Teresa Moll de Alba, de Pacto Global: “Las empresas chilenas tienen una posición avanzada en derechos humanos”

Teresa Moll, directora para América Latina y el Caribe del Pacto Global de Naciones Unidas.

La directora para América Latina y el Caribe del Pacto Global de Naciones Unidas, dice que el cambio climático es hoy un asunto con mayor presencia en las agendas empresariales. “Desde el sector privado se puede tener un impacto específico respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, señala.


En América Latina y el Caribe, Teresa Moll de Alba lidera la iniciativa por la sostenibilidad corporativa más grande del mundo: Pacto Global de las Naciones Unidas. Tras haber asumido el cargo pocos meses antes de la pandemia, esta experta en Responsabilidad Social Empresarial (RSE) pudo detectar cómo las compañías de la región experimentaron transformaciones. “Hubo resiliencia. Aunque muchas empresas cayeron, otras no. Todo aquello que hicieron para prepararse y promover una actuación responsable las llevó a estar en una mejor posición para resistir lo que se venía”, explica en entrevista con Pulso La Tercera.

A pesar del contexto desafiante, la membresía de Pacto Global creció en los últimos cuatro años en la región y ahora agrupa a unos 4.500 afiliados. Esta iniciativa tiene como propósito promover el compromiso de las empresas, el sector público y la sociedad, en alinear sus estrategias y operaciones con unos 10 principios aceptados mundialmente en cuatro áreas: medioambiente, derechos humanos (DDHH), lucha contra la corrupción, estándares laborales, y además apoyar en la ejecución de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).

En una reciente visita a Chile y donde estuvo en el Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible 2024 de la Cepal, la gerente senior para la región del Pacto Mundial ha podido redefinir el escenario: “Desde el sector privado se puede tener un impacto específico respecto a los ODS”. En este sentido, Moll de Alba detalla que están pidiendo un compromiso con los objetivos basados en la ciencia: “Es clave que las empresas se comprometan y actúen. Lo bueno es que hemos creado una salida fácil, de mecanismos para hacer esto posible”.

Basada en un estudio de KPMG, Moll de Alba agrega que la cantidad de empresas que reportan su gestión en sostenibilidad está en crecimiento, aunque no todos los países latinoamericanos marchan al mismo ritmo. Según esa tasa de reporte de informes, en Centroamérica se muestra un declive más acentuado entre los años 2020 y 2022, mientras que Brasil resalta como un nuevo liderazgo y países como Colombia, Perú y Panamá están por encima de la media latinoamericana. En tanto, las cifras más bajas en Sudamérica son de Argentina y Venezuela.

¿Cuál es el diagnóstico del sector privado en Latinoamérica luego de la pandemia y la crisis económica?

-El sector empresarial fue resiliente. No hay dudas de que muchos cayeron, pero otros no. De hecho, la membresía de Pacto Global creció, observándose un compromiso de las compañías y también que todo aquello que hicieron para prepararse y promover una actuación responsable los llevó a estar en una mejor posición para resistir lo que se venía. Y, aunque salimos fortalecidos del Covid, la crisis económica y política en la región ha traído nuevos desafíos.

El desarrollo sostenible implica un cambio de paradigma. En ese sentido, ¿cómo está viendo a Chile y sus empresas?

-Chile tiene una representación relevante del empresariado comprometido. Muchos de los miembros de Pacto Global están en un momento de liderazgo importante, sobre todo en temas ambientales. Además, las empresas chilenas tienen una posición muy avanzada en la región en términos de derechos humanos.

La forma de enfocar la debida diligencia, el trabajo con las comunidades y los impactos ambientales se suele trabajar bien, lo cual no lo excluye de retos. Igualmente, están avanzados y comprometidos con los temas de género.

¿Qué está moviendo a las empresas hoy en día en Latinoamérica?

-Cada vez existe una mayor incidencia de la política y geopolítica, que condiciona el modo de actuar de las compañías y también de sus inversiones. Asimismo, la crisis climática está más presente en las agendas empresariales. En las juntas directivas están presentes los riesgos políticos, ambientales, sociales, la corrupción. Sobre este último, las redes de América Latina de Pacto Global trabajan en torno a la anticorrupción y el gobierno corporativo.

¿Por qué la sostenibilidad es rentable para un empresario?

-Muchos han encontrado la rentabilidad cuando actúan de una forma diferente y enfocan los negocios con un impacto social y ambiental. La sostenibilidad hace repensar las cosas y ese volver a pensar lleva a innovar. Cuando haces un trabajo con una empresa y analizas su materialidad, consigues ver cómo te relacionas y los impactos ambientales de tu negocio, operación, y pensar después con qué stakeholders te estás relacionando, con qué grupos poblacionales estás teniendo un impacto.

Se comienza a realizar un análisis completo de la empresa, que antes se solía hacer de forma parcial. Cuando pasas por este proceso, y luego colocas los ojos en los ODS que, finalmente, se trata del impacto en el país y la sociedad, es ahí que estás generando una nueva forma de pensar los negocios; lo que en muchos casos lleva a fórmulas innovadoras de repensar una actividad.

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