Un camino hacia los vehículos eléctricos asequibles pasa por el terreno de este hombre

Jack Cheng, CEO de Mobility in Harmony, afirma que la fabricación interna de vehículos eléctricos es una pérdida de tiempo y dinero.

El fabricante taiwanés de PlayStations e iPhones pretende remodelar la industria automovilística con un modelo de subcontratación, pero algunas empresas se muestran escépticas. Jack Cheng dirige una filial de Foxconn que puede adoptar un enfoque similar con los vehículos eléctricos (VE) y abaratar costos, afirma.


TOKIO- Si Jack Cheng se sale con la suya, cualquier empresa podrá fabricar su propio auto o camión, aunque no tenga proveedores, planos ni fábricas.

Podrían hacerlo, dice, subcontratando, el mismo modelo de negocio que se ha adoptado ampliamente en la electrónica de consumo. Empresas como Sony y Apple se dieron cuenta hace décadas de que era más fácil entregar la producción de PlayStations e iPhones a gigantes de la fabricación por contrato como la taiwanesa Foxconn Technology Group 2317.

Cheng dirige una filial de Foxconn que puede adoptar un enfoque similar con los vehículos eléctricos (VE) y abaratar costos, afirma. El precio es la mayor diferencia entre los vehículos eléctricos en Estados Unidos, donde algunos modelos caros se han quedado sin vender en los concesionarios, y en China, donde los vehículos eléctricos se han hecho con una gran parte del mercado y cuestan de media menos de la mitad que en Estados Unidos, según el grupo de investigación de consumidores Jato Dynamics.

“El mundo pierde demasiado tiempo fabricando las mismas piezas y perdiendo dinero. No tiene sentido”, aseguró Cheng en una entrevista. “Lo que he aprendido en China en los últimos 20 años puedo reproducirlo”, señaló.

Muchos en el sector se preguntan si los fabricantes de automóviles estarán interesados en un nuevo modelo de negocio, ya que llevan mucho tiempo acostumbrados a crear sus propios diseños y ensamblar ellos mismos los vehículos.

Fabricantes como General Motors, Volkswagen y Toyota están construyendo sus propias plataformas modulares para vehículos eléctricos, que creen que les dan una ventaja sobre la competencia. Toyota, por ejemplo, trabaja en diseños para dotar a sus futuros VE de habitáculos más espaciosos y mayor autonomía.

“En el sector del automóvil existía la preocupación de que los vehículos eléctricos se estuvieran convirtiendo en un producto básico”, declaró Simon Humphries, director de Marca de Toyota, en un acto reciente. Gracias al trabajo interno, los vehículos eléctricos de Toyota “son cualquier cosa, menos un producto básico”.

Por ahora, Cheng se centra en Asia, donde ya se percibe el nuevo enfoque. Él mismo lo utilizó cuando cofundó la empresa china de vehículos eléctricos NIO, que diseña sus vehículos, pero trabaja con otro fabricante chino para ensamblarlos.

Cheng, taiwanés de 64 años, cuenta con toda una vida de experiencia en el sector automovilístico, muchos años en Ford Motor en China y un puesto en Fiat.

El consorcio liderado por Foxconn que ahora dirige Cheng se llama Mobility in Harmony, o MIH. En el reciente Salón del Automóvil de Tokio presentó un prototipo de auto de tres corridas. Según Cheng, MIH está en conversaciones con un puñado de empresas interesadas en sus plataformas y ve clientes potenciales en el sudeste asiático.

En comparación con los vehículos de gasolina, los eléctricos necesitan menos piezas y dependen más del software. Tal y como lo concibe Cheng, MIH ofrecerá a los clientes un paquete estandarizado de piezas y software para VE que podrán personalizar. Si los clientes lo desean, MIH puede presentarles a Foxconn u otras empresas para que fabriquen los autos.

¿Y qué hay del mayor cliente potencial de todos, el que los chinos llaman la “empresa de la fruta”? Cheng dice que su puerta está abierta si Apple llega con un proyecto de vehículo eléctrico. “Es como con los teléfonos. Díganme qué quieren hacer”. Apple no hizo comentarios.

Foxconn se ha convertido en el mayor fabricante por contrato del mundo, con centros como la “Ciudad del iPhone” en el centro de China, capaz de producir cientos de miles de dispositivos al día. Frustrada por los escasos márgenes de beneficio asociados al ensamblaje de productos Apple, la empresa taiwanesa afirma que espera convertir su negocio de vehículos eléctricos en un pilar de crecimiento.

Aunque Foxconn tiene algunos negocios con fabricantes de automóviles estadounidenses, la mayor parte de su presencia automovilística se encuentra en Asia, donde ya es proveedor de Tesla. En los últimos años, ha ido acumulando una red de instalaciones de producción de automóviles y piezas en el Sudeste Asiático, incluida una inversión de US$ 200 millones en Vietnam anunciada en mayo. Está construyendo una planta de montaje de automóviles en Tailandia, en colaboración con una empresa tailandesa.

Foxconn no ha revelado el total de su inversión en vehículos eléctricos, pero sus ejecutivos han asegurado que están invirtiendo unos US$ 600 millones anuales en nuevas iniciativas alentadas por el impulso de los vehículos eléctricos.

Foxconn también está intensificando sus actividades en la India, donde tiene previsto poner en marcha proyectos de componentes para vehículos eléctricos el año que viene, según contó en agosto su presidente, Young Liu. Cheng afirmó que también le gustaría que los vehículos eléctricos se ensamblaran en la India.

Sostuvo que el consorcio MIH, formado por más de 2.000 empresas, incluidos proveedores de piezas de automóviles y software, aspira a suministrar componentes para la mitad de los vehículos eléctricos en los próximos tres a cinco años. Esto supondría un paso adelante hacia el objetivo más amplio de Foxconn de fabricar casi la mitad de los vehículos eléctricos del mundo.

Aún le queda mucho camino por recorrer. MIH apenas está empezando a cerrar acuerdos con los clientes, mientras que la empresa hermana de fabricación de Foxconn sólo produce un puñado de modelos de VE.

En EE.UU., Foxconn tiene previsto producir el Pear, un vehículo crossover deportivo-utilitario que venderá la empresa estadounidense de vehículos eléctricos Fisker, a partir de 2025.

El año pasado, Foxconn empezó a producir una camioneta eléctrica para Lordstown Motors en una planta de Ohio que compró a la empresa. Nueve meses después, Lordstown se declaró en quiebra y sólo consiguió fabricar unas pocas docenas de camionetas eléctricas antes de cerrar sus operaciones.

Para introducirse más a fondo en el mercado estadounidense, Cheng dijo que el grupo tendría que modificar su plataforma para autos más grandes. Foxconn y MIH también tendrían que consolidar su historial en Asia. “Tenemos experiencia haciendo todo esto con computadores y teléfonos”, indicó. “Sabemos cómo integrarlo todo y llegar a la masa crítica”, agregó.

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