Fernando Larraín sobre la mirada internacional de los retiros previsionales: “Lo que pasa en Chile ayuda para ver las cosas que no hay que hacer”

El exgerente general de la Asociación de AFP señala que con su accionar los parlamentarios que apoyan esta política le están encareciendo el nivel de vida a las personas y las futuras pensiones serán más bajas. “El mundo político está poniendo en el centro la reelección y no a sus votantes y a sus territorios”, comenta sobre el cuarto retiro.


El primer retiro del 10% de las AFP fue el más complejo para la industria. Nunca se había hecho un proceso como ese en el país y tenían que implementarlo en pocos días. También había gran inquietud por parte de las personas, pues no sabían cómo iba a funcionar la parte operativa. Era julio de 2020 y la pandemia era un tema más complejo que ahora.

En ese momento, Fernando Larraín era el gerente general de la Asociación de AFP, y tuvo que hacer varias apariciones en canales de televisión y otros medios de comunicación para explicar en qué consistía el proyecto y cómo lo iban a implementar.

Larraín creía que ese sería el último gran desafío que lideraría en la Asociación de AFP, ya que tenía planes de irse a vivir a EE.UU. para ser consultor internacional en temas previsionales. De todas maneras, le tocó liderar el segundo proceso. Luego dejó la gerencia general y se mantuvo como asesor del directorio del gremio.

Este lunes llegó a Chile por temas académicos. Por eso mismo, está en cuarentena hasta el sábado por la mañana. Cuando aterrizó en el país, una persona lo reconoció en el aeropuerto por el rol que jugó en el primer retiro.

“Medio en broma, medio en serio, esa persona me dice: hagámoslo bien (el cuarto retiro). La sensación que me quedó a mí, es que él entiende que hay gente que necesita los recursos, porque siempre se necesitan; pero el impacto que está teniendo esto hoy día se está notando. Eso se nota cuando la gente va a la feria, cuando va a comprar al supermercado, el día a día se ha hecho más caro”, comenta Larraín por videollamada desde su cuarentena. También menciona los efectos sobre las pensiones.

“La necesidad de un retiro para una familia es claramente más baja que antes. Eso está empíricamente demostrado en todos lados. Por un tema netamente electoral, aunque dudo de los beneficios electorales reales de esto, se va a estar dejando en una situación de mayor vulnerabilidad a aquellos que no van a poder retirar”, comenta.

Dejó la gerencia general justo en medio del segundo retiro, y ahora que vuelve a Chile estamos en el cuarto. ¿Cómo lo ve?

-Uno pensaba que el primer retiro iba a ser único y excepcional, pero ya estamos discutiendo el cuarto. Lo miro desde dos perspectivas. Primero, desde la perspectiva de las pensiones es una pésima noticia. Es una muy mala noticia para todos aquellos que entendemos que para poder financiar pensiones en el futuro hay que generar niveles de ahorro. Esta no es una discusión sobre el sistema que queremos tener. Hay millones de chilenos que quedaron con saldo cero en sus cuentas, que les va a costar mucho volver a construir pensión. Es muy malo que sigamos discutiendo estos temas que lo que hacen es erosionar las pensiones futuras. Eso es un problema para los gobiernos que vienen, independiente de quién gane, independiente del tipo de sistema de pensiones que se vaya a construir en Chile.

De todas maneras varios candidatos presidenciales lo respaldan.

-Hay acuerdo en que las cuentas de los trabajadores no las van a tocar. Todos los candidatos han dado certezas sobre ello. Pero a quienes ejerzan la presidencia en los próximos cuatro años, a quienes deban conducir el proceso de reforma en pensiones, les será extremadamente difícil si el stock acumulado es muy bajo. Eso significará más costos y alguien debe pagarlo.

Dijo que mira este cuarto retiro desde dos perspectivas. ¿Cuál es la segunda?

-Lo segundo tiene que ver más con una perspectiva país. Independiente del tipo de sistema de pensiones, mirando los países que han ido transitando de beneficios definidos a contribuciones definidas, algunos incorporando cuentas nocionales, otros sumando contribuciones definidas colectivas, o avanzado en cuentas individuales. Eso funciona siempre que se construya y requiere marcos de certeza. Pero cuando el mundo político dice públicamente que será por una sola vez, se espera que sea por una vez; pero después viene una segunda y tercera… y ahora la cuarta. No hay credibilidad de la acción y eso hace perder los marcos de certidumbre. Cuando se vive en sociedad, debe haber marcos de certidumbre, y lo que se vive hoy es un shock de extrema incertidumbre, y no es solo por el tema de los retiros, también por lo que pasará con la pandemia, con las elecciones presidenciales, con la nueva Constitución, pero los retiros meten más ruido en la ecuación, independiente de que haya gente que lo necesite.

¿Ya se están empezando a pagar los costos?

-Efectivamente. Cuando uno mira hoy día la inflación que tenemos, que tenemos un riesgo más alto que algunos países de la región, que tenemos gente que quiere acceder a la vivienda propia, pero el costo de endeudarse va a ser más alto. Cuando se mira al mundo político, que piensa que es una mala política pública, pero la harán de todas maneras, lo que están poniendo en el centro es la reelección y no a sus votantes y a sus territorios, a quienes les están encareciendo el nivel de vida y las futuras pensiones serán más bajas. Cuando se ven transiciones de otros países y se discute en foros internacionales, llaman la atención casos como el de Chile, donde se respetaban las reglas del juego, había certidumbre de largo plazo, seriedad de largo plazo... pero se estén discutiendo estos retiros. Alguien dice que el Estado llegó tarde, pero hoy está el IFE.

