Felipe Morandé en Pulso TV y alza de tasas en Chile: “Seguramente es una decisión que van a pensar bastante, porque claramente equivocarse tiene sus costos”

Felipe Morande

En todo caso, para el economista y embajador de Chile ante la Ocde la comunicación del Banco Central de que se anticipaba el inicio del retiro del estímulo monetario fue la correcta, en cuanto a la apreciación de que el potencial de incremento en el gasto es tan grande, "que los efectos sobre la inflación están a la vuelta de la esquina". A su juicio, lo principal es evitar que se desanclen las expectativas en esta materia.


A partir de junio de 2018 Felipe Morandé se desempeña como embajador de Chile ante la Ocde. Desde la capital de Francia, el economista y exministro de Estado conversó con Pulso TV sobre el debate tributario, la posible alza de tasas por parte del Banco Central (BC), tema que se instaló con fuerza tras el último Informe de Politica Monetaria (IPoM) de la entidad, y el crecimiento económico que se espera para este y el próximo año. A su juicio, es posible que la expansión del PIB en 2021 se ubique en el rango de 8,5%-9,5% que proyectó el ente rector, y cree que el anuncio de adelantar el inicio del retiro de estímulo monetario fue correcto.

¿Es el momento de comenzar con los retiros de estímulo monetario en EE.UU.?

-Esa es la pregunta de un millón de dólares. Se ha construido un escenario a nivel global, no solo en EE.UU., donde como resultado del Covid, pero también por una herencia que viene de antes, donde subir las tasas de interés a partir de ahora tiene un enorme impacto sobre la situación fiscal y también sobre la situación de empresas que se han endeudado enormemente como resultado de la pandemia. Van a tener que tener muchísimo cuidado en la manera en que se implemente cualquier aumento de tasas de aquí en adelante por el efecto fiscal que eso va a tener sobre los presupuestos públicos, porque va a significar que los gobiernos van a necesitar o subir impuestos o emitir más deuda para pagar los intereses de lo que se ha tomado como deuda. Por eso creo que los bancos centrales van a ser muy cuidadosos para empezar un proceso de aumento de tasas, a menos que las expectativas de inflación suban en forma importante. Una inflación más alta permite un tasa de interés más alta, sin ese gran impacto sobre las cuentas públicas, sobre la deuda fiscal. El punto crítico es que esto no se traspase a las expectativas de las personas, porque si la gente comienza a creer que la inflación de 3-4% llegó para quedarse y lo incorpora en sus precios y en sus contratos, se genera un ambiente de inflación, que por lo demás está muy fácil de prender porque hay una liquidez en el mundo que es extraordinaria. Hay que evitar que se desanclen las expectativas de inflación y la única manera de lograrlo es decir que se mantienen los estímulos por ahora, pero que se van a retirar conforme a un cronograma que se puede anunciar desde ya.

¿Qué debiera pasar con los otros bancos centrales del mundo, por ejemplo con el de Europa?

-El BCE, en particular, puede tomarse un poco más de tiempo que la Fed de EE.UU., en parte porque el estímulo fiscal en Europa es menor. Por esa razón las brechas de capacidad se van a cerrar más lento que en EE.UU. y, por tanto, la posibilidad de que se desanclen las expectativas de inflación es más baja. Sin embargo, tampoco tiene tanta flexibilidad, porque las tasas de interés -no obstante que los bancos centrales son autónomos para moverlas cuando estimen- tienen que estar un poco alineadas entre los bloques económicos, porque sino se producen grandes cambios en las paridades cambiarias que probablemente nadie desee.

En cuánto al Banco Central de Chile, en el último IPoM adelantaron la posibilidad de subir las tasas, ¿qué debiera pasar en este punto?

-En Chile la situación es más parecida a la de EE.UU. que a la europea, en el sentido que el estímulo fiscal es enorme. Y no solo el estímulo fiscal, sino que sumémosle a esto los retiros de las AFP, que por lo demás no se han gastado todavía en su totalidad. Por lo tanto, hay un potencial de incremento en el consumo muy grande y eso me imagino que lo tiene en cuenta el BC cuando hace una proyección de crecimiento entre 8,5-9,5%, y segundo, cuando señala que podría estar subiendo las tasas de acá a fin de año. En el caso chileno lo que podría retrasar los efectos sobre la inflación son las restricciones a la movilidad que implica la pandemia. Eso podría tener un impacto sobre el gasto en el corto plazo que podría retrasar esta presión. Hay una mayor preocupación, porque este enorme estímulo que está en el mercado pudiera materializarse en un incremento de inflación más allá de lo que es el rango meta del BC.

¿Se apuró el BC al anunciar que viene un alza de tasas o fue lo correcto?

-Fue correcta la apreciación en cuanto a que el potencial de incremento en el gasto es tan grande, que los efectos sobre la inflación están a la vuelta de la esquina. Lo principal es evitar que se desanclen las expectativas. En Chile ya por muchos años la gente está acostumbrada a ver una inflación baja, pero si empieza a haber variaciones persistentes en torno a 4% o más esto es fácilmente desarmable, las personas vuelven a tener en su cabeza expectativas de inflación mayor y ahí estamos ya en otro mundo, en otro terreno, que implica necesidades de una política monetaria bastante más restrictiva.

¿Cuándo cree que ocurrirá la primera alza de tasas?

