser permanente. “Aún más, los hombres deberían intentar vacunarse”, añade Ramasamy.

Otras investigaciones ya habían indicado una correlación similar. Un trabajo preliminar de investigadores en Italia publicado en marzo en la revista Andrology establece que el virus aumenta el riesgo de desarrollar disfunción eréctil en casi seis veces.

El trabajo actual de la U. de Miami ha recibido algunas críticas por el bajo número de participantes que impide, por ejemplo, realizar un análisis estadístico. Tampoco muestra las cuantificaciones de los resultados, sino que son más bien apreciaciones, señaló Emilio Herrera, investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina Universidad de Chile.

Este trabajo no es evidencia científica suficiente para demostrar algún tipo de asociación entre disfunción eréctil y Covid-19, consideró Vallejo, “sin embargo, teóricamente sí podría existir alguna correlación, pero se requiere más evidencia científica y de mejor calidad para poder establecer dicha asociación”.

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