Orrego y Oliva definirán la batalla por la Metropolitana

FOTO: ROCIO CUMINAO ROJAS / AGENCIAUNO

El Frente Amplio irrumpió en una elección donde parecía que el candidato DC lideraría con holgura. En el camino, la candidata de Comunes dejó afuera a Parot de Chile Vamos y pulverizó las aspiraciones de Pablo Maltés de pelear una segunda vuelta.


Esto no era lo que predecían las encuestas. Los sondeos, de hecho, daban ganador a Claudio Orrego (DC) por un margen tan amplio, alrededor del 30%, que lo situaba a un rasguño de cerrar la elección sin necesidad de una segunda vuelta. El premio en esta votación por gobernadores en la RM para el resto de los candidatos parecía ser acompañarlo en la papeleta del 13 de junio. De hecho, tres días antes de la elección, Orrego lo dejaba claro en un punto de prensa: “Es bien interesante que la discusión política de estos días no sea respecto de quién va a ganar en primera vuelta, sino que cuál va a ser el segundo (…). Yo tengo que estar preparado para quienquiera sea el segundo, si hay segunda vuelta, ir a ganarla”.

La candidata a gobernadora por la Región Metropolitana, Catalina Parot, votó en el Colegio Madre Tierra de Lo Barnechea. (Foto: Agencia Uno)

Al principio, las proyecciones mostraban a la exministra de Sebastián Piñera, Catalina Parot, como su principal contendora. En su equipo de campaña la situaban con un apoyo que rondaba entre el 22 y 27%. Aunque su apuesta por presidencializar la elección, para alinear a alcaldes y candidatos de Chile Vamos, pareció jugarle en contra. Eso y las votos que podía masticarle Rojo Edwards, del Partido Republicano, vinieron las últimas semanas de campaña con una sensación de que su apoyo iba a la baja. El misterio era el humanista Pablo Maltés y cuánto podía beneficiarse del traspaso de su esposa, la diputada Pamela Jiles. Pero después de llegar a marcar hasta 20% en algunas encuestas internas cuando se aprobó el tercer retiro de las AFP, su candidatura se empezó a enfriar. Karina Oliva, de Comunes, era una apuesta. No sólo por foguearse en una primaria del Frente Amplio, sino también porque no había certeza de cuánto músculo tenía la candidatura de la cientista política, para muchos desconocida, de movilizar a los votantes de los distritos 9, 10, 12 y 13 donde había hecho un trabajo territorial fuerte. En su comando lo decían como broma, pero previo a la elección había dos cosas que ilusionaban a Oliva. La primera era que por primera vez la habían reconocido cuando fue a ferias en San Bernardo y Pedro Aguirre Cerda. La otra era que su nombre estaba arriba en la papeleta. Y a las mujeres arriba, decían en su equipo, les va mejor.

Claudio Orrego quedó en primer lugar en la carrera por la Gobernación de la Región Metropolitana.

Orrego votó el sábado en un colegio en Peñalolén. Al día siguiente acompañó a Claudio Castro que peleaba la reelección con Renca. Ahí dijo que no le obsesionaba saber quién sería su rival en el balotaje, aunque los cálculos de su equipo seguían apuntando a Parot o Maltés. Pero cuando los votos comenzaron a contarse, ese espejismo se disipó. Sería Karina Oliva la retadora y por un margen bastante ceñido: 25,42% contra 23,36% con el 96,82% de los votos escrutados. La sorpresa fue Nathalie Joignant, de 50 años y del Partido Ecologista Verde, que se quedó con un 15,21%. Eso la dejaba en tercer lugar, superando el 14,98% de Catalina Parot, y con suficiente muñeca para voltear la definición. Pero Joignant, esta noche, no quería saber nada de eso. Lo que le interesaba, dijo, era cuidar a su madre enferma en un hospital.

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