¿Cómo ven lo que está ocurriendo en Chile a nivel internacional?

-Los países están viendo cómo crear una cuenta paralela, medio obligatoria, para blindarla frente a los temas políticos, porque entienden que eso sucede. Lo que pasa en Chile ayuda para ver las cosas que no hay que hacer, para blindarnos de un futuro complicado (...) Me tocó intervenir hace dos semanas en el World Pension Summit en Holanda sobre distintos temas previsionales, y una de las cosas que llama la atención es que se permitan retiros y no se compensen con nada. Debiera haber espacios de compensaciones para reponer esos recursos. Cualquier discusión futura previsional, que debe existir, debe incluir este momento, que hoy es malo, pero con un cuarto retiro es aún más malo. Son efectos que van creciendo.

¿Qué se puede hacer para detener los retiros?

-Quien tiene la llave para cerrar los retiros es el mundo político, el Parlamento; es un tema de ellos. Primero, si efectivamente el mundo político se debe a la ciudadanía y a la construcción de un país mejor en el largo plazo, la decisión que deben tomar es bastante obvia: no aprobar el cuarto retiro por los efectos que va a tener, más allá del efecto de corto plazo. Yo admiro a los parlamentarios que efectivamente han tenido que ir en contra de su propia coalición. La forma de votación en el Congreso está basada en la funa, pero la democracia se construye sin miedo.

Mencionó que tiene dudas respecto del beneficio electoral que genera el cuarto retiro. ¿No cree que hay un rédito político para sus impulsores?

-Tiempo atrás hubiera dicho que sí… Hoy es un escenario distinto. La ciudadanía está viendo los efectos, y cuando las personas ven eso y ven que los precios subieron considerablemente, o las personas que querían acceder a la casa propia ven alzas de los créditos y que ya no pueden acceder... Entonces, puede parecer que el beneficio electoral es evidente, pero creo que la demanda por un cuarto retiro no es tan evidente como antes. Y algunos se mantienen con ese argumento, que hoy no es cierto.

¿Ve que los programas de los candidatos presidenciales buscan mejorar las pensiones?

-El espíritu es mejorar las pensiones. Cuando uno mira la discusión, el tema de las pensiones es un desafío país y todos los que postulan a la presidencia lo tienen en el centro (...) No sé si todos los programas son efectivos en mejorarlas. Al sacar la cáscara hay mucho que mirar. No es llegar y cambiar de un día para otro el sistema, poner más recursos, subir tasa de cotización... hay que poner una transición de por medio. Para avanzar bien, esa transición debe estar muy bien escrita y avanzada, y no veo ningún programa presidencial que trate con seriedad esa transición. En titulares lo hay, hay algunos que lo han mostrado mejor que otros (...) No existe el sistema de pensiones perfecto, porque las realidades de los países son distintas. Uno esperaría que la discusión sea mirando el futuro, no el espejo retrovisor, porque el mundo va a ser distinto, el mundo laboral va a ser distinto y debemos hacernos cargo de eso. Los programas presidenciales están muy en los titulares. Habría que ver la bajada de los proyectos concretos, de cómo se construirá la transición.

Hay gente que tiene temor a una eventual nacionalización de los fondos. ¿Existe ese riesgo o descarta que vaya a haber expropiación?

-Hemos aprendido con la pandemia que todo es posible. Sigo creyendo en que la política y los políticos tienen en su interés último el país y la ciudadanía. En ese escenario, si los candidatos presidenciales se comprometen, deben cumplirlo. Es cierto que hay destrucción de credibilidad de algunos. Aun cuando nada es descartable, creo en la palabra de los candidatos que lo han dicho. Me gustaría ver acciones, hay un proyecto de ley en el Congreso que incluye expropiación de los fondos, si los candidatos están prometiendo que no la habrá, debiera haber un llamado para que lo retiren. Esa es una acción concreta para despejar incertidumbre. Para que vuelva la credibilidad en las instituciones.

¿Cómo se recuperan los fondos retirados?

-Independiente de quién gane la elección presidencial y del acuerdo constitucional, si no se hace nada en el sistema de pensiones, van a ser más bajas de lo que son hoy. Hay que hacer cambios. Creo que hoy nos estamos tapando los ojos, no estamos haciendo cambios en el sistema de pensiones entendiendo la nueva realidad con los retiros. Uno esperaría que, si hay un cuarto retiro, los candidatos deban incorporar eso, para no dejar un hoyo de entre 15% y 20% de menores pensiones, o en otros casos mucho mayor. Eso no se resuelve con un parche.

Hay una ley corta en el Congreso para ampliar el Pilar Solidario.

-El gobierno está tratando de hacer algo con la ley corta, pero necesitamos avanzar en un cambio al sistema previsional. Se requieren cambios y como país debemos construir un sistema previsional, no leyes cortas ni cambios parche. Hay que llegar a un acuerdo como sociedad que tenga como eje las mejores pensiones y dejar los eslóganes. Dejemos de hablar del sistema de APF, sino del sistema de pensiones y cómo hacerlo mejor. Si el sistema requiere una presencia mayor del Estado, veamos dónde, veamos cómo lo hace mejor, pero seguir tapando esto con un parche no va a mejorar las pensiones en el largo plazo. Las reformas de pensiones requieren tiempo, conversaciones, negociaciones. Creer que vamos a tener una discusión seria en un período de elecciones parlamentarias y presidenciales de primera y segunda vuelta... la discusión se va a polarizar, hay que ser responsables. Debemos reconocer que este gobierno no logró aprobar una reforma al sistema de pensiones, hizo cambios al Pilar Solidario, pero seguir tapando esto con una ley corta creo que no es lo correcto.

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