Los principales riesgos que ve el Banco Central para el sistema financiero chileno

Los principales riesgos que ve el Banco Central para el sistema financiero chileno

Según el instituto emisor, el principal riesgo es el escenario externo son “las condiciones financieras para emergentes pueden registrar un estrechamiento significativo si las tasas de interés externas se mantienen por un tiempo prolongado en torno a los niveles actuales o se incrementan aún más”.


En el Informe de Estabilidad Financiera (IFE) del primer semestre, el Banco Central detectó una serie de riesgos para la economía chilena.

El principal riesgo es el escenario externo: según describe el BC, “las condiciones financieras para emergentes pueden registrar un estrechamiento significativo si las tasas de interés externas se mantienen por un tiempo prolongado en torno a los niveles actuales o se incrementan aún más”. Este hecho, en lo interno, “podría hacer que la capacidad de pago de los deudores empeore más allá de lo anticipado. No obstante, los bancos aparecen resilientes en los escenarios de tensión considerados”.

También mencionan que las condiciones financieras para emergentes se volverían restrictivas en la medida que se consolide un escenario de tasas largas elevadas por un tiempo prolongado. Ahí menciona a que “las presiones de gasto fiscal en las economías desarrolladas y los otros factores antes mencionados podrían significar un alza permanente en las condiciones de financiamiento de largo plazo. Este mayor costo de financiamiento dificultaría la renovación de la deuda soberana e incrementaría los premios por riesgo, afectando en mayor medida a aquellas economías con mayores niveles de deuda. Este aumento de las tasas base reduciría generalizadamente la capacidad de pago de los deudores, lo que podría tensionar los balances de los bancos a nivel global.”.

Por su parte, indican que “tras un período prolongado de tasas de interés en niveles bajos, es posible que se hayan acumulado vulnerabilidades por una excesiva toma de riesgos en busca de mayor rentabilidad. Esto podría generar tensiones en varios segmentos de los mercados financieros internacionales, como Instituciones Financieras No bancarias con mayor apalancamiento, exposición a activos poco líquidos e interconexión con el sistema financiero”.

A las vulnerabilidades ya identificadas en IEF previos respecto de la banca regional de Estados Unidos, y la economía china, se añade la preocupación por el sector inmobiliario no residencial en países avanzados. “Esto último se ha expandido a algunos países de Europa expuestos al mercado norteamericano y se ha intensificado ante el escenario de altas tasas. Aun cuando estos riesgos parecieran estar contenidos, no es descartable que pudieran dar lugar a nuevos episodios de desconfianza —como los vistos en marzo del año pasado— con riesgo de contagios generalizados. En China, los riesgos financieros persisten, debido a la debilidad de su sector inmobiliario y altos niveles de deuda. Todo lo anterior, se observa en un contexto de endeudamiento soberano global que continúa elevado en perspectiva histórica”.

Ante la materialización de un escenario de riesgos externos que estreche significativamente las condiciones de financiamiento es posible que se profundice el deterioro en la capacidad de pago de los usuarios de crédito a nivel local. En particular, el BC dice que “una prolongación del escenario de tasas largas altas que frene la recuperación del sector inmobiliario podría intensificar la debilitada situación de las empresas del sector. Por su parte, condiciones externas notoriamente más estrechas deteriorarían la actividad, el empleo y los ingresos de los hogares, con mayor incidencia en los hogares más vulnerables y las empresas de los sectores más procíclicos, como por ejemplo comercio”.

Los ejercicios de tensión bancarios dan cuenta que la banca local se mantiene resiliente. “Los resultados muestran que el sistema permanece con niveles adecuados de liquidez, provisiones y capital para mantenerse solvente frente a escenarios de tensión severos. No obstante, conforme continúe el proceso de implementación de Basilea III, enfrentará mayores requerimientos de capital, por lo que deberá seguir fortaleciendo sus bases de capital.”, puntualiza el BC.

Para el BC, la situación macrofinanciera externa releva la importancia de seguir aumentando la resiliencia de los agentes locales y del sistema financiero. La incertidumbre respecto del control de la inflación y sus efectos sobre la política monetaria en Estados Unidos, junto con otras fuentes de riesgo, como los conflictos geopolíticos y la situación fiscal en países desarrollados, hacen prever que las condiciones financieras pudieran mantenerse ajustadas por un tiempo prolongado. “A nivel local, la resolución de los significativos desequilibrios macroeconómicos ha permitido mejorar la posición financiera de los agentes locales, como el ahorro de los hogares y el balance de las cuentas externas, aunque ciertos sectores permanecen rezagados. La profundidad de mercado continúa en niveles bajos, lo que ha reducido la capacidad de la economía para amortiguar shocks externos. Así, se requiere continuar fortaleciendo la resiliencia del mercado financiero con el objetivo de enfrentar un contexto internacional incierto y eventuales shocks adversos, sin poner en riesgo la estabilidad financiero”.

Por lo mismo, el BC mencionó que el “Consejo ha decidido mantener el RCC en un nivel de 0,5% de los activos ponderados por riesgo (APR), el que será exigible a contar de fines de este mes. Este nivel se mantiene como una medida precautoria ante una incertidumbre externa y un balance de riesgos similares al del IEF anterior”.

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