Negroni, martini o pichuncho: 12 cócteles para terminar el día

Ilustración: César Mejías.

Los días cálidos y el horario de verano son la combinación perfecta para culminar las jornadas laborales (puertas adentro o afuera, según sea el caso) con un buen trago en la mano.




Actualizado el 14 de octubre de 2022.

Ya sea en alguna de las terrazas que están funcionando en Santiago y regiones, debajo del parrón en el patio de la casa o simplemente en el balcón de un departamento, lo cierto es que las opciones a la hora de hacer una pausa al terminar el día tomando algo son muchas, sin necesariamente caer en la moda, a estas alturas latera, del Spritz. Hay por cierto cerveza, vino y espumantes, pero también un montón de preparaciones clásicas —y otras no tanto— que vienen a alegrar la primavera austral.

Negroni

Gracias al renacer que el gin viene experimentando desde hace prácticamente una década en todo el mundo, este antiguo cóctel —que combina partes iguales de gin, Campari y vermú rojo, en un vaso whiskero lleno de hielo más una rodaja de naranja— vive muy buenos días. Es un cóctel potente gracias al gin pero que se nota suave en boca por sus otros ingredientes. Refrescante, como para comenzar a pensar en lo que será la tarde-noche de cualquier día de la semana.

Campari bitter 750 ml


Campari & tónica

Un clásico que jamás ha dejado de tener vigencia en las barras, terrazas y piscinas de todo el mundo. Sí, porque se trata de una bebida que refresca como pocas. Si la jornada es muy calurosa, esta es la solución: una parte de Campari y tres de un agua tónica de calidad, que las hay por montones actualmente. Por lo general, este cóctel se solía preparar en un vaso largo, con mucho hielo, más una rodaja de naranja. Sin embargo, por estos días se le ve mucho más en una copa balón: otra vez, la moda del gin haciendo de las suyas. Como sea, es un gran compañero para el calor que se avecina.

Agua tónica Corteza Jesuita 4 botellas


Vodka tónica

Otro que nunca dejó de tener un importante lugar en el mundo de la coctelería es esta preparación, que mezcla vodka a discreción y agua tónica, hasta llegar a los tres cuartos de un vaso largo con tres hielos. Para terminar, se toma un trozo de piel de limón —y solo la piel, no la cáscara completa— y se la estruja suavemente por encima del vaso y su borde superior, para que los aceites esenciales que están ahí entren en la preparación. Finalmente se introduce la piel al vaso y estamos listos para disfrutar, probablemente, el primero de varios. Es que esta preparación sirve para partir, seguir e incluso cerrar cualquier jornada.

Vodka Grey Goose 750 ml


Vermú

O vermouth, para los más puristas. Se trata de un vino macerado con hierbas aromáticas, que le dan un color y sabor únicos. El vermú rojo (o rosso) es más dulce, y el que más se suele tomar como aperitivo en bares italianos, franceses, españoles y argentinos. Hay diversas maneras de beberlo, pero la más popular y refrescante es esta: en un vaso largo, con mucho hielo, tres cuartas partes de vermú más una rodaja de naranja, llenado hasta arriba con soda (el agua mineral con gas también sirve). Así, se puede finalizar de manera muy fresca una jornada laboral en alguna terraza o balcón, antes de ir —si se quiere— por desafíos etílicos mayores.

Vermú rojo Martini 750 ml


Dry Martini

Al otro lado de la moneda, o en este caso del vermú, tenemos al famosísimo Dry Martini, o martini seco, disfrutado por Churchill, Hemingway y —en la ficción— James Bond. Se trata de la mezcla de una onza de vermú blanco y dos onzas de gin, todo revuelto en un vaso con bastante hielo y luego colado, para terminar sirviendo en la tradicional y cónica copa de martini. ¿Algo más? Una cáscara de limón —la tradicional colita de chancho que se utilizaba antes en Chile puede ser— o una aceituna verde. Un cóctel lleno de historia. que sirve para cualquier día del año y a cualquier hora. ¿Lo quiere más seco? No hay problema. Hay gente que lo bebe tan seco que ni siquiera abre la botella de vermú para prepararlo.

Gin Franklin #1 Quintal


Pichuncho

Hasta hace no muchos años, este cóctel nacional no era más que la simple combinación de tres partes de pisco por una de vermú a elección, servido a temperatura ambiente o con un par de hielos más una rodaja de limón y en cualquier copa o vaso pequeño, según se acostumbrara en el bar de turno. Sin embargo, cuando a nuestro tradicional pichuncho se le prepara con las mismas cantidades y delicadeza del martini seco, la cosa cambia. Hagan la prueba y no se arrepentirán. Aunque ojo: por alguna razón el pichuncho da hambre, así que hay que pedirlo con la carta de entremeses cerca.

