Huerta en casa: cuáles son los mejores maceteros para cultivar especias y hortalizas

En balcones y terrazas, las macetas reemplazan al suelo y de sus paredes saldrá el contenido de las ensaladas de verano. Dos expertos cuentan cómo elegirlas y en qué hay que fijarse para que tus hortalizas crezcan con vigor.




Actualizado el 22 de septiembre de 2022.

Ver videos tutoriales puede producir un efecto profundamente contradictorio: por un lado, lo perfecto del escenario —una cocina grande y equipada, un set de maquillaje completo o una huerta abundante y espaciosa— suele producirnos mucho placer y deseos de replicar el proceso que se enseña en nuestra casa. Pero por el otro, esa misma perfección, contrastada con la decadencia de nuestro hogar —cocina chica y desabastecida, el espejo del baño roto y un balcón con dos maceteros secos y trizados—, nos desmotiva de inmediato, dejándonos peor que antes.

Es lo que sucede, por ejemplo, al mirar videos de cómo plantar, cultivar y cosechar tus propios vegetales. Tanto en Instagram como en YouTube, pero especialmente en el frenesí de TikTok, estos clips pueden resultar muy educativos y didácticos, pero lo común es que se graben en grandes y frondosos patios, llenos de hierbas y hortalizas orgánicas, con una que otra gallina feliz cruzándose frente a la cámara.

La imagen de ese paraíso de autosuficiencia poscapitalista, al menos a mí, me causa tanta fascinación como envidia, y aunque me dan ciertas ganas de tener un pedacito de eso en mi patio, con un vistazo a las malezas de mi terraza, que se pelean el dominio del terreno con las cacas del perro y una pelota desinflada, es suficiente para perder cualquier impulso horticultor.

Algo que, me imagino, le debe pasar a la mayoría de los chilenos que viven en grandes ciudades: al menos en Santiago, más de la mitad residen en viviendas de 70m2 o menos. Pensar en una huerta es una fantasía cuando apenas hay espacio para dormir y pasar el día. “Es verdad”, dice Juan Pablo Benavente, dueño de La Mano Verde. “Pero hay soluciones para cultivar algunas cosas en lugares reducidos”.

Más que espacio, se requiere tiempo. Hace unos meses, mostramos cuáles eran las claves para construir un huerto en balcones, terrazas o patios pequeños. Lo más importante, nos dijeron los expertos, era darle dedicación, conseguir buena tierra y tener maceteros apropiados.

¿Todas las macetas sirven para todas las plantas? “Eso está lejos de ser así”, dice Benavente. “Cada especie necesita una profundidad y un espacio diferente”. Teniendo las adecuadas, se pueden hacer crecer muchas variedades de especies, desde pequeños brotes de lenteja o alfalfa hasta altas ramas de tomate y albahaca. “Se consiguen cosas interesantes, pero ojo: nunca será igual a que si estuviera plantada en el suelo”, advierte Benavente. “Hay que moderar las expectativas”.

Una buena alternativa es hacerse de las huertas que vienen listas para instalarse. Como esta de Vuelta Verde, que además del cantero de madera impermeabilizada, incluye 10 litros de sustrato (45% de tierra de hoja, 45% de compost y 10% de perlita), 2 litros de mulch (para cubrir y proteger la tierra) y tres almácigos de temporada.

Mini huerto Vuelta Verde 50x18x16cm


Profundo

No todo se puede cultivar en maceteros. O más bien: no todo conviene hacerlo crecer en ese espacio tan delimitado. Algunas especies —como el repollo, el brócoli o la coliflor—, aunque podrían desarrollarse, lo harían con mucho estrés y el resultado no valdría la pena. Otras, como las zanahorias, necesitan de una profundidad que la maceta no les puede dar.

“Lo importante es que la masa crítica de la producción —es decir, lo que finalmente llevaremos a nuestros platos— esté en equilibrio con el tiempo y el esfuerzo dedicados”, dice Juan Pablo Benavente. De poco servirán los meses de riego, podas, fertilización y cuidado si al final solo obtendremos un mícero par de habas.

El hombre de La Mano Verde sí recomienda cultivar hierbas —“como el ciboulette o el wheatgrass, que salen fácil, la menta, la melissa, la hierba buena (aunque podándolas bien seguido, sin pena), el tomillo, el orégano y el romero”—, ya que no necesitan mucha profundidad —“con 10 o 20 cm es suficiente”— y son perennes, por lo que se pueden consumir constantemente.

