Abandonada y en ruinas: así luce casona que perteneció a La Quintrala y Mateo de Toro Zambrano

El lamentable estado en que se encuentra la casona. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

La hacienda ubicada en Graneros vio pasar a algunos de los personajes históricos más importantes del país. El recinto colonial además posee una conexión con el primer molino construido en Chile. Esta es su historia.


En total abandono y en ruinas, así luce una antigua casona colonial ubicada en Graneros, Región del Libertador General Bernardo O’Higgins, cuyos propietarios incluyeron a la popular Quintrala y Mateo de Toro Zambrano, quien la convirtió en su casa de veraneo.

Conocida como Casona o Hacienda El Molino, junto a ella se ubicaba el primer molino que funcionó en Chile. La historia dice que su primera dueña fue Catalina de los Ríos (La Quintrala), quien en 1628, donó estas tierras a la Compañía de Jesús, en lo que se conoció como la Villa La Compañía y quienes en 1650 edificaron la casona.

Sin embargo, luego de que los jesuitas fueran expulsados de todos los reinos de la Corona española en 1767, el recinto fue rematado, adjudicándoselo en 1771 Mateo de Toro Zambrano, conocido como el Conde de la Conquista, transformándose así en su lugar de descanso en los veranos. “Además de sacarle un cuantioso provecho económico, le permitió, entre varios otros beneficios, tener la posibilidad de conseguir el título nobiliario de Conde de la Conquista por el Rey Carlos III”, señala Raúl La Torre, historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes.

Interior de la casona. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

El recinto colonial destacaba por ciertas particularidades. Además, del vínculo con el primer molino del país, tenía pilares romanos, grandes corredores y amplios salones, entre otros. Lamentablemente, con el paso del tiempo, la propiedad quedó en abandono. El registro fotográfico presente en esta nota fue capturado por Camilo Barra (@provinciano.en.la.ciudad), quien recorre diferentes construcciones abandonadas, género conocido como exploración urbana o urbex.

La Torre añade que Mateo de Toro Zambrano fue el hijo de una de las incipientes familias aristocráticas criollas de Santiago, que recorrió consecuentemente el devenir de su origen. “Durante su vida se desempeñó como militar, comerciante y político. Previo a su rol de primer presidente de la junta de Gobierno el 1810, hecho que lo llevó a quedar para siempre en la historia de nuestro país, desempeñó un rol activo en la administración cívico militar desde muy temprana edad, asumiendo roles de gobierno que fueron aumentando en importancia a lo largo de su vida, a la par que su patrimonio familiar fue creciendo. Alrededor de sus 40 años recibió el título nobiliario de Conde de la Conquista, algo que todo criollo de familia criolla buscaba para acreditar su origen noble, dentro del contexto colonial”.

Luego de la salida de los jesuitas, la hacienda continuó su producción agrícola, tal como lo hacían los antiguos misioneros. De Toro Zambrano, ya de una edad avanzada, comenzó a pasar más seguido los veranos en el lugar. Durante los inviernos residía en la Casa Colorada en Santiago, propiedad que también le pertenecía.

Al morir De Toro y Zambrano (1811), su hijo José Gregorio viaja desde España, ya que se encontraba estudiando Leyes, y se hace cargo de la propiedad, junto a su esposa Josefa Dumont de Holdre. Tienen tres hijos: Manuel María (fallecido en la batalla de Maipú), José y María Nicolasa.

Imagen de la casona y su actual estado. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

Así luce la casona de la Quintrala y Mateo de Toro y Zambrano

Luego muere José Gregorio de Toro Zambrano, y la propiedad queda en manos de su esposa, justo en la época donde se desarrollaba la Guerra de Independencia. Josefa Dumont de Holdre, denominada condesa, que se oponía a la guerra, tenía una mirada antagonista a la visión independentista de su esposo y familia, por lo que envía a sus hijos con 15 años aproximadamente a “defender los intereses de la Corona”, muriendo en batalla.

