Desde hace 30 años que la comida no consumía tanto dinero

Las empresas van a pagar más por el personal, después de que 22 estados elevaran en enero el salario mínimo de los trabajadores por hora. FOTO: ANGUS MORDANT/BLOOMBERG NEWS

El continuo aumento de los costos lleva a los fabricantes de alimentos y a los restaurantes a mantener los precios elevados. No es probable que el alivio llegue pronto, ya que además algunos ingredientes, como el cacao, sólo son cada vez más caros. Muchos comensales han afirmado que salen con menos frecuencia o se saltan los aperitivos, mientras que compran marcas más baratas con más frecuencia en los supermercados y buscan promociones u ofertas ofrecidas a través de aplicaciones.


La última vez que los estadounidenses gastaron tanto de su dinero en comida, George H.W. Bush estaba en el cargo, “Terminator 2: el juicio final” estaba en los cines y C + C Music Factory estaba sacudiendo las listas del Billboard.

Comer sigue costando más, incluso cuando la inflación general ha disminuido desde el ritmo vertiginoso que los consumidores soportaron durante gran parte de 2022 y 2023. Los precios de los restaurantes y otros establecimientos de comida subieron un 5,1% el mes pasado en comparación con enero de 2023, mientras que los precios de los comestibles aumentaron un 1,2% durante el mismo periodo, según datos del Departamento de Trabajo.

No es probable que el alivio llegue pronto. Los ejecutivos de restaurantes y empresas de alimentación dijeron que todavía están lidiando con el aumento de los costos laborales y algunos ingredientes, como el cacao, que sólo son cada vez más caros. Los consumidores encontrarán formas de hacer frente a la situación.

“Si nos fijamos en la historia de los periodos inflacionistas, no hay ningún periodo en el que los precios vuelvan a bajar”, dijo Steve Cahillane, director ejecutivo del gigante de los aperitivos Kellanova, en una entrevista. “Tienden a ser rígidos”, indicó.

En 1991, los consumidores estadounidenses gastaron el 11,4% de su renta personal disponible en alimentos, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). En aquel momento, los hogares aún se enfrentaban a fuertes subidas de los precios de los alimentos tras un periodo inflacionista en la década de 1970.

Más de tres décadas después, el gasto en alimentación ha recuperado ese nivel, según muestran los datos del USDA. En 2022, los consumidores gastaron el 11,3% de su renta disponible en alimentación, según los últimos datos disponibles del USDA.

Muchos comensales han afirmado que salen con menos frecuencia o se saltan los aperitivos, mientras que compran marcas más baratas con más frecuencia en los supermercados y buscan promociones u ofertas ofrecidas a través de aplicaciones. Esto está empezando a mermar las ventas de los fabricantes de alimentos y los operadores de restaurantes.

Las empresas alimentarias afirman que también se sienten presionadas. Mientras que materias primas como el maíz, el trigo, el café en grano y el pollo se han abaratado, los precios del azúcar, la carne de vacuno y las patatas fritas siguen siendo altos o están subiendo. Las empresas de toda la economía estadounidense también han elevado los precios más allá de cubrir sus propios gastos, lo que ha aumentado los beneficios de sectores como el comercio minorista, la biotecnología y la industria manufacturera.

La inflación alimentaria ha provocado la ira del Presidente Joe Biden, que durante el Super Bowl utilizó Instagram para criticar a los fabricantes de alimentos que, según él, ofrecen menos por el dinero de los consumidores, poniendo menos patatas fritas en cada bolsa o reduciendo el tamaño de los envases de helado.

“El público estadounidense está cansado de que le tomen el pelo”, afirmó Biden. “Ya estoy harto de lo que llaman ‘shrinkflation’. Es una estafa”, agregó.

David Chavern, director general de la Consumer Brands Association, que representa a los principales fabricantes de alimentos, sostuvo que la industria ofrece muchas opciones a diferentes precios. “Esperamos trabajar con el Presidente en soluciones reales que beneficien a los consumidores”, señaló.

En los suburbios de Chicago, Lisa Wister comentó que sus facturas de alimentos están aumentando más rápido que los ingresos de su familia, lo que les lleva a hacer su propia granola desde cero y empacar sus propios bocadillos para el cine. “Todo es una negociación, un análisis sobre nuestro presupuesto”, comentó Wister, terapeuta ocupacional. “Es agotador”, añadió.

Denny’s, Wendy’s y otras cadenas de restaurantes comunicaron este mes a los inversores que el número de clientes descendió el año pasado en comparación con los niveles de 2022, ya que los consumidores, en particular los de menores ingresos, sufren las consecuencias de la crisis financiera. Los grandes fabricantes de alimentos, como Hershey y Kraft Heinz, han informado que sus volúmenes de ventas disminuyeron a medida que subían los precios de sus productos, y varios de ellos reportaron que sus beneficios se habían visto afectados en el último ejercicio fiscal, mientras que otros habían aumentado.

