Carlos Peña: “La idea de que la empresa puede satisfacer todas las expectativas y las carencias de la vida social es simplemente absurdo”

"Esta idea de una institución total desgraciadamente ha sido divulgada por ustedes mismos. Yo lo comprendo, en el afán de legitimar lo que hacen sobrecargan de promesas imposibles de cumplir”, comentó el rector de la UDP. Las provocaciones encontraron réplica en el director ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, quien defendió la adaptación de las empresas, pero también apuntó a la debilidad del Estado y la clase política a la hora de resolver los problemas.


El rector de la Universidad Diego Portales (UDP), Carlos Peña, interpeló al mundo empresarial por querer dar respuestas y soluciones a temas que se le atribuyen a un Estado de bienestar.

“Esperamos que la empresa resuelva cuestiones medioambientales, que acoja los problemas de géneros, que mitigue o aminore problemas de salud mental, que desarrolle la vocación personal, el compañerismo y el sentido de equipo. Todas estas cosas que se divulgan en las revistas de autoayuda, esperamos que las cumplan las empresas”, dijo Peña en el marco de un encuentro empresarial de Icare en calidad de primer expositor.

Sin embargo, el abogado detalló que estas mismas expectativas de las personas sobre la empresa fueron generadas por estas últimas. “Pero esto mismo es divulgado por la misma gente que trabaja en las empresas. En el afán de legitimar el quehacer empresarial lo sobrecargan de expectativa, yo creo que esto es un error. La idea de que la empresa puede satisfacer todas las expectativas y las carencias de la vida social es simplemente absurdo”, explicó.

En esa línea, Peña reiteró sus críticas al mundo empresarial por tratar de ocupar un rol distinto, según el criterio del rector de la UDP, esperado en la sociedad en Chile: “Esta idea de una institución total desgraciadamente ha sido divulgada por ustedes mismos. Yo lo comprendo, en el afán de legitimar lo que hacen sobrecargan de promesas imposibles de cumplir (...) Ustedes pueden disfrazar con la ficción, pero sabe que no las cumple”.

Por otro lado, el académico también criticó el trabajo a distancia y acusó que está lejos de cumplir los objetivos como la autonomía laboral y que esta forma de cumplir las labores no sea una sobrecarga en relación a la forma tradicional.

“Mezcla dos códigos totalmente distintos: la medición del desempeño, donde usted es reconocido por su trabajo, por su esfuerzo, etc, con el código afectivo de la familia. Yo creo que es un problema severo en las empresas contemporáneas y sobre todo, insisto, se trata de una falsa promesa y libertad, porque este fenómeno, como la literatura hoy lo describe, está acompañada de formas panópticas de control hacia las familias, programas computacionales que miden la cantidad de horas que están frente al computador, llamadas telefónicas para fiscalizar, etc”, agregó.

Peña también realizó un especial hincapié en que el teletrabajo empuja a las mujeres a cumplir con su trabajos más una sobrecarga que tiene las labores del hogar, ya que son estas a las que se les empuja a cumplir con las tareas de cuidado y administración del hogar. “Es una fuente de estrés, angustia y de desorden gigantesco”, apuntó.

Otra de las reflexiones que expuso Peña ante los empresarios fue que las nuevas generaciones aspiran a que los trabajos se adecuen a sus objetivos de vida y no que las personas tengan que organizar la suya en función a los ingresos que obtienen del trabajo.

El abogado también mostró su preocupación por la incertidumbre que se ha generado en las empresas el último tiempo, y estima que es negativo que se vea la palabra lucro como “todos los males de la sociedad”.

“Chile vive un momento profundamente atópico, es decir sin reglas o con muy pocas reglas, donde cualquier conducta es posible con la condición de que cuente con una razón que la justifique. Esto, producto de un fenómeno que se produjo en el debate público chileno que, fue una extrema moralización de la vida, se empezó a mirar la vida social solamente en clave de justicia e injusticia, cuando usted hace eso estamos perdidos. Cuando el único valor que se sitúa es la justicia entonces el orden social, las reglas no se pueden introducir. Fundamental porque en un mundo injusto, ningún precio es demasiado alto para acabar con la injusticia”, cerró Peña tras casi una hora de presentación.

