La columna de Tomás Rau: “Estancamiento y obstruccionismo económico”

Economía registra sorpresiva contracción en agosto arrastrada por sector servicios
La columna de Tomás Rau: “Estancamiento y obstruccionismo económico”

"El flagelo de la “permisología” pareciera ser una consigna en el Chile actual y a pesar del aparente consenso por atacarla, poco se avanza".


La economía chilena se encuentra estancada desde hace una década con un crecimiento promedio anual menor al 2%. Más allá de grata sorpresa del Imacec (Índice Mensual de Actividad Económica) de enero, llevamos una década perdida y podríamos empezar una segunda si tomamos la proyección del Informe de Política Monetaria (IPoM) de 1,25 a 2,25% para 2024.

Por otra parte, el mercado laboral no repunta. La tasa de desempleo en el trimestre noviembre-enero aumentó 0,4 puntos a doce meses y se sitúa en 8,8% cuando se realiza el ajuste estacional. La tasa de empleo y la de participación laboral siguen por debajo de sus niveles de 2020 y no parece haber un horizonte cercano para una recuperación plena. Si a eso sumamos las últimas cifras del índice de avisos laborales de internet del Banco Central, con una caída de 21 meses consecutivos, las perspectivas laborales de miles de chilenos son decepcionantes. Quizás un dato más alarmante es que la caída de dichos avisos viene desde 2015, año en que se comenzó a medir dicho indicador.

Sectorialmente hablando, hay varias ramas de actividad económica bastante golpeadas, una de ellas es la construcción. El alto desempleo que reduce el ingreso disponible de los hogares y las altas tasas de los créditos hipotecarios confabulan contra una recuperación en la compra y venta de viviendas. La inversión inmobiliaria tampoco despega y a las quiebras de cientos de empresas del rubro se suma un inicio de nuevas faenas un 80% más bajo que el de los niveles pre-pandemia.

El flagelo de la “permisología” pareciera ser una consigna en el Chile actual y a pesar del aparente consenso por atacarla, poco se avanza. El informe de la CNEP fue lapidario respecto de los permisos sectoriales y trámites que deben enfrentar los distintos proyectos de inversión con duraciones que superan los 11 años de tramitación como es el caso de un proyecto de desalación.

La anulación parcial del permiso de data center de Google en Cerrillos es otra muestra de ello. El Segundo Tribunal Ambiental de Santiago ordenó al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) retrotraer el procedimiento de evaluación (aprobado con anterioridad), para reincorporar efectos del cambio climático en la evaluación ambiental. A saber: Google usaría agua para enfriar los servidores que extraería del Acuífero Santiago Central. Ante la reclamación de 14 vecinos y la municipalidad de Cerrillos, la empresa decidió enfriar con aire dichos servidores lo cual elimina el motivo del reclamo. Así, 13 personas y la municipalidad desistieron de la reclamación, pero una la mantuvo. Con esto se retrotrae todo al año 2020 cuando fue aprobado el proyecto por el SEA.

Si queremos alguna vez acercarnos a países como Finlandia, Dinamarca, Holanda o intentar replicar el fenómeno irlandés, estamos herrando el camino. Curiosamente todos los países recién nombrados tienen data centers de Google. ¿Será que la tramitación de permisos en dichos países es tan lenta y engorrosa como en Chile? ¿O será que la idea del desarrollo asusta a algunos que se esmeran en obstruir el crecimiento del país?

Mientras tanto, el Ministerio de Hacienda busca un pacto fiscal que incluye una nueva alza de impuestos cuando la mejor política recaudadora es el crecimiento. Difícilmente saldremos de este estancamiento si no derrocamos el obstruccionismo económico. Urge reducir la permisología, restablecer las confianzas y asegurar un entorno favorable para la inversión. Solo así podremos aspirar a construir una economía más robusta, inclusiva y próspera.

*El autor de la columna es profesor titular y director del Instituto de Economía UC

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