Más tarde y las mujeres primero: radiografía al sexo adolescente

Por primera vez desde 1997, la encuesta de juventud realizada por el Injuv en 2022, arrojó la cifra más baja de iniciación sexual con penetración en adolescentes. También otro hecho llamó la atención: de forma inédita, las mujeres declararon iniciarse en mayor proporción que los hombres.




Mariana tiene 33 años y últimamente hay algo que le llama mucho la atención: a sus 13 años recién cumplidos, su sobrina comparte fotos en Instagram en posiciones sugerentes. “No recuerdo que haya sido así cuando yo tenía su edad, era más pudorosa, más niña. A ella la veo como una guagua, pero siento que no le puedo decir nada”, declara. Esas imágenes, inevitablemente, le hacen preguntarse si a su temprana edad ya tiene relaciones sexuales. Algo que sabe no le pasa solo a ella.

Hay una percepción general en la sociedad de que hoy los adolescentes comienzan su vida sexual a más temprana edad que antes. ¿Estarán influidos por las redes sociales? ¿Por una mayor liberación del cuerpo y de qué se muestra y qué no? Todo podría ser. Sin embargo, esta creencia dista de la realidad.

La última Encuesta Nacional de Juventudes 2022 realizada por el Injuv, muestra que el 66,9% de la población joven declaró haber tenido relaciones sexuales con penetración, la cifra más baja desde que comenzó el estudio en 1997, donde la cifra era de 70,4%. Pero no solo eso: arrojó también que, por primera vez, son más mujeres que hombres jóvenes quienes declaran haberse iniciado sexualmente (68,9% versus 65,2%). Con todo, la edad promedio de iniciación sexual prácticamente no ha variado en el tiempo, y se ha mantenido en torno a los 16,5 años.

¿Cómo se explicaría entonces esta percepción? La doctora Carolina González Largo, ginecóloga infanto juvenil del Centro de Adolescencia de la Clínica Alemana, señala que esta percepción podría deberse a que los padres hoy son mucho más conscientes de la edad de inicio sexual de los jóvenes. Comenta que son cada vez más los padres que consultan junto a sus adolescentes con el objetivo de que inicien una vida sexual protegida. “Los padres están abiertamente más permisivos, saben que es mejor apoyarlos en el inicio sexual que tener conductas más restrictivas”, indica, pero agrega también que, si bien la edad promedio de inicio sexual se ha mantenido en el tiempo, es un hecho que hay un grupo de adolescentes que hoy están explorando a edades mucho más tempranas que antes. A los 14 años hay algunos que están pidiendo métodos de anticoncepción.

Por otro lado, la doctora Catalina Pesce, psiquiatra del niño y del adolescente en UC Christus, indica que esta percepción puede ser consecuencia de las redes sociales, donde los jóvenes muchas veces se jactan de una actitud más desafiante, erotizada y deslenguada que dista mucho de la realidad. “No todo lo que se sube calza con lo que uno ve”, señala, y agrega que entre los pacientes ve que hay muchos jóvenes que exploran y tienen aproximaciones sexuales, pero no necesariamente con penetración.

Hay estudios que relacionan una mayor educación sexual a un retraso en el inicio de esta, lo que podría ser también una de las explicaciones de las cifras de la encuesta. Sin embargo, González Largo advierte que el hecho de que 2022 haya sido la cifra más baja de la historia, podría tener que ver con que son los primeros datos que se realizan pospandemia. “La salud mental de los adolescentes en este periodo fue muy difícil: aumentaron los trastornos alimenticios, las conductas suicidas, la depresión, entre otros, y la conducta sexual no puede separarse de la salud mental, y por eso es importante ver la encuesta desde ese prisma”, sugiere.

Mujeres empoderadas y hombres precavidos

Ahora, ¿qué significaría este dato inédito de que las mujeres se estarían iniciando antes que los hombres?

Para la doctora Pesce de UC Christus, esto daría cuenta -sobre todo en los grupos de 15 a 19 años-, de los avances que se han dado para dar voz y empoderar a las niñas. “Creo que tiene mucho que ver con esto de que tengan posibilidad de hablar y delimitar qué les parece y qué no”.

