Científicos encuentran 140.000 especies de virus en el intestino humano, la mayoría desconocidos

Foto: Reuters

Las muestras, recolectadas en 28 países, fueron recopiladas de personas sanas, sin enfermedades específicas. Más de 70.000 virus eran desconocidos por la ciencia.


Tras vivir durante más de un año las consecuencias del Covid-19, la ciencia nos recuerda que existen otras millones de enfermedades y tipos de virus.

El último hallazgo tiene relación los virus provenientes del ser humano. A cargo del Instituto de Bioinformática del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL-EBI) y el Instituto Wellcome Sanger, un grupo de científicos identificó 142.809 especies virales que habitan en el intestino humano, la mitad de ellos desconocidos.

“Es importante recordar que no todos los virus son dañinos, pero representan un componente integral del ecosistema intestinal”, explicó el bioquímico Alexandre Almeida, uno de los responsables del estudio, publicado en la revista Cell. “Estas muestras provienen principalmente de personas sanas que no comparten ninguna enfermedad específica”, añadió.

Los virus fueron encontrados en el interior del intestino. REUTERS/Arnd Wiegmann

El nuevo catálogo de virus, llamado Base de datos de fagos intestinales (GPD), analizó más de 28.000 metagenomas individuales, registros de secuenciación de ADN de muestras de microbioma intestinal recolectados de 28 países, junto con casi 2.900 genomas de referencia de bacterias intestinales cultivadas.

Paulina Martínez, epidemióloga y académica de la Dirección de Postgrados Facimed de la Universidad de Santiago, explica que el artículo hace referencia a la gran cantidad de bacteriófagos o también llamados fagos, “que lograron recolectar en diferentes continentes desde muestras humanas y con ello alcanzar un gran banco de fagos que pueden tener una importancia potencial”.

César Bustos, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, señala que existen distintos tipos de virus, “algunos de éstos tienen capacidad de afectar o utilizar distintos reservorios para sus ciclos reproductivos, tanto de origen animal como del ser humano”.

“Hasta donde sabemos, este conjunto representa la colección más completa de genomas de fagos intestinales humanos hasta la fecha”, señalaron los autores del estudio.

Virus con efectos positivos

La docente establece que los virus generan intercambio genético en distintos sentidos, lo cual puede tener efectos beneficiosos y también negativos, es decir, no todos los virus, ni todas las bacterias son malas.

Martínez advierte que “los seres humanos, los animales y las plantas están en contacto con los fagos durante la mayor parte de la vida sin que causen reacciones aparentemente adversas”.

Este catálogo a gran escala y de alta calidad de virus intestinales humanos, “llega en el momento adecuado para servir como modelo para guiar el análisis ecológico y evolutivo en futuros estudios de viromas”, añade los responsables de la investigación.

Se analizaron 2.900 genomas de referencia de bacterias intestinales cultivadas.

No siempre tienen una connotación negativa, “pueden tener efectos beneficiosos al regular las poblaciones bacterianas propias de nuestra flora intestinal, por ejemplo. En los años 80 en Polonia y la Unión Soviética, se administraron preparaciones de fagos en pacientes con infecciones superficiales, ya sea en piel, conjuntiva e incluso oídos causadas por Staphylococcus, Escherichia, Proteus y Pseudomonas y los resultados mostraron una recuperación del 92,4%”, señala Martínez.

Bustos establece “que el salto de material genético de un virus que afecta a animales, pudiera afectar y ser letal para el ser humano. Desde ese punto de vista, si una persona se infecta con un virus nuevo, esa persona es vulnerable. En general no somos vulnerables a la inmensa cantidad de virus que existen en la naturaleza, desde plantas, reptiles o mamíferos. No tienen capacidad de infectar al ser humano”.

La académica de la Usach aclara que los virus que provienen de animales, “tienen mayor potencial de transmisión, al no tener anticuerpos la población humana, y también eventualmente mayor patogenicidad, es decir, capacidad de producir lesiones de diferente gravedad que incluso pueden llevar a la muerte”.

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