-Creo que hay que seguir las dos piezas de información que tenemos: por un lado los anuncios que hace el BC y por otro, lo que anticipa el mercado. Eso lo que señala es que podría haber un aumento de tasas de acá a fin de año, pero seguramente es una decisión que van a pensar bastante, porque claramente equivocarse tiene sus costos.

Crecimiento económico

Varios analistas mostraron su sorpresa respecto al alto rango de expansión del PIB que planteó el BC para este año. ¿Es posible llegar a ese crecimiento entre 8,5% y 9,5%?

-Es posible. Ahora, podría ser menor si es que estas restricciones a la movilidad se mantienen en el tiempo y la gente no tiene la capacidad de gastar todos los recursos que están disponibles con tanta facilidad. También hay otro tipo de consideraciones por el lado de la inversión y por el lado de la capacidad que tiene el Estado de implementar su programa de inversión en obras publicas.

El BC, en paralelo, redujo sus expectativas de crecimiento para 2022 y 2023. ¿Cómo ve el escenario para los años que vienen?

-Podría ser un poco más el próximo año, considerando que el estímulo o la disponibilidad de recursos disponibles para el consumo es de tal magnitud, que probablemente no se materialice en toda su intensidad durante 2021. Eso podría implicar que el consumo crezca en forma muy acelerada no solo este año, sino también el próximo, y que tengamos un viento de cola durante el 2022 y la economía se expanda más que el 2,5% que tiene previsto el BC. Pero hay que atender también a lo que explica el BC respecto a la inversión, que proyecta que tendría un crecimiento bastante famélico durante los próximos años, por distintas razones.

El BC habla además de riesgos e incertidumbres que podrían afectar a la economía. ¿Cuáles son las principales a su juicio?

-Hay un tema con el crecimiento de la productividad, que justamente fue uno de los factores que consideró el IPoM para proyectar una baja en el crecimiento de tendencia de la economía. La productividad ha crecido cero en los últimos 10 años en promedio, y claramente no se ve que haya demasiadas políticas en práctica como para que pueda tener un salto hacia adelante. Hay que tener presente también que lo que pase con la inversión va a depender del humor de los inversionistas y de su evaluación de la situación social, económica y política del país que ha estado bastante líquida. Desde el lado positivo, hay que pensar que la gente que se retiró de la fuerza de trabajo, en buena parte, no ha regresado. En la medida que haya disponibilidad de empleo y disposición de ellos a trabajar, puede haber un efecto sobre el factor trabajo en cuanto a la producción, que podría estimular el crecimiento hacia adelante, puntualmente mientras se recupera esta participación en la fuerza de trabajo. Sumando y restando dos noticias negativas, productividad e inversión, y una positiva que podría ser el estimulo por el lado del empleo.

Impuestos

Hay un debate impositivo muy presente en el país, donde se plantea el aumento de la carga tributaria hacia adelante. En base a su experiencia afuera, ¿qué impuestos considera que podrían subir en Chile?

-Sobre la base de evidencia de la Ocde, diría que la tasa de impuesto corporativo (a las empresas) ya está en niveles relativamente elevados, mayor que el promedio de países Ocde, por lo tanto por ahí no hay mucho espacio para avanzar, seguramente. Tampoco existe demasiado espacio para aumentar el IVA, porque ya tiene una tasa bastante alta y tiene un efecto regresivo sobre la distribución del ingreso. Las exenciones tributarias son una avenida por donde explorar, porque representan un uso de fondos públicos que podrían destinarse a otras materias. Claramente hay que hacerlo con cuidado y en forma gradual, porque quienes dejan de recibir estos beneficios van a resentir la actividad y van a tener algunos efectos sobre el empleo e inversión en aquellos sectores. El impuesto a la renta de las personas podría sufrir algunas alteraciones, pero ninguna de ellas es simpática. La tasa de impuesto del 40% es relativamente elevada; podría ser mayor, porque hay países que tienen tasas mayores, pero hay que verlo con cuidado. La otra opción es avanzar con la tasa de impuestos hacia abajo, porque las rentas que son exentas es un abanico bastante amplio y uno empieza a pagar impuestos con una renta mensual equivalente como a $700 mil. La misma Ocde ha recomendado extender la aplicación de impuestos a una base mayor, que implica en este caso ir un poco más abajo y progresar más rápidamente, pero es una cuestión que hay que discutir, no hay soluciones fáciles.

Pero puede ser bastante impopular aplicar impuestos a las rentas menores...

-Absolutamente, va en contra de lo que hemos visto en el último tiempo, en términos de la apreciación que tiene el público del Estado. Eso es bien importante: al final una cuestión que uno siempre debiera tener en cuenta es que si se quiere aumentar la carga tributaria, tiene que ser contra el compromiso de toda la sociedad de que el Estado va a hacer un buen uso de esos recursos. Tiene que ser sobre la base de que yo pago más impuestos, pero estoy consiguiendo mejor salud, mejor educación, mejores pensiones. Pero no que pase esta idea de que pongo la plata y la calidad de los servicios públicos sigue siendo más o menos. Eso no puede pasar, por eso este proceso cuando se estudie tiene que hacerse con las dos patas: el aumento de impuestos y sus efectos en la economía, y lo que implica la disponibilidad de recursos para gastar no solo más, sino que también mejor.

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