Caída en la inversión extranjera y el desplome de la bolsa: la compleja situación de la economía china

La bolsa de Hong Kong cae 20% en lo que va de 2024. En el tercer trimestre del año pasado se registró una caída en la inversión extranjera, la primera vez desde 1998. Y el FMI proyecta que el crecimiento de China decaerá hasta un 3,5% en 2028.


Una salida de capital extranjero en el tercer trimestre de 2023 y fuertes caídas en las bolsas en los primeros meses del año. Esas son las señales que está apreciando el mercado respecto de la situación de la economía china, que no muestra señales de lograr dar vuelta el descenso.

Según los datos entregados a principios de año por la Administración Estatal de Divisas (SAFE), en 2023 la inversión extranjera en China llegó a US$33.000 millones, la cifra más baja en los últimos 30 años, pero Bloomberg consignó que en el tercer cuarto de 2023 la inversión extranjera directa (IED) en el gigante asiático se volvió negativa por primera vez desde 1998.

Manuel Bengolea, socio de Octogone Chile, señala que “el problema de China es político y económico, y los dos van unidos. Xi Jinping en vez de dejar que la capacidad privada genere el crecimiento, mete al Estado. Y eso no funciona. El problema económico más relevante es la inversión extranjera directa, la más baja en los últimos 30 años. Pero cuando uno mira el último trimestre, es negativa. Los capitales en términos netos salieron”.

Adicionalmente, según datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), los beneficios de las firmas industriales extranjeras cayeron un 6,7% año año. En un contexto económicamente complejo, el Banco Central de China anunció esta semana un nuevo paquete de estímulos, el que implica que la tasa para créditos a 5 años se reducirá en 0,25 puntos base, hasta el 3.95%.

Y es que los índices de crecimiento del país se siguen ralentizando. En noviembre, el FMI proyectó que la tasa de crecimiento de China alcanzará el 5,4% en 2023, pero disminuirá gradualmente en la década, hasta un 3,5% en 2028.

El dolor de cabeza inmobiliario

Una de las mayores complicaciones de la alicaída economía china ha sido el sector inmobiliario. A fines de enero pasado, el Tribunal Superior de Hong Kong ordenó la liquidación de la compañía Evergrande, tras no lograr presentar una propuesta para reestructurar su deuda, que asciende hasta los US$328.000 millones. En un informe sobe las perspectivas del sector para este ejercicio, Fitch señaló que el entorno operativo de los promotores inmobiliarios chinos continuará “siendo desafiante en 2024″, aunque “los mercados inmobiliarios en las regiones y ciudades económicamente vibrantes se (re) establecerán gradualmente durante los próximos 12 meses, con el apoyo del relajamiento de la política gubernamental para eliminar las restricciones de compra anteriores”.

Eso sí, apuntó que “para la mayoría de los promotores privados el difícil entorno de financiación es probable que persista y continúe restringiendo su flexibilidad financiera y empresarial”.

A pesar de las medidas tomadas por el gobierno, las señales apuntan a que los inversionistas están saliendo del país. En lo que va de este año, el Hang Seng, principal índice de la bolsa Hong Kong, pierde 20%, mientras que el CSI 300 de la bolsa de Shanghái cae 16%. La situación ha llevado a que en enero la autoridad china anunciara adquisiciones en el mercado de capitales por más de US$278.000 millones, recursos procedentes de utilidades de empresas estatales en el exterior, para apuntalar el mercado y la moneda.

Hector Reyes, portafolio manager renta variable internacional de BICE Inversiones, señala que “la principal preocupación sobre la economía china radica en su actual situación de ‘trampa de liquidez’, caracterizada por la ineficacia de las políticas monetarias para reactivar el crecimiento económico”.

Según Reyes, esto se ha producido por “el excesivo uso de deuda como medio de financiamiento para su expansión, con un incremento notable de la deuda, que ha pasado del 160% al 360% del Producto Interno Bruto (PIB) en las últimas dos décadas. Específicamente, este endeudamiento se ha dirigido mayormente al sector inmobiliario, el cual enfrenta una crisis actualmente”. Y a ello agrega: “Además, las políticas económicas del gobierno han adoptado un carácter más intervencionista en sectores en crecimiento como el tecnológico, y la guerra comercial ha impactado negativamente la confianza del sector exportador. La falta de confianza del sector privado se refleja en una ausencia de aumento en los préstamos, a pesar de las reducciones en las tasas de interés, lo que indica un crecimiento económico por debajo de las expectativas”.

En esa línea, Bengolea sostiene que “los inversionistas buscan retornos, pero Xi Jinping cambió en forma significativa la fórmula de crecimiento económico. El proceso de generación de riqueza requiere libertad, e interrumpió eso. Los inversionistas están viendo eso, por ello la caída en las valorizaciones de las acciones chinas es tremenda, porque están viendo que el Estado se mete y la autoridad cree que manipulando un par de temas logrará convencer a los inversionistas, y no lo ha logrado”.

“Para Chile, la caída de la economía china no ha tenido efectos significativos, ya que la crisis en el sector inmobiliario chino no se ha reflejado de manera considerable en los precios de las materias primas, especialmente del cobre y del litio, debido a la transición energética en curso. Esto representa una buena noticia para Chile, ya que reduce su dependencia del ciclo inmobiliario chino”, explica Reyes.

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