Sequía: qué plantas preferir ante la emergencia hídrica sin sacrificar el verde del jardín

El reinado del pasto, las rosas y especies que requieren de mucha agua se acabó: ante la escasez del recurso, lo sensato es escoger las que requieran poco riego y se adapten a estas nuevas condiciones, sin por eso perder colores ni belleza.




Actualizado el 1 de febrero de 2023.

El panorama es poco esperanzador. El cambio climático se ha expresado en Chile a través del desabastecimiento de agua, cuencas hídricas sobreexplotadas y escasas lluvias, los que nos tiene como una de las naciones más secas del mundo. De hecho, Chile figura en el lugar 18 de 164 países con mayor estrés hídrico, y lamentablemente no solo tiene que ver por la crisis climática sino que se suman a las descaradas intervenciones del ser humano. Un botón de muestra son los hallazgos que divulgó el hidrólogo e investigador Pablo García-Chevesich, quien el año pasado aseguró en Radio Cooperativa que la Laguna de Aculeo, en la Región Metropolitana, se secó debido al uso indiscriminado de recursos hídricos y no solo a la falta de lluvias.

“La gente le echa la culpa al cambio climático por todo en Chile pero la mayoría del tiempo no es así. A veces la culpa es de las actividades humanas: según nuestro estudio, la laguna de Aculeo se secó gracias al consumo y muy poquito tuvo que ver la escasez de lluvia”, indicó el académico.

Parte de la responsabilidad de este fenómeno, dijo, recae sobre el Estado, porque cedieron derechos de agua sin antes realizar estudios previos en la zona que indicaran el impacto que iba a tener ese nivel de consumo. “Autorizaron muchísimos litros por segundo para extraer agua, tanto desde la laguna directamente como también del acuífero, con una pésima fiscalización”, afirmó.

Sea como sea, y a pesar de las malas decisiones políticas, el estrés hídrico es una preocupación ante la que podemos tomar acciones como ciudadanos. Aquí hablaremos de las plantas, y cómo en vez de elegir las especies de moda o el demandante pasto —que requieren de mucho y constante riesgo—, podemos escoger aquellas variedades más resistentes y eficientes ante la falta de agua.

Conversamos con Wilma Borchers, ingeniera en Medio Ambiente y Recursos Naturales, sobre las mejores opciones para optimizar el riego, además de las especies más recomendadas para este preocupante escenario hídrico.

Jardines sustentables

En primera instancia, la especialista en material vegetal y arbolado, fundadora de El Jardín de Irenee, dice que es urgente conocer el concepto de jardines sustentables, los que erróneamente son percibidos como “un paisajismo árido y seco, lo que no es verdad”.

“El área no pierde el verde”, dice Borchers, pero para valorarlo es importante provocar un cambio cultural y dejar de pensar en el pasto como elemento insustituible de un jardín. Al contrario, debe haber capas vegetales que requieran una cantidad mínima de riego para sobrevivir.

“No es necesario tener césped en zonas muertas, espacios por donde uno no transita ni descansa”, explica. “En esos lugares no se justifica en lo absoluto tener pasto”. Para provocar ese cambio es necesario olvidarnos del clásico “Jardín Francés” y educar sobre los beneficios y maravillas de los “Jardines Silvestres Sustentables”.

“Hay que hacer hincapié en políticas que fomenten el uso responsable del recurso hídrico, hacer partícipe al ciudadano y concientizar sobre la gravedad del nuevo escenario climático”. Para eso, modificar el concepto de jardín ideal va en esa línea.

Las plantas que debemos buscar

En este contexto de emergencia hídrica, hay que optar por plantas que tengan un bajo requerimiento de agua, como por ejemplo plantas nativas, gramíneas y bulbosas. “Son especies definidas como rústicas, las cuales requieren de menos riego y se van a adaptar de mejor manera a la contaminación y a la radiación solar, además de tener mayor tolerancia a las enfermedades”, asegura Borchers. El objetivo que no debemos perder de vista, según ella, es poder “adaptar los jardines a nuestra realidad nacional”.

Este tipo de plantas suelen ser regadas cada 3-4 días durante el verano, una cantidad “mucho menor al pasto, ya que el césped en los meses estivales requiere de agua entre una y dos veces diarias”.

“Podemos elegir plantas que florezcan y que atraigan abejas, mariposas, polillas o polinizadores benéficos”, añade. Si bien usar plantas nativas es clave, “también nos podemos apoyar en plantas exóticas no invasoras”. El concepto es poder “transformar el jardín en un sistema biológico de aspecto silvestre con gran biodiversidad”.

Entre las especies que pueden ser buenos aliados del ahorro de agua figuran las siguientes, muchas de ellas endémicas:

Lo interesante de estas especies es que además de requerir menos agua, “son muy ornamentales, ya que otorgar color, movimiento y texturas en las diferentes estaciones del año”, dice Borchers. También favorecen la polinización “y son de gran valor alimenticio para muchas especies que nos pueden visitar en nuestro jardín”.

Cuidar el riego

El agua es un recurso que debemos cuidar y para aquellas personas aficionadas a la jardinería y la botánica, este puede ser un gran desafío, ya que requiere que prestemos mayor atención y que cambiemos nuestros hábitos de riego.

A continuación compartimos algunos consejos de la Laura Edwards, climatóloga y académica de la South Dakota State University Extension State.

Riega las plantas profundamente

En promedio, las plantas prefieren entre tres y seis centímetros de humedad por semana. Para preparar las plantas, conviene regar profundamente una vez a la semana: esta es una práctica más eficiente que regar más a menudo y con menos cantidad de agua. El riego profundo establece un sistema de raíces más fuerte, que ayudará a sustentar las plantas durante los períodos cálidos y secos. Regar profundamente también mantiene más humedad en el suelo y por ende hay menos evaporación.

El mulch es necesario

La aplicación de dos a tres pulgadas de mulch o mantillo en el jardín y los sectores con flores protegerá al suelo del sol directo. Esto mantiene la tierra más fresca, conserva la humedad en el suelo por más tiempo y además restringe las malezas al mínimo.

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Riega con una manguera de remojo u opta por sistema de goteo

Estos dos sistemas de suministro proporcionarán agua directamente al suelo y al sistema de raíces de la planta. Reducen en gran medida la perdida de agua y su evaporación. Como beneficio adicional, mantienen las hojas y el follaje seco, lo que a su vez ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con los hongos. Existen alternativas para hacer este sistema de forma gratuita siguiendo un tutorial como este o simplemente hay que comprar las herramientas especialmente diseñadas para eso.

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Evita aplicar herbicidas

La aplicación de herbicidas en temporadas de calor puede generar que el líquido se convierta en gas y causar daño al sector en cuestión. Cabe destacar que las malezas no absorben el herbicida tan bien durante condiciones de altas temperaturas, incluso hay algunas malezas que pueden volverse tolerantes a ellos.

Cuidado con el uso de fertilizante

El uso de fertilizante promueve un crecimiento rápido, pero esto también significa que la planta va a requerir de más agua. Sin él, las plantas crecerán bien solo que a un ritmo más lento. Además, las sales de los fertilizantes pueden acumularse en el suelo, y dado que hay menos humedad para ayudar en su absorción o a que se filtre en el suelo, su acumulación puede tener una tendencia a quemar las raíces de las plantas.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 1 de febrero de 2023. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

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