Pisco Sagrado Corazón 35º 750 ml


Long Island Iced Tea

No es un té helado, pero se le parece. Al menos en su aspecto, aunque en realidad se trata de un cóctel muy potente pero refrescante. Por lo mismo, no son pocos los que tienen alguna historia con esta preparación. El Long Island Iced Tea es una mezcla en partes iguales de vodka, ron blanco, tequila, gin, almíbar (o goma) y jugo de limón. Todo puesto en un vaso largo con hielo y una rodaja de limón más un poco de bebida cola hasta llenar el vaso. Una bomba, es cierto, pero si el día estuvo duro y aún hace calor, ¿por qué negárselo a alguien? Vale la pena advertir que hay que irse con cuidado.


Mojito

Cualquier cóctel originario de Cuba, como éste, está diseñado para consumirlo en jornadas calurosas. Por eso, un mojito al terminar el día, sobre todo cuando el sol aún está pegando, funciona muy bien. Además, prepararlo es simple y rápido. En un vaso alto y ancho se ponen unas hojas de menta, azúcar y un poco de jugo de limón, más un par de gajos de éste. Se machacan suavemente las hojas y el limón para que suelten sus aceites, luego se agrega soda y se revuelve para mezclarlo todo. Finalmente, se le da un toque de ron blanco y hielo. Listo. El mojito debe ser fresco y pegar solo lo justo, por lo que se aconseja servirlo siempre suave, como para tener candela hasta que las velas no ardan.

Ron blanco Bacardi Carta Blanca 750 cc


Tom Collins

Este es otro antiguo y clásico cóctel, que con la vuelta del gin ha comenzado, muy lentamente, a verse nuevamente por barras, mesas y terrazas. Más allá de su potencia etílica, sus ingredientes lo hacen un trago no solo refrescante sino también ideal para limpiar el paladar antes o después de una buena comida. La cosa es más o menos así: en un vaso largo se ponen dos onzas de gin, una de jugo de limón y media de almíbar o jarabe de goma. Se agregan unos cubos de hielo y luego soda o agua mineral con gas. Se revuelve, se decora con una rodaja de limón y un marrasquino, y ya estamos listos para partir.

Agua soda Scotti 12 botellas de 2 litros


Daiquiri

Otra preparación originaria de Cuba, obviamente con ron y que, al igual que el mojito, funciona perfecto con el calor del final del día. La receta es fácil y precisa: dos partes de ron blanco, una de jugo de limón, y azúcar a gusto. Se mete todo en una coctelera con hielo, se agita por unos minutos, y luego se sirve. Otra opción es hacerlo todo en una licuadora y servirlo con hielo molido. Algunos le dan un toque final con apenas unas gotas de licor de cereza o jugo de marrasquino. De ahí en más las versiones, con muchas otras frutas, suman y siguen. Es engañoso, pero aún así nunca ha dejado de ganar adeptos.


Gin tonic

El boom del gin en el mundo no solo potenció su uso en nuevas y viejas preparaciones; también le dio una nueva fuerza al tradicional gin tonic, que en Chile jamás gozó de buena fama. De paso, se potenció el mercado de estos destilados —los llamados espirituosos— elaborados en nuestro país, y la gama de agua tónicas presentes en nuestro comercio, nacionales o importadas, se diversificó en poco más de un lustro. Así, cada vez es más fácil pedir o preparar esta simple mezcla de gin, agua tónica, hielo y cáscara de limón en una copa balón. Probablemente, nunca antes se tomó tanto gin —y sobre todo gin tonic— en Chile. Con el calor, esta tendencia solo seguirá al alza.


Trikahue

Si una piscola o un pisco sour les parecen muy fuertes para beber cuando aún no llega la noche, una buena opción puede ser el trikahue. Es un cóctel a base de pisco, creado hace un par de años al alero del colectivo Cultura Pisco, que partió en La Vinoteca pero que ya se puede encontrar en la carta de varios bares santiaguinos. Esta preparación se sirve —era que no— en una copa balón, y lleva jugo de limón, jengibre, pisco, araucano, ginger ale, hojas de menta y una rodaja de naranja. Y hielo, claro. A pesar de la larga lista de ingredientes, se trata de un cóctel que se toma fácil y, lo más importante, que refresca.


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