Ricardo Caballero destaca el exitoso caso del modelo económico de Singapur y los problemas en China

“Mucha gente dice Singapur son neoliberales brutos. No así no funciona Singapur. Es un sistema capitalista extremadamente protector. Nada de externalidades negativas. El principio fundamental es que obligan ahorrar mucho al sector privado", explicó el economista del MIT.


En el marco del seminario económico de Security, el economista del MIT Ricardo Caballero, se refirió al concepto de creación destructiva, y entregó ejemplos de lo ocurrido en la Unión Soviética, Japón y China.

“Esta vez me voy a enfocar en el crecimiento, volver a crecer es el tema. Lo haré en un concepto que se ha denominado creación destructiva. Las economías son existencialmente dinámicas. En cada momento del tiempo una parte se debe reinventar. En cada momento una empresa debe dejar el espacio a otra empresa. Este proceso regenerativo continuo es lo que conocemos como la creación destructiva. Cuando este proceso dinámico se entorpece la capacidad de crecer se deteriora fuertemente. En Chile tenemos un proceso torpe”, indicó el economista.

En cuanto a los casos de creación destructiva, se refirió a las experiencias negativas que ha habido en el mundo, y partió con el caso de la Unión Soviética.

“Desde el punto de vista del crecimiento tuvieron una época espectacular. Entre 1930 y 1970 fue la segunda economía con mayor tasa de crecimiento, solo detrás de Japón. Fue el resultado de la planificación central, partiendo de condiciones muy bajas inicialmente. Este proceso de crecimiento vertiginoso se pasmó en los años 70, desapareció el crecimiento. Y la razón fue muy clara. El crecimiento inicial fue acumulación de factores. No existía un proceso de creación destructiva, y el crecimiento se pasmó. Eventualmente colapsó la URSS y se abrieron al mundo, crecieron fuertemente nuevamente, y luego comenzó la corrupción. Esa es una experiencia negativa”, señaló.

Y luego continuó con el ejemplo de Japón “lo hizo con un modelo bastante distinto al soviético. Tenía una política industrial orientada a la absorción de las tecnologías y el comercio internacional. Fue una gran experiencia de como funciona un buen proceso de creación destructiva. Esto sin embargo venía con un lado flaco. Producto de la euforia hubo un gran boom especulativo del sector de propiedades. Ese episodio tuvo un mal final. Vino una gran caída del precio de las propiedades a fines de los 80. Absorbieron el shock pero de una forma ineficiente. Resolvieron salvar a sus bancos”.

El último ejemplo que dio de países con problema en cuanto al proceso de creación destructiva es China. Y explicó que pasó de un modelo soviético a las grandes trasformaciones promercado.

“Fue un gran milagro que, combinado con el gran tamaño de China, tuvo un impacto enorme en las economías del mundo, y en la de nosotros en particular. El milagro se ha comenzado a desacelerar. ¿Qué pasó con China, y por qué sospecho que no volverá ser el motor de crecimiento que fue?. Instrumentos capitalistas en manos socialistas, fue la frase de Deng Xiaoping. La frase que fue importante para el crecimiento de China esconde los problemas del modelo de crecimiento chino. La mano socialista no se quedó solo en los objetivos sociales y políticos e interfirió en el aparato productivo”.

Y agregó que “los instrumentos capitalistas vinieron con mucho éxito en muchas cosas, pero también vino un enorme proceso especulativo. 25% del PIB de China es el sector inmobiliario. Tuvieron una gran especulación en ese sector, y han tenido caídas frecuentes. Siempre han tratado de limpiar esto, porque tienen terror de repetir la experiencia japonesa, pero repiten la experiencia japonesa”.

Casos de éxito

El economista chileno radicado en EEUU, explicó también los casos de éxito del proceso de creación destructiva y abordó en detalle el caso de Singapur.

“El milagro de Singapur. En 1965 tenía un PIB de US$975 millones 500 dólares per cápita, hoy es 400 billones de dólares, tiene el segundo PIB per cápita más alto del mundo. Singapur es para muchos la historia de desarrollo mas exitosa del siglo XX. La receta es que son tecnócratas hasta el hueso. Optimizan todo lo que se mueve, y lo que no se mueve lo sacan rápidamente. Viven en base a incentivos. Crearon condiciones excepcionales para la inversión extranjera. Se dieron cuenta que eran muy pobres e iban a necesitar mucha ayuda del resto del mundo”, señaló Caballero.

Asimismo, indicó que “abrieron la economía, atacaron la corrupción y el crimen, para crear un ambiente muy estable. Fueron muy duros. Si se dedica a vender droga en Singapur eso es pena de muerte, si come chicle le van a sacar multa de US$250 si lo vota en la calle. Tienen un sistema bastante rígido, pero estaba orientado a los que quisieran jugar con las reglas. Fomentaron las multinacionales. Las trajeron y fomentaron que sus trabajadores trabajaran en las multinacionales. Crearon un sistema de educación de elite. Acabaron con los sindicatos y huelgas a nivel de empresas, rompieron las distorsiones de los sindicatos pero no les quitaron sus objetivos finales. Aprobar una empresa nueva en Singapur toma tres días. Fomentaron el proceso de creación destructivo al máximo”.

Por último, dijo que “mucha gente dice Singapur son neoliberales brutos. No, así no funciona Singapur. Es un sistema capitalista extremadamente protector. Nada de externalidades negativas. El principio fundamental es que obligan ahorrar mucho al sector privado. Las contribuciones del trabajador es el 40% del salario. Una parte muy importante del ahorro se puede dedicar a la adquisición de otros activos. Tienen grandes hospitales públicos, pero usted puede elegir el nivel de servicio. El Estado es el principal oferente de vivienda y lo hace a precios subsidiados. Más del 85% de la población tiene su vivienda propia, lo que les asegura un componente de ahorro importante. Lo que quiero decir es que es posible tener un capitalismo vigoroso con un proceso de creación destructiva eficiente y satisfacer las necesidades sociales al más alto nivel”

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