Irrigadores bucales: la hidrolavadora oral que debes conocer

El cepillado no siempre consigue eliminar toda la comida que queda entre los dientes, y quienes usan brackets o implantes sufren aún más de este problema. Eso lo intenta resolver esta herramienta, que con agua a presión saca los restos como si se tratara de un lavado de autos. Dos especialistas explican sus bondades y también sus cuidados, ya que no es llegar y usar.




A veces no se le toma el peso, pero mantener el aseo bucal es mucho más importante de lo que podamos pensar. No solo para evitar las caries o prevenir el mal aliento; también para cuidarse de otros males. Sin ir más lejos, hace unas semanas un grupo de investigadores de la Universidad de El Cairo, en Egipto, revelaron en un estudio que los contagiados de Covid-19 tienen más probabilidades de enfermarse gravemente si su salud bucal es mala.

“Los tejidos orales pueden actuar como un reservorio para el SARS-CoV-2, desarrollando una alta carga viral en la cavidad bucal. Por lo tanto, recomendamos el mantenimiento de la salud bucal y la mejora de las medidas de higiene bucal″, dijeron los investigadores egipcios.

Cuando te cepillas los dientes, ayudas a eliminar la comida y la placa, una película blanca pegajosa que se forma en los dientes y que contiene bacterias. Después de comer algo que contenga azúcar, las bacterias de la placa comienzan a producir ácidos que atacan el esmalte de los dientes. Si no se tiene una buena higiene dental, la placa se reproduce, el esmalte se debilita y comienzan a provocarse las caries, pequeños orificios por donde las bacterias avanzan hacia el interior de las piezas dentales, pudiendo llegar hasta los nervios y los vasos sanguíneos de los dientes, con todo el dolor que eso significa.

Cuando hay brackets, implantes u otro tipo de intervención en los dientes, es más difícil lograr una sanitización cien por ciento exitosa. Los restos de comida se rehúsan a salir y se aferran a los espacios entre cada diente. A veces te cepillas bien y no ves nada, sin embargo ahí están, escondidos, aferrándose a permanecer en la boca.

La importancia del cepillado

“El cepillado de dientes, el acto de barrer mecánicamente el biofilm de bacterias que se deposita y crece sobre las estructuras orales, es lo más importante para mantener la salud bucal”, asegura José Matías Contente, odontólogo especialista en periodoncia.

¿Por qué tenemos tan malos indicadores de caries y enfermedad periodontal en Chile? Contente dice que “la gente se cepilla poco o mal; o ambas”. La acción de cepillar “requiere constancia y la habilidad motriz suficiente para hacerlo bien”.

En cuanto a la técnica, la más recomendada es “colocar el cabezal del cepillo en un ángulo de 45º entre el diente y la encía”, comentó en un artículo pasado Fernando Concha, periodoncista e implantólogo. Acto seguido se hace un “movimiento corto, como una vibración, para encajar las cerdas del cepillo sobre la superficie del diente y los rincones entre ellos”, para posteriormente “barrer” en todos los dientes, caras internas, externas y oclusales, que es la zona en las que muerden.

Con una buena técnica de cepillado, se remueve placa bacteriana, depósitos duros, blandos, interdentales y se cuida también el margen gingival, que es donde se une la encía al diente

“El problema es que el uso del cepillo común no basta para la correcta higienización”, complementa Sebastián Peragallo, cirujano dentista. “Por si solo no alcanza a llegar a espacios de difícil acceso, como el área entre los dientes o zonas críticas de estructuras protésicas fijas”.

“Con el tiempo empezaron han aparecido una serie de elementos que mejoran el desempeño del cepillado”, dice Contente, como por ejemplo las distintas pastas dentífricas, la seda dental, el limpiador lingual, los cepillos interproximales y los eléctricos, enjuagues y dispositivos de limpieza de base a presión de agua, como el waterpik. “Hay muchos elementos nuevos que van saliendo con el desarrollo de evidencia y de nuevas tecnologías. Pero todos son coadyuvantes al cepillado, ninguno lo reemplaza”, recalca. “El cepillado sigue siendo el elemento de limpieza más importante”.

El irrigador oral

Hace unas dos visitas al dentista, la periodoncista me recomendó comprar un waterpik. La miré desconcertada —¿un waterqué?— y me dijo que era “como una hidrolavadora dental”. “El waterpik es un instrumento de higiene dental conocido como los ‘irrigador oral’”, explica Peragallo, quien además es docente de Anatomía de la Universidad de Valparaíso.

