Juan Antonio Coloma: "Para Chile Vamos, es de vida o muerte no adelantar la carrera presidencial"

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Foto: Dedvi Missene

Senador UDI, además, responde a las críticas desde RN a Lavín y sostiene que "no le pidamos que haga cosas que quizás en el mundo político pueden ser las que parecen -entre comillas- importantes". A su juicio, al alcalde "no hay que medirlo con las lógicas tradicionales, porque no es un político tradicional".


Tras una semana marcada por las declaraciones del Presidente Sebastián Piñera sobre el alcalde Joaquín Lavín y los efectos que ello generó, el senador y expresidente de la UDI Juan Antonio Coloma hace un llamado a su sector a "no perder el foco" y priorizar aquello que define como "el sello del gobierno".

¿Cómo toma las declaraciones del Presidente hacia Lavín, en que valoró su gestión, dio cuenta de la amistad entre ambos y lo ubicó como una "buena carta presidencial"?

Espero que siempre el Presidente Piñera hable bien de la gente de Chile Vamos. Ahora, de ahí a deducir, como algunos lo han hecho, que hay una especie de bandera de largada respecto de la candidatura presidencial, me parece que hay una distancia muy grande. Yo creo que no estuvo ni en el ánimo del Presidente Piñera ni en la utilidad de Chile Vamos.

El punto es que esta discusión la abre el Presidente, porque cuando en mayo el senador Andrés Allamand expresó su disponibilidad por competir para llegar a La Moneda, el Mandatario cerró la puerta: dijo que "cuando van 15 meses de gobierno no es oportuno iniciar campañas". Y agregó que "hay muchos que toda su vida aspiran a ser candidatos presidenciales". Palabras drásticamente distintas respecto de lo que expresa ahora sobre Lavín…

Yo actúo con convicciones y mi convicción es que el Presidente Piñera va a ser neutral respecto del tema presidencial. Además, creo que para Chile Vamos es de vida o muerte no adelantar la carrera presidencial, porque hay dos cosas en juego muy importantes. La primera es que cuando uno está en el gobierno, obviamente, la principal tarea es gobernar. Y gobernar es difícil. Hay que imponer un sello, establecer el cumplimiento de prioridades, concentrarse en resolver los problemas de las personas más que en hacer propuestas de naturaleza distinta. Así que me parecería un error estratégico severo adelantar la carrera presidencial, tanto por acción como por omisión. En segundo lugar, revelaría una desconexión con la realidad. Adelantar una carrera presidencial es desconectarse de la realidad. No hay que confundir los temas de la elite política con los temas ciudadanos. Esa desconexión a mí me inquieta, porque si algo ha aportado Chile Vamos a la centroderecha en la perspectiva histórica es su sentido común, su capacidad de abordar temas en los momentos adecuados, dar soluciones.

¿Querrá el Presidente reparar un error cuando, en una segunda ocasión, se refirió a este tema y mencionó a varios presidenciables del sector, o evitar -como planteó- que sean tan "sensibles" en Chile Vamos? ¿Están muy sensibles en Chile Vamos?

Hay una sensibilidad y tampoco es tan anormal, si estas cosas son parte de la vida. Tengo algo de experiencia en esta materia y, de alguna manera, puedo intuir las cosas que son exitosas versus las que no lo son. Y cuando uno está en el gobierno, sí considero exitoso fijar prioridades, y ser exitoso en esas prioridades para marcar un sello. Este es un gobierno que tiene que concentrarse en el crecimiento, en la seguridad y en el fortalecimiento de la clase media. Esas son prioridades potentes, que dejan huella. Eso no es, a mi juicio, armónico con que, a poco andar, se instale que el tema prioritario, de debate, sea quién va a ser el candidato.

¿Qué efectos puede generar que a partir del Presidente, el gobierno o desde los partidos se adelante esta carrera? ¿Perder, justamente, el gobierno?

Lo que pierde es el foco respecto de lo que es lo distintivo, de su sello. Este es un gobierno que tiene que fijar más ese sello. Es superimportante entender que nosotros fuimos elegidos para fortalecer la clase media, generar más crecimiento y afrontar de un modo distinto la seguridad. Eso tiene que ser así. Hay otros temas, si esto no quiere decir que uno sea sordo, pero hay que concentrarse.

Esta discusión conduce a pensar que se adelantó el síndrome del pato cojo...

Ese es uno de los efectos indeseados.

¿No será que el propio Presidente entra en un debate que los partidos habían mantenido con freno?

Honestamente, no lo creo, y si se interpretó de esa manera, lo razonable es reenfocar.