No así con el cilantro y el perejil, que luego de cosechados deben ser plantados nuevamente. “Dedicarles un macetero no sería tan buena idea”, dice Benavente. Las lechugas y la rúcula, en cambio, son una gran opción: requieren poca profundidad, no más de 20 cm, y se pueden ir cosechando por hojas, según lo que se necesite para la ensalada, sin necesidad de arrancarla completa.

Macetero redondo DecoGreen biodegradable 20cm


Incluso menos, cree Óscar Contreras, de De huerta a la raíz. “Para lechugas u hojas, con 10cm se pueden dar bien”. Respecto a la siembre, da un consejo. “En los almácigos hay una regla de oro: hay que poner la semilla bajo dos veces su tamaño de tierra. Es decir, si la semilla mide un centímetro, hay que enterrarla dos centímetros”.

“Los que son muy entretenidos son los ajíes”, cuenta Juan Pablo Benavente. “Hay una enorme variedad (cacho de cabra, puta madre, rocoto, verde, dulce), son perennes y no necesitan de un gran macetero. Con 35 cms de profundidad es suficiente”.

Los ajíes pertenecen a la familia de las solanáceas, compartiendo ahí parentesco con el protagonista de toda huerta: el tomate. “El tomate cherry es ideal para un macetero: en un recipiente de 25 litros puedes hacer crecer perfectamente un eje, teniendo espacio hacia arriba”, dice Benavente. En la misma maceta, si es suficientemente ancha, él recomienda plantar albahaca. “Conviven muy bien los dos”, dice, como si luego supieran que también compartirán plato en la salsa, la ensalda caprese o la pizza.

Otra solanácea es la berenjena, que también funciona en macetero, y exige la misma profundidad que su primo en tercer grado, el ají. “Todas ellas andan bien en una maceta de 30x30x30″, explica Contreras.

Material

En el mercado hay maceteros de madera, como sacados de una búsqueda de Pinterest, y también de plástico, menos glamorosos, o los tradicionales de greda o arcilla. Pero también es común ver soluciones caseras con bidones de plásticos, tarros de leche, cajas de vino o botellas de jugo. ¿Hace una diferencia el material con el que están hechos?

“Los de madera pueden ser muy bonitos, con facilidad para moverlos, pero tarde o temprano se pudren”, dice Benavente. “Al revés, el plástico no tiene ninguna onda y muy mala fama, pero duran mucho tiempo. Con los bidones de agua, cortándoles la parte de arriba (que luego se puede ocupar de embudo), se pueden hacer macetas muy funcionales".

Macetero de madera para balcón Diseño Verde 60x17x23 cm


“La gracia”, dice Óscar Contreras, “es ocupar recursos que tengas a la mano: un tambor de pintura, botellas, o un cajón de madera, aunque puede que no dure tanto tiempo. La idea es reutilizar siempre”.

Los de greda, “muy nobles”, según Benavente, tienen la incomodidad de su peso, que los hace difíciles de mover y poco prácticos para espacios reducidos.

Él también avisa sobre algunos maceteros de otros materiales, como aluminio o cerámica, “hechos por grandes artesanos y de gran factura”, pero que solo tienen un pequeño hoyito para drenar el agua. “Se tapan muy fácilmente, el agua no sale y la planta se termina ahogando”, advierte. “Por eso sugiero fijarse y con un taladro ponerle más hoyos si hace falta. Si tiene muchos no pasa nada, quizá haya que regarla más seguido, pero eso es preferible a que se ahogue y se muera”.

“Lo más importante”, agrega Contreras, “no es el material de la maceta sino el medio que le estás dando a la hortaliza: si le entregas las horas de luz necesarias, acceso al agua y las condiciones óptimas para que la planta se pueda desarrollar”.

Macetero huerta rústica 30x25x23 cm


Sustrato

A diferencia del suelo —donde la raíz podrá crecer sin muchos límites, el exceso de humedad se irá hacia el fondo y el calor se distribuirá por los lados—, las fronteras del macetero pueden generar complicaciones, como que el agua no se drene bien y el calor se acumule.

Para evitar estos factores, o controlarlos lo más posible, la clave está en el sustrato, que es como se llama a los componentes del suelo. “No es lo mismo el sustrato para una huerta en el patio o el jardín que para la maceta”, dice Benavente. Una mezcla ideal, aconseja él, debiese tener perlita —un mineral que mejora la retención de agua y la aireación—, compost —que aporta nutrientes—, fibra de coco —que retiene y libera esos nutrientes— y tierra de hoja.

Huerto vertical con sistema auto-regante 15 litros


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