“Estos utilizan un chorro de agua con diferentes presiones, y representan una herramienta más en la remoción y desorganización de la placa bacteriana”, agrega. Es una herramienta que viene a hacer el proceso un poco más fácil y eficiente, sobre todo cuando hay más obstáculos a la hora de cepillar, como brackets u otros implantes.

No todos necesitan un irrigador bucal como el waterpik, pero sí podría ser de extrema utilidad para “aquellos pacientes que vean disminuida su habilidad motriz —adultos mayores, por ejemplo—, o pacientes que tengan algún problema que dificulte su capacidad de cepillarse”, cuenta Contente. También puede ser ideal para personas “que tengan aparatos intraorales que sean de una complejidad de limpieza mayor, como la ortodoncia, los brackets o pacientes con grandes rehabilitaciones sobre implantes”. Peragallo repite que “ninguna forma reemplaza el uso del cepillo y los elementos de higiene interdental”, pero a mucha gente esta herramienta les “simplifica mucho la higiene, algo que puede volverse el peor de los problemas para los pacientes”.

Hablemos de la experiencia

Los brackets que yo uso son sublinguales —es decir, van por la cara interna de los dientes, y no se ven desde fuera—, por lo que el irrigador oral ha sido toda una experiencia. A pesar de usar al menos tres cepillos diferentes para remover restos de comida, hay veces que estos simplemente se niegan a ceder.

El irrigador que encontré bastante rápido en el mercado fue el Waterpulse. Le mostré una foto a mi odontóloga de seguimiento y me recomendó adquirir el de estanque grande, porque el pequeño y portátil tiene menor capacidad de agua, lo que implica que tienes que estar rellenándolo constantemente.

La sensación del chorro de agua chocando los dientes y tus encías es similar a como cuando limpias tu auto con hidrolavadora. Durante el primer uso, se sintió extraño e incluso me dolieron lo bordes de las encías. Pero a los días ya me acostumbré. El modelo tiene diez niveles distintos de presión de agua —entre 30 y 90 PSI— y diferentes cabezales. El que me resultó más útil fue el que tiene una punta de silicona, que ayuda a que pueda entrar por todos los rincones de la boca.

Irrigador bucal eléctrico Waterpulse 800 ml


Para alguien que nunca ha usado un irrigador, la principal advertencia que puedo entregar es que mantenga la boca cerrada mientras lo utiliza. De lo contrario, el agua salta como cuando estás regando el jardín y dejas la manguera en el suelo: una locura.

El gran problema de este aparato es el precio. No es algo que pueda ser accesible para todos, porque bordea los cincuenta mil pesos. Sin embargo, puede ser una buena inversión para todas las patologías descritas anteriormente. Con este instrumento te aseguras de que la higiene bucal sea más pulcra, sobre todo si tienes brackets.

Una opción más económica es el B-Part, que cuenta con un tanque más pequeño —600 ml— y menos rangos de presión de agua, llegando solo a los 70 PSI. Además hace un poco más de ruido que el Waterpulse, algo que puede ser molesto para quienes comparten baño o se lavan muy temprano o muy tarde los dientes.

Irrigador para higiene bucal B-Part 600 ml

“Sise está pensando utilizar una herramienta de presión de agua como el waterpik, hay que consultar antes con su odontólogo sobre los posibles riesgos y las mejores formas de uso”, agrega Peragallo. En pacientes con condiciones particulares, la presión de agua “tiene riesgos de provocar ciertos problemas en los tejidos blandos de la encía”.

Otros consejos

“El cepillado debe realizarse todos los días”, afirma Contente, “sagradamente en la mañana y en la noche, sin falta”. Después del cepillado la idea es no comer nada más. “Lo recomendable es lavarse después de cada comida”, dice, además de tener un control “con su dentista cada 6 meses y entender que prevenir es mucho mejor y más barato que tratar, sobre todo en la odontología”.

“Siempre se deben utilizar cepillos suaves o ultra suaves, ya que el paciente debe buscar una correcta higiene sin traumatizar los tejidos blandos que rodean al diente”, recomienda Peragallo. También destaca que “las personas ojalá usen elementos de higiene interdental —como hilos, enjuagues o estos irrigadores— al menos una vez al día”.

“Este último punto es sumamente relevante, porque el principal problema de los pacientes que llegan a la consulta es que presentan patologías acumulativas en el tiempo en estas zonas de difícil acceso a la higiene”, remata.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 2 de noviembre de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

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