Se dice que Piñera aprendió lecciones tras su primer paso por La Moneda, y una de ellas es que quiere que su legado sea entregarle la banda presidencial a alguien de su sector…

El primer gobierno nace de una reacción a 20 años de Concertación. Entonces, hay una lógica de decir 'basta ya', y creo que esa fue la gran fuerza que tuvo para ser elegido. Esa gran fuerza también tenía una limitación: cuando algo nace para terminar con una forma de gobernar, muchos sintieron que, habiendo ganado, ya se había cumplido la pega. Creo que esa fue la lógica del primer gobierno. Y yo no lo vi nunca, con fuerza, tan comprometido con que el sentido de los cuatro años fuera que alguien de Chile Vamos se convirtiera en el reemplazante. Eso creo que es completamente distinto en el segundo gobierno, porque ya no nace de una mera lógica de alternancia en el poder; nace de una cosa distinta, de darle otro enfoque a Chile, nace con una profundidad de programa, cosa que en el primer gobierno existía, pero no tenía la ambición que tenía este segundo gobierno. Hay una frase del Presidente Piñera que me parece superimportante, que es que él consideraba que parte muy importante del éxito como presidente era entregarle la banda presidencial a alguien de Chile Vamos. Eso no lo dijo nunca en el primer gobierno.

¿Será por eso que el Presidente, quizás, no buscaba adelantar la carrera, pero sí potenciar a figuras del sector? Lavín está disparado respecto de otras cartas de la centroderecha. Parece lógico que hable bien de él, ¿no cree?

Es lógico que hable bien en general de las figuras del sector, y me parece legítimo que pueda tener una discrepancia respecto de una declaración de alguien.

Pero cuando una persona, como Allamand, expresa su disponibilidad y el Presidente responde que "hay muchos que toda su vida aspiran a ser candidatos presidenciales", no suena a una discrepancia, sino a un golpe…

Me he alejado de los espíritus conspirativos. Creo que fue una reacción a una pregunta respecto de una entrevista. De alguna manera había un ánimo de instalar un tema presidencial. Y estoy seguro que si usted le pregunta al Presidente acerca de cualquiera de las figuras que eventualmente van a ser candidatas, creo que en general va a hablar bien. Haga la prueba.

Desde RN ha habido voces críticas hacia Lavín. Allamand, si bien lo destacó como un "liderazgo potente", dijo que "no creo que el museo de cera sirva para ganar una elección presidencial". Y diputados de esa colectividad también han insistido en que el alcalde tiene que tomar posiciones, meterse en temas nacionales. Lo mismo hizo el expresidente de RN Carlos Larraín. ¿Qué le parece?

Eso es parte de los efectos indeseados del apresuramiento de la candidatura presidencial. Por el ánimo de diferenciar, dejamos de lado la posibilidad de potenciar el gobierno y nos fijamos en achicar las figuras en lugar de agrandarlas. Son vértigos, y eso es lo que quiero tratar de evitar, que ojalá ese tipo de declaraciones no sucedan, porque creo que no ayudan. Dicho eso, también siento la obligación de decir que el liderazgo de Joaquín Lavín es mucho más conectado con las personas. Entonces, no le pidamos a Joaquín Lavín que haga cosas que quizás en el mundo político pueden ser las que parecen -entre comillas- importantes o relevantes para algo. Él tiene un grado de conexión que le ha permitido ser un alcalde muy exitoso, y que eso sea referente para otros, bienvenido. No hay que medir a Lavín -y lo digo independientemente de las campañas- con las lógicas políticas tradicionales, porque no es un político tradicional.

Usted ha planteado la importancia de marcar el sello del gobierno y menciona especialmente el crecimiento económico, materia sobre la que se generaron altas expectativas en la época de campaña y que ahora parecen ir a la baja. ¿Cuánto pueden afectar las cifras actuales para que se concrete ese sello y se pueda proyectar el gobierno a un segundo período?

Obviamente, es un tema. Ahora, este es un buen gobierno en uno de los períodos planetarios más turbulentos que se recuerde. Me imagino esta guerra comercial entre China y Estados Unidos con la conducción económica del gobierno anterior, particularmente en sus inicios, y no sé en qué estaríamos. No es un consuelo, pero es un contexto. No conozco un país que le esté yendo bien, ninguno de los países parecido a Chile están en las condiciones en que está Chile. Lo importante en esta materia no es no tener problemas, o sea, me encantaría que no hubiera guerra comercial, que los precios de los commodities fueran el doble, pero no es así, y lo importante es enfrentar los problemas y resolverlos. Si miro que el resto de Latinoamérica crece a un promedio de 0,6, que nuestros principales socios comerciales del sector, que son Argentina y Perú, están con situaciones muy complejas, y nosotros estamos discutiendo si eventualmente crecemos al 3%... Me encantaría que creciéramos al 4% o 5% y tenemos que apuntar a eso, no hay que bajar la guardia, pero tampoco hay que sumarse al bando de los pesimistas.

¿Y cómo ajustar las altas expectativas que tenían las personas en esta materia a ese contexto al que usted hace referencia?

Volviendo a contextualizar. Yo acepto que ha sido un momento complejo, difícil, pero también concédanme una cosa, que yo no he visto a nadie que diga, por ejemplo, que en el gobierno anterior se hubieran hecho mejor las cosas que en este frente a la crisis. Si yo hubiera oído a alguien echando de menos la conducción anterior para estos efectos, ahí tendríamos un problema. Nosotros no estamos enfrentados a una cosa vaga; al final, en los tiempos adecuados, van a tener que enfrentarse dos formas de ver la sociedad, y yo sigo pensando que, si bien este es un gobierno que ha sido golpeado por el tema internacional, no veo que nadie aspire a volver a lo anterior como una fórmula de resolver lo actual.

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