De la misma manera piensa la doctora González Largo, de Clínica Alemana: “nuestras adolescentes han crecido con esta bandera de lucha de que ellas son las que deciden, y es fantástico que esto ocurra”, indica. Eso sí, comenta que por otro lado no hay que desconocer que con el empoderamiento femenino se ha dado un movimiento entre los hombres en torno a ser más cuidadosos, de nunca iniciar nada sin consentimiento, de ser respetuosos. “Los hombres son ahora más precavidos en su sexualidad y en el inicio de ésta porque saben que hoy, si no está bien iniciado el momento, puede rebotarles en contra”, dice. “Antes uno se preocupaba solo de las hijas, y les pedía que se cuidaran para que no les hicieran nada, hoy también uno advierte a los hijos hombres que no pueden hacer nada sin consentimiento”, recalca.

“Hoy se habla sin eufemismo de que los jóvenes se cuiden de las enfermedades de transmisión sexual, de los embarazos no deseados y del tema del consentimiento. Y creo que las mujeres se atreven a exigir que la relación sexual sea consentida y con condón”.

Uso de condón se dispara

Entre 2015 y 2022 el uso del condón en la primera relación sexual pasó de 59,9% a 73,8%. También, el porcentaje de jóvenes que declaran haber usado algún método anticonceptivo -ya sea condón, pastilla u otro- en la primera relación sexual pasó de 77,5% en 2018 a 86,6% en 2022. Aquí un dato llama la atención: quienes más lo utilizaron son los jóvenes entre 15 y 19 años por sobre aquellos del tramo de 20 a 24 años y de 25 a 29 años. Lo anterior podría tener que ver con un deseo de maternidad de las generaciones mayores, pero también con una mayor educación sexual en las generaciones más jóvenes.

La doctora Catalina Pesce explica que esto responde a un cambio cultural en Chile donde ya se habla de sexualidad en el colegio y en las casas sin tanto eufemismo. “Se habla sin eufemismo de que los jóvenes se cuiden de las enfermedades de transmisión sexual, de los embarazos no deseados y del tema del consentimiento. Ahora creo que las mujeres se atreven a exigir que la relación sexual sea consentida y con condón”.

González Largo agrega que esto también tiene que ver con todo el trabajo que se ha hecho en torno a la educación sexual y al acceso a los servicios de salud para los adolescentes. “En los públicos se les entregan preservativos, y cada vez están consultando más por apoyo en sexualidad. Dentro de la educación sexual que uno les hace en la consejería uno a uno, el uso del doble método -condón y anticonceptivo- es la base de una sexualidad segura”, sostiene.

¿Por qué usan métodos anticonceptivos? La décima encuesta del Injuv muestra que el 92,4% de los jóvenes señalan que lo hacen para prevenir un embarazo, y un 70,9% para protegerse de infecciones de transmisión sexual.

El problema en esto último sería que los jóvenes de hoy tienen una sexualidad con un menor peso emocional respecto a las generaciones anteriores, lo que los expone a un mayor riesgo de contraer enfermedades si no usan condón.

Un paso más allá en educación sexual

En los últimos años el país ha avanzado mucho en torno a la educación sexual, eso no es novedad para nadie. Sin embargo, las profesionales concuerdan en que aún falta camino por recorrer.

La doctora González Largo indica que, si bien ha habido avances importantes para que los jóvenes puedan iniciarse sexualmente de manera más protegida tanto en lo físico como en lo emocional, todavía es muy dispar la educación sexual que reciben los adolescentes, y a veces también sigue siendo sesgada. “Tenemos que avanzar en educación sexual para que sea más pareja y con menos sesgo entre adolescentes”, recalca.

La doctora Pesce, en tanto, sugiere que ahora hay que avanzar también en una educación sexual que de cuenta de las otras dimensiones de la sexualidad, y que tienen que ver no solo con embarazarse o contraer enfermedades, sino con alcanzar una sexualidad satisfactoria, donde las personas se sientan libres, donde se puedan poner límites sin temor a manifestarlos, y que tenga que ver con la identidad más amplia de las personas. “Una educación sexual que tenga que ver con una sexualidad en el sentido más amplio”, señala. “Sin descuidar el tema del cuidado, un escalafón más sofisticado sería considerar el aspecto más emocional de los adolescentes”, sugiere.

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