Las dudas que abre el fin de la era Van Rysselberghe en la UDI

La senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe. Foto: Mario Téllez

Senadora está impedida legalmente de ir por un tercer período como presidenta del partido.


“Son tiempos difíciles y hay que cuidar la unidad. Pero la unidad se puede cuidar tanto en un ambiente de elección como en un ambiente de búsqueda de un consenso”, recalca. Hasta ahí llega por el momento la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, cuando se le pregunta por el escenario que se abre luego de que el Servel sentenciara que no puede ir por un tercer período al mando del partido.

Esa es la única regla del juego clara hasta hoy. El otro punto prácticamente definido es que la disidencia llevaría a las internas de fin de año a la diputada María José Hoffmann.

De ahí para adelante se abren varias dudas que podrían apaciguar o encender más el conflicto que atraviesa la colectividad, luego de que varios parlamentarios aprobaran el retiro de fondos de AFP y la colectividad decidiera pasarlos al tribunal supremo.

Hasta ahora, hay unos cuantos escenarios posibles. Uno es la pretensión de los adversarios de la senadora para que deje luego el mando y se instale una mesa de transición hasta las elecciones internas. Ella no está dispuesta y en la trinchera opuesta lo ven improbable. El segundo es que las internas desemboquen en el viejo dilema de una competencia a dos bandas o una “mesa de consenso”.

En este contexto, una de las dudas es qué hará Van Rysselberghe: si levantará una lista para competir y si la integrará en uno de sus cargos (incluso en un escenario de mesa consenso, si fuera posible). Por el momento, no ha decidido nada. De cualquier modo, tendría asegurado un cupo en la próxima mesa si es que se cumple lo que ayer recordaban en la directiva: que el próximo año le corresponde asumir la jefatura del comité de senadores, cargo que participa de la plana mayor ejecutiva de la UDI.

Pero la senadora tiene un problema. A fines del próximo año encarará una reelección por el Biobío bajo condiciones muy distintas a la de la última vez, en 2013: ahora la circunscripción es la región completa y no la mitad, y su hermano Enrique sí está impedido de repostular como diputado en esa zona, con lo que podría perder fuerza electoral. Eso le consume tiempo y recursos políticos, una de las razones que la obligan a dividir su tiempo entre Santiago y su región.

Además, sus viejos rivales en esa plaza son los mismos que aceleraron la sentencia del Servel: los diputados Sergio Bobadilla e Iván Norambuena. Para las huestes de Van Rysselberghe, este último busca disputarle además la senaturía.

Patricio Melero, expresidente UDI, cree que “con todos los eventos electorales que hay por delante, sería deseable alcanzar una unidad para una lista de consenso, pero si no se logra, no hay que descartar tampoco una elección que zanje el tema”. Y Norambuena es de la idea de que “corresponde explorar la posibilidad de adelantar las elecciones, porque tenemos decisiones importantes: la inscripción de primarias para alcaldes a fines de septiembre, el plebiscito en octubre y después las municipales en abril. La nueva mesa va a tener que estar preparada para esto con tiempo”.

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