La réplica de Villarino

Las palabras del rector UDP encontraron respuesta de parte un reconocido integrante del mundo empresarial: el director ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino.

Invitado a comentar en el panel que le siguió a Peña, el abogado y director de empresas reconoció que las provocaciones de su antecesor iban a requerir “tiempo para pensar en todo lo que nos ha dicho”, pero también defendió la capacidad de adaptación a los nuevos tiempos por parte de las empresas, así como la convicción con que están aplicando políticas que enfrenten temas como los conflictos medioambientales.

En directa alusión a lo expuesto por Peña, Villarino planteó que “cuando las empresas comienzan a jugar ese rol total hoy día de preocuparse del medioambiente, de preocuparse de una gobernanza distinta, de preocuparse de sus relaciones comunitarias, ¿se está desperfilando como empresa? ¿Deja de ser empresa? Desde mi perspectiva, la respuesta es no”.

Y aunque en su defensa de las políticas que enfrenten dichos desafíos, el exconsejero de la Sofofa señaló que a su juicio “en la búsqueda de desarrollo sostenible no debiéramos ni podemos perder de vista que el rol fundamental de las empresas es generar riqueza”, también afirmó que “me asiste el profundo convencimiento que el cuidado del medioambiente es necesario no solo para que no nos multen, es necesario para tener una mejor calidad de vida”.

Ante ello, enfatizó que “es indispensable que las empresas sí se hagan cargo de cuidar el medioambiente, sí se hagan cargo de tener mejores prácticas y de tener mejores estándares, desde la perspectiva medioambiental. Lo mismo ocurre en el relacionamiento comunitario y en general en las políticas sociales. No lo hacemos esto para simplemente no tener molestias, lo hacemos porque nos asiste el profundo convencimiento a todas las empresas que somos un vecino más, y no puede haber una instalación industrial que pasa desapercibida simplemente porque paga impuestos y genera riqueza. Si nosotros como vecinos intervenimos en la vida cotidiana y social de nuestra comunidad, tenemos que hacernos cargo”.

En su análisis, la “idea de empresa total” que planteó Peña es algo que no escapa a su propia experiencia en el sector minero, afirmando que “sobre todo lo he visto en el tema minero y en el tema energético”. Sin embargo, Villarino planteó matices a lo expuesto por el rector UDP.

“Lo que ocurre es que las grandes compañías tienen presencia en lugares donde hay inexistencia del Estado”, señaló. A su juicio, muchas empresas “terminan accediendo a este tipo de peticiones y eso significa que las empresas reemplazan al Estado, y en la práctica reemplazan al mundo político”.

Así, Villarino apuntó a que, en gran medida, el desprestigio empresarial ha sido por cuestionamientos desde el mundo político. “Creo que parte de los problemas que tenemos hoy día, y creo que el discurso que bien ha desprestigiado a la clase empresarial, se debe a un Estado débil, a una falta de modernización del Estado, un Estado que llega mal, que no llega o que llega tarde. Entonces, el mundo político, en vez de hacerse responsable de modernizar el Estado, lo que ha hecho es buscar un culpable, y el culpable favorito es el mundo empresarial. Entonces, el mundo empresarial terminó siendo el culpable de todos los males de la sociedad cuando yo creo que pudo haber sido responsable de algunos, pero no de todos”, planteó el abogado.

Villarino también abordó el cuestionamiento de Peña a la modalidad del trabajo a distancia, el cual dijo entender como “una herramienta y no un fin en sí mismo”, y que “en este sentido hay que ser flexibles y pensar bien cuándo esta herramienta es viable y cuando no es viable, no hay que enamorarse de la misma”.

Sin embargo, también apuntó a la capacidad empresarial por adaptarse, cuestión que el teletrabajo vino a resolver especialmente durante los períodos de cuarentena que impuso la pandemia. “Creo que la característica fundamental de las empresas es su capacidad de adaptarse, eso es lo que de verdad hacen los buenos empresarios, y por lo tanto esta es una herramienta que demuestra cuán creativos podemos ser y cuáles son los beneficios de utilizarla bien”, señaló.

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