Una vez que España pierde la guerra, Bernardo O’Higgins elimina todas las encomiendas y títulos, por lo que la familia o más bien la condesa, pierde la Hacienda El Molino y también la Casa Colorada. Dumont de Holdre se reúne con O´Higgins y ofrece la mano de su hija (María Nicolasa) a cambio de conservar la propiedad en Graneros y entregar la Casa Colorada al futuro marido. O´Higgins vio con buenos ojos “el negocio” y elige a Ramón Freire, militar del “bando pipiolo”, que llegó a ser capital general.

Imagen aérea de la casona. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

Sin embargo, la historia no termina ahí, ya que María Nicolasa de Toro Zambrano, que evidentemente había sido obligada a formar parte de este acuerdo, se termina casando con el administrador de la Hacienda, Juan de Dios Correa de Saa y Martínez, y quien posteriormente fuera Presidente del Senado de la República en 1861.

Debido a la influencia de este último, el ferrocarril que iba al sur del país, tuvo una estación cercana al lugar, lo que le genera importantes dividendos económicos, debido a su proximidad y el posterior establecimiento de un poblado en torno a este mismo, lo que se convertiría en la actual ciudad de Graneros.

Junto a la casona se ubicaba un granero. Hoy también se encuentra abandonado. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

Frente a este escenario, la Municipalidad de Graneros y por iniciativa del alcalde Claudio Segovia, comenzó un proyecto de recuperación patrimonial, el que empezó con un análisis de antecedentes históricos del recinto con los actuales propietarios, para finalmente llegar a un acuerdo, sellando una promesa de compraventa.

”Estamos felices, firmamos los documentos legales y podemos decir con satisfacción, que la Casona El Molino, pasa a ser de uso municipal. Aquí construiremos un museo, que refleje la historia de Villa La Compañía y los hitos fundacionales de Graneros. Invertiremos recursos para hacer de este lugar, el más preciado en la comuna. Un punto de encuentro familiar y turístico, que rescate el valor de esta zona”, señaló Segovia en la página web de la municipalidad.

La construcción destacaba por tener unos pilares romanos en su interior. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

Mateo de Toro Zambrano y Ureta es una persona de suma importancia en el Chile colonial y en los primeros años como nación ya establecida. Denominado el I conde de la Conquista, fue caballero de la Orden de Santiago, asumió de forma interina como presidente-gobernador y capitán general de Chile luego de la dimisión de Francisco Antonio García Carrasco.

Posteriormente, el 18 de septiembre de 1810 fue establecido como presidente de la primera Junta Nacional de Gobierno de Chile, transformándose así en el primer líder del proceso autonomista que culminaría en la independencia de Chile unos años después, entre muchos otros cargos y títulos.

La Torre argumenta que tuvo un rol relevante para la historia de los últimos años de la Colonia, en cuanto que perteneció a una de las familias más influyentes de Santiago y cumplió roles de administración delegados directamente desde la capital del Virreinato del Perú pero, obviamente, el cargo por el que pasó a convertirse en un personaje de gran importancia en la historia de nuestro país, fue el de gobernador real de la Capitanía General de Chile, cumpliendo un papel determinante para el proceso de independencia de Chile.

Así luce actualmente la residencia de veraneo de Mateo de Toro y Zambrano. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

La Torre señala que en julio de 1810, frente a la renuncia forzada del gobernador García Carrasco, Mateo de Toro Zambrano asumió el cargo por ser el más idóneo, tanto por edad como por jerarquía militar. Meses después fue elegido como primer presidente de la primera Junta de Gobierno, posterior a la convocatoria a cabildo abierto que él mismo convocara, generando así la génesis del proceso que culminará años después en la Batalla de Maipú.

Corredor, muy característicos de las casas de esa época. Crédito: @provinciano.en.la.ciudad

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