Mondelez, fabricante de Oreo, dijo en enero que seguiría subiendo los precios de algunos de sus productos este año, en gran parte debido a los valores del cacao, que a principios de febrero superaron un récord de 46 años. Hershey declaró este mes que espera que el encarecimiento del cacao reduzca los beneficios de la empresa este año. Kraft Heinz dijo que la inflación se está moderando, pero que sus costos siguen siendo más altos, impulsados en parte por el encarecimiento de los tomates y el azúcar.

Además, las empresas van a pagar más por el personal, después de que 22 estados elevaran en enero el salario mínimo de los trabajadores por hora. Contratar a trabajadores cualificados, como mecánicos, para sustituir a los empleados que se jubilaron durante la pandemia es especialmente caro, explicó Henk Hartong, consejero delegado de Brynwood Partners, propietaria de 17 plantas de alimentos y bebidas que fabrican mezclas para pasteles Pillsbury y otros productos.

Las cadenas de restaurantes aseguraron que están tratando de operar de manera más eficiente para ayudar a compensar los aumentos salariales, pero también esperan subir los precios.

“Es un movimiento realmente rápido y un alto porcentaje de aumento”, dijo el CEO de Chipotle Mexican Grill, Brian Niccol, en una entrevista, refiriéndose al aumento del 25% del salario mínimo de California para los trabajadores de comida rápida empleados por grandes cadenas, que entrará en vigor en abril. “La fijación de precios va a ser parte del rompecabezas”, enfatizó.

Algunas empresas de alimentación y restaurantes, como Kraft Heinz, Mondelez International y Darden Restaurants, propietaria de Olive Garden, prevén mayores beneficios este año. Pero las señales de una desaceleración del gasto de los consumidores ha llevado a otros a moderar sus perspectivas, con Starbucks bajando su proyección de ventas en tiendas para 2024 y el fabricante de alimentos congelados Conagra, reduciendo su pronóstico de ganancias por acción.

Los inversores se han enfriado con las acciones de alimentación. Un subíndice del S&P 500 de valores de restaurantes ha subido un 10% en los últimos 12 meses hasta el cierre del miércoles, mientras que el índice general ha ganado alrededor de un 25%. Un subíndice del S&P que sigue a las empresas cárnicas y de alimentos envasados cayó aproximadamente un 8% durante ese periodo.

Cuando Anna Zabinski y su marido salen a comer fuera, se preguntan si merece la pena pagar US$ 1,99 más por los macarrones con queso, y a menudo optan por rellenar el plato en lugar de pedir bebidas más caras.

Zabinski, profesora de Normal (Illinois), dice que a veces comparten un filete de US$ 20 con guarnición en Texas Roadhouse, o un sándwich grande en Jimmy John’s. No obstante, comentó, “nuestros gastos diarios y mensuales siguen pareciendo más altos que incluso hace dos años”.

Los fabricantes de alimentos y los restaurantes han ofrecido más ofertas en algunos artículos. J.M. Smucker y Conagra han reducido los precios del café y la margarina, traspasando así los menores costos del café en grano y los aceites comestibles. McDonald’s y Wendy’s dijeron que este año ofrecerían ofertas dirigidas a los consumidores que buscan un alivio frente a la subida de precios.

Gary Pilnick, director ejecutivo de WK Kellogg, aseguró que la empresa ha estado trabajando para comercializar cereales como Frosted Flakes y Froot Loops entre los consumidores presionados. Una campaña publicitaria lanzada en 2022, por ejemplo, animaba a los consumidores a cenar cereales, presentándolos como una alternativa fácil y barata que, combinada con leche y fruta, cuesta menos de un dólar por ración. “Dale la noche libre al pollo”, dice el eslogan de la campaña.

Robert Moskow, analista de TD Cowen, afirmó que, aunque no es habitual que los precios de los alimentos bajen, tampoco lo es que se disparen tanto como en los últimos años. Moskow espera que los precios de los alimentos bajen durante un tiempo este año, ya que los fabricantes se ven presionados por los consumidores y los minoristas.

Kraft Heinz dijo que se centra en ofrecer opciones asequibles para las familias, y que aunque sus costos aumentaron un 3% en 2023, subió los precios un 1%. WK Kellogg sostuvo que antes de subir los precios, la empresa intenta combatir los costos más elevados mediante una mayor productividad.

Kellanova señaló que está trabajando para mantener los precios lo más bajos posible. Cahillane declinó hacer comentarios sobre los precios de los productos de su empresa este año, pero afirmó que el fabricante de Pringles y Pop-Tarts no ha subido los precios para aumentar sus beneficios.

Cahillane sostuvo que a medida que los consumidores se acostumbren a ver precios más altos en los estantes de los supermercados, se adaptarán.

“Al igual que un litro de gasolina, se convierte en el nuevo precio y la gente se acostumbra a regañadientes”, dijo.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.