James Gorman, de Morgan Stanley, se pone a la cabeza del ranking de los mayores sueldos entre los grandes banqueros estadounidenses

James P. Gorman, chairman & CEO of Morgan Stanley, testifies before a House Financial Services Committee hearing on "Holding Megabanks Accountable: A Review of Global Systemically Important Banks 10 Years After the Financial Crisis" on Capitol Hill in Washington, U.S., April 10, 2019. REUTERS/Aaron P. Bernstein/File Photo

Mientras JPMorgan, el banco más grande de Estados Unidos, mantuvo sin cambios la compensación total de su director ejectuvo, quedando en segundo lugar.


El director ejecutivo de Morgan Stanley, James Gorman, superó a Jamie Dimon de JPMorgan Chase como el director ejecutivo mejor pagado dentro de los bancos más importantes de Estados Unidos.

Morgan Stanley aumentó el salario de Gorman en un 22%, dejándolo en US$33 millones para 2020, mientras el banco de Wall Street registró su tercer año consecutivo de ganancias récord. Su paga incluye US$ 1,5 millones en salario y un bono de US$7,88 millones, dijo la firma el viernes en un documento. La gran mayoría se traduce en US$23,6 millones en premios a largo plazo, que se pagan en acciones y están parcialmente vinculados al rendimiento del capital y los objetivos de rendimiento para los accionistas.

JPMorgan, el banco más grande de Estados Unidos, mantuvo sin cambios la compensación total de Dimon en US$ 31,5 millones por su trabajo en 2020.

La firma de Gorman acaba de terminar otro año de ganancias récord y llevó a cabo dos de las transacciones más importantes por parte de los gigantes bancos de Wall Street. El aumento de acciones que lo acompañó elevó su valor de mercado a más de US$130 mil millones, casi un 30% más que Goldman Sachs.

El jefe de Morgan Stanley recibió un recorte salarial sorpresa el 2019 en medio de ingresos y ganancias récord. La decisión estuvo ligada a los esfuerzos de reducción de costos y una ronda de despidos.

En 2020, Morgan Stanley mantuvo su promesa de no realizar recortes de empleos para tranquilizar al personal nervioso preocupado por el curso de la pandemia. Algunos rivales que habían hecho una promesa similar cambiaron de rumbo cuando se hizo evidente que los problemas provocados por el virus, probablemente, durarían más que su voluntad de mantener en suspenso la reducción de costos.

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