Las voces de quienes compartieron con el astrofísico más importante de los últimos 50 años

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Un obispo argentino, un destacado académico español y el director de un centro cultural chileno comentan las experiencias vividas con Stephen Hawking en diferentes etapas de sus carreras. El astrofísico, quien murió a los 76 años, deja una enorme responsabilidad en el campo de la investigación a los científicos actuales y los que están en proceso de formación.




EL ASTROFÍSICO de la Universidad de Barcelona, Roberto Emparan, es categórico a la hora de referirse a Stephen Hawking.

"Es una de las personas más extraordinarias que ha pisado este planeta". Es la descripción que hace, en conversación con PULSO, uno de los más destacados investigadores españoles, que tuvo la oportunidad de compartir con Hawking en persona, durante su estadía en California, EEUU.

Y no titubea en continuar con los halagos, señalando que además "es uno de los científicos más brillantes de los últimos 50 años y para la gente que trabajamos en la Física del espacio y el tiempo, su presencia es algo constante e inevitable".

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Sus palabras denotan admiración y respeto para -quien es y será por estos días- el hombre que se llenará de reconocimientos, homenajes y honores, tras su muerte a los 76 años.

Emparan está consciente de lo que implica el trabajo de Hawking, que deberán seguir desarrollando las nuevas generaciones. "Él marcó líneas de investigación que todavía están lejos de agotarse", dice el académico.

Una visión que es compartida además por el canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, Obispo Marcelo Sánchez Sorondo.

Su estrecha relación con el Vaticano

El filósofo y teólogo residente en el Vaticano asegura que Hawking, nombrado miembro de la institución en 1992, "fue una persona muy presente en la Academia, venía siempre. Fue muy notable, porque vio todos estos temas tan difíciles, queriendo unificar toda la energía. Era un hombre genial".

Monseñor Sánchez revela que su muerte fue una "sorpresa" dentro de la Curia, pues manejaban información de que su estado de salud "no estaba tan mal".

Recuerda que en las visitas a la Academia siempre hablaba de sus temas, de la energía y dice estar convencido e que "con el tiempo se sabrá la herencia doctrinal que ha dejado, pero sin duda es un hombre que ha abierto un camino".

Para el religioso sería injusto que fuera recordado como un "ateísta", pues "él cuando vio al Padre Benedicto le dijo en el lenguaje que tenía, que había venido para profundizar el tema de la razón científica y la fe".

La firma "de oro" en Chile

El director ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho, Arturo Navarro, rememora con frescura esos fríos días de agosto de 1997, cuando le tocó preparar el recibimiento de Stephen Hawking para dictar una charla a estudiantes secundarios.

Este era, sin duda, un nuevo desafío para quien ya contaba con la experiencia de ser anfitrión de figuras como el Dalai Lama y George Bush.

Cuenta el ejecutivo que prácticamente tuvieron que improvisar un camarín, cuya exigencia era que estuviera a la altura del escenario por la movilidad reducida que tenía el científico, producto de la esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad motoneuronal, que lo afectaba desde los 21 años.

"Le pedimos que firmara nuestro libro de oro (para visitas ilustres); obviamente, él no podía hacerlo. Puso su huella digital y quedó enormemente agradecido. La mirada del thank you very much, escrita en su computador fue muy sincera", dijo.

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En su relato, Arturo no deja pasar detalles y cuenta que el Presidente de ese momento, Eduardo Frei, estaba muy interesado en la visita, pero más aún por la charla, debido a su formación como ingeniero.

Casi 20 años después, reconoce que la visita de Hawking es comentada por quienes todavía trabajan en el centro cultural: "quedaron muy impresionados, conocieron de cerca el helado de vainilla (ver nota relacionada) . El segundo impacto es el momento del ingreso a la Estación Mapocho, cuando todos estaban en completo silencio y se escucha de fondo The Wall de Pink Floyd y el motor de su silla de ruedas.

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En el marco de ese viaje, el astrofísico visitó además el Centro de Estudios Científicos, ubicado en Valdivia, que lo homenajeó a través de fotografías y lo consideró un "gran amigo, héroe de nuestro tiempo".

Casado en dos oportunidades, y autor de numerosas publicaciones, Hawking, nunca obtuvo el Premio Nobel.

Según el Premio Nacional de Ciencias Exactas 2015, Marcelo Hamuy, "en el caso de Stephen Hawking, si bien su Teoría de la Radiación de los agujeros negros es súper interesante y probablemente sea correcta, nunca se ha podido demostrar, que este mecanismo efectivamente esté operando. Esto, porque nunca se ha descubierto un agujero negro que repentinamente se reintegre al universo".

Pese a esto, el astrofísico británico recibió múltiples reconocimientos, como las medallas Eddington, Hughes, Albert Einstein, Copley y de la Libertad, además de los premios Wolf, Príncipe de Asturias y Especial de Física Fundamental, sólo por mencionar algunos.

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Stephen Hawking fue elegido miembro de la Royal Society con apenas 32 años. Su presidente, Venki Ramakrishnan, dijo que "superó desafíos inimaginables para convertirse en uno de los científicos más influyentes y reconocidos de nuestro tiempo. Su vida es un testimonio del poder de la creatividad y la imaginación humana".

Finalmente, desde la American Philosophical Society, desde donde fue nombrado miembro en 1984, señalaron que "la infinita curiosidad y persistencia del Dr. Hawking son buenos ejemplos de la misión de la institución para apoyar la investigación intelectual y el pensamiento crítico".P

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