CMF cumple nuevo hito en implementación de Basilea III y exigirá más capital a nueve bancos

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El proceso de aplicación de la regulación bancaria, además, ha implicado exigencias por parte del Banco Central que activó el año pasado el requerimiento de capital contracíclico, además de la constitución de un mayor patrimonio para bancos sistémicos.


Sin sorpresas, pero bajo análisis. Así consideraron al interior de la banca el anuncio realizado durante este miércoles por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), en el que instruyó a nueve bancos la constitución de mayor capital.


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El regulador comunicó que activó, por primera vez y según establece la agenda de implementación de Basilea III, como se denomina a las leyes bancarias a nivel internacional, la aplicación de requerimientos patrimoniales según Pilar 2, el cual significa mayores exigencias de capital según el modelo de negocios del banco.

Según informó el regulador, conforme a Pilar 2, se exigirá en concreto un capital adicional de 0,5% para Banco Bice y Banco de Chile, de 0,75% para Banco Consorcio y BancoEstado, de 1% para Scotiabank, 1,25% para Security, mientras que para HSBC llega a 1,5%, y de 2% para BTG Pactual.

“Es relevante señalar que, la decisión del Consejo se sustenta en la consistencia entre los requerimientos de capital de las entidades y los modelos de negocio que cada una de ellas ha definido”, sostuvo el regulador para explicar la medida por medio de un comunicado.

Todos los bancos fueron consultados, pero sólo Security y BancoEstado respondieron: “Banco Security cuenta con las holguras patrimoniales necesarias para abordar los requerimientos normativos y llevar adelante su plan estratégico de largo plazo”, dijo la entidad.

Por su parte ,la estatal señaló que “el banco tiene actualmente holguras de capital suficientes, justamente considerando posibles cargos por Pilar 2, en el marco de la implementación gradual de Basilea III. Además, la implementación de este requerimiento es por etapas, exigiéndose inicialmente sólo un 25%, por lo cual no estimamos necesario realizar ajustes en el plan comercial que tiene el banco”.

Otro de los argumentos de la decisión del Consejo tuvo relación con que, “considerando que actualmente los bancos, en sus objetivos internos de capital, consideran holguras respecto de las exigencias mínimas regulatorias, para el cumplimiento de estos requerimientos adicionales no sería necesario un nuevo aporte de capital. Solo bastaría con una reasignación de los componentes del patrimonio efectivo”.

El anuncio realizado por el regulador, según varias fuentes consultadas, era sabido y no hay sorpresas en él, no obstante están en proceso de analizar el requerimiento específico para concluir si es que deberán inyectar capital o, como dice la CMF, bastará con una reasignación de recursos entre distintas partidas del balance.

Solange Berstein, presidenta de la CMF

Además de la calendarización, en julio el entonces comisionado de la CMF, Kevin Cowan, comunicó en el marco de un seminario, que a partir de 2023 lo bancos supervisados debían realizar el Informe de Autoevaluación de Patrimonio Efectivo (IAPE), del cual se podía desprender una mayor exigencia. “El Pilar 2 no es un cargo de capital, es un proceso supervisor que tiene como una posible salida un requerimiento de capital. Es un proceso de supervisión individual para cada banco individual, que le permite a la CMF tener un análisis más fino que tiene que ver con el modelo de negocios del banco y política de gestión de riesgos”, dijo Cowan en la ocasión.

En todo caso, ahora las nueve entidades señaladas deben alcanzar los nuevos requerimientos patrimoniales adicionales, al menos en un 25%, a más tardar el 30 de junio de 2024. En tanto, los porcentajes restantes deberán constituirse anualmente según lo disponga la CMF de acuerdo con la evaluación de la suficiencia patrimonial de cada año.

Esta no es la única exigencia que los bancos han debido afrontar en los últimos meses. Cabe recordar que en 2023 el Banco Central activó el Requerimiento de Capital Contracíclico, requiriendo al sistema un 0,5% de mayor capital, a la vez que las instituciones financieras se encuentran enterando capital bajo las exigencias de Basilea III. En paralelo, a principios de año la CMF mantuvo la exigencia de cargo de capital adicional, por tratarse de bancos sistémicos, de 1% para Itaú; de 1,25% a Banco de Chile, Banco del Estado y Scotiabank Chile, respectivamente; y un cargo de 1,5% a Banco Santander-Chile; mientras que para BCI lo elevó de 1,5% a 1,75%.

Cambios en la norma

Los mayores requerimientos se producen de acuerdo a la normativa vigente, pero ésta se encuentra en proceso de cambios y para ello se puso en consulta en diciembre pasado un nuevo marco. La propuesta del regulador, que ha generado críticas de la banca, apunta a eliminar de la norma actual aquella disposición que permite exigir más capital a un determinado banco sólo si el riesgo de mercado en el libro de banca supera el 15% del CET1, que es el capital más duro de los bancos, compuesto por capital básico, principalmente las acciones ordinarias, instrumentos híbridos como bonos perpetuos y reservas. Esa disposición es la que hoy permite al regulador solicitar incrementar el patrimonio.

Pero con la propuesta de fines de 2023 , la CMF ahora buscaría cubrir todos los riesgos presentes al eliminar el mínimo de 15%. En el texto el regulador no menciona un cálculo respecto del impacto, pero en la industria indican que existe una cifra preliminar -que debe ser luego ajustada-, que podría implicar entre 2 a 3 puntos porcentuales de capital adicional, llegando hasta unos US$6.000 millones a nivel del sistema.

El impacto se produce por una condición estructural del sistema financiero nacional, que no necesariamente está presente con la misma relevancia en otras jurisdicciones. Esto es que los créditos hipotecarios se entregan mayoritariamente a tasas fijas y plazos largos -comúnmente a 20 años-, mientras que el financiamiento de estas operaciones es a través de bonos de largo plazo, pero cuyos plazos son inferiores a los 20 años, por ejemplo a 10 años, y ello produce un descalce en el libro de banca, que implica en estos casos un exigencia de mayor capital.

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