Evitar la pérdida de músculo: el nuevo negocio provocado por los fármacos para bajar de peso

Mientras las inyecciones para bajar de peso de forma rápida se extienden en el mundo, en paralelo van proliferando los negocios que buscan profitar de una de sus principales consecuencias: la pérdida de músculos.




Mientras en 2023 fármacos como el Ozempic, Mounjaro, Wegovy, Zepbound y Saxenda se hicieron conocidos hasta no serle indiferente a casi nadie, este año parecería que todas las miradas estarían puestas en otro negocio: evitar la pérdida de músculo.

El fenómeno, que se da como consecuencia de la rápida pérdida de peso que producen estos medicamentos que cada vez se extienden por el mundo a mayor velocidad, estaría abriendo un sinnúmero de oportunidades a empresas de distintos ámbitos que trabajan para satisfacer esa demanda de quienes los utilizan, según un reporte del New York Times.

Ozempic, si bien no es el único, es el más conocido de estos fármacos para diabéticos que son utilizados muchas veces por personas que no necesariamente padecen de esta enfermedad, y tampoco de obesidad. Si bien fue aprobado por la US Food and Drug Administration (FDA) en 2017, ganó mucha más atención cuando figuras como Elon Musk -dueño de Tesla y X (ex Twitter), entre otros-, y otros actores de Hollywood reconocieran abiertamente que su cambio de aspecto se debía a esta fórmula inyectable de semaglutida, un agente mimético que ayuda al páncreas a secretar la cantidad apropiada de insulina cuando los niveles de azúcar en sangre se encuentran elevados.

A modo de dimensionar cómo el uso de estos fármacos se ha ampliado entre las personas, resulta interesante conocer un dato concreto: la farmacéutica danesa Novo Nordisk, fabricante de Ozempic y Wegovy, el año pasado ganó un 51% más por la venta de este medicamento. Este año se espera que esas ventas sigan subiendo.

Cadena de negocios

“¿En Ozempic? Necesitas una estrategia”, se lee en el sitio web de Equinox, una reconocida y lujosa cadena de gimnasios presente en Estados Unidos. Allí indican que medicamentos como ese pueden ayudar a las personas a perder alrededor de un 15% de su peso después de 68 semanas de tratamiento. Sin embargo, advierten a sus clientes sobre la necesidad de contar con una estrategia para mantener esa baja de peso, dado que mucha de la pérdida viene de la mano con una pérdida de la masa muscular. Además, indican, estudios han mostrado que la mayoría de las personas ganan al menos dos tercios del peso perdido en el primer año desde que dejan el fármaco.

Negocios y ofrecimientos como este se ven por todas partes y en distintos ámbitos de negocios. La lista es larga. Por nombrar algunos: existen nutricionistas y servicios de reparto de comida que están comercializando planes para ingerir suficiente proteína y recuperar el músculo perdido por estos fármacos; la empresa Abbott presentó en enero una línea de licuados de proteínas dirigida a quienes usan estas inyecciones; y la también empresa farmacéutica Eli Lilly and Company -fabricante de Mounjaro y Zepbound-, ha comunicado su deseo de desarrollar tratamientos combinados que eviten la pérdida de músculo. La idea consistiría en incorporar un compuesto que imite la hormona producida durante el ejercicio, mejorando la función muscular. Incluso la mismísima FDA autorizó un ensayo clínico para investigar si un compuesto utilizado anteriormente para tratar la pérdida de músculo en personas mayores, podría ayudar a preservar el músculo en personas que estén utilizando un medicamento para adelgazar, informó el medio estadounidense.

Para la nutricionista Katherine Urzúa fenómenos como estos no son sorprendentes. Para ella los resultados que arrojó el 2023 en empresas dedicadas a formular estos medicamentos dejan en evidencia que habrá empresas intentando colgarse de ese éxito creando y ofreciendo estrategias para mejorar los resultados de esos medicamentos.

La profesional comenta que en Tik Tok, independiente de si está asociado a una buena o mala noticia, el hashtag #Ozempic tiene más de 80 mil etiquetas, mientras en Instagram tiene 161 mil, lo que hace que estas redes sociales se transformen indirectamente en plataformas responsables de mantener a los consumidores de esas redes interesados en integrar en sus vidas estos productos. “Por lo tanto, cualquier servicio “complementario” será una oportunidad que no será desaprovechada por quienes anhelan la delgadez”, indica.

Por qué no existen las recetas mágicas

Los nutriólogos, nutricionistas y expertos en alimentación consultados coinciden en que todos sus pacientes que han utilizado estos fármacos con una reducción de peso exitosa y no han logrado cambiar sus hábitos alimenticios y la actividad física, una vez que dejan el medicamento, recuperan parte o todo su peso. A veces incluso más.

“Hasta el momento no existe tratamiento que asegure por sí mismo que la reducción de peso lograda se mantenga en el largo plazo”, advierte la nutrióloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Karin Papapietro.

Matías Novoa, fundador de Kinu Coaching (@matias_health_coach) señala que llegar a los niveles de sobrepeso como los que vemos hoy a nivel sociedad toma años o meses, por lo que no podemos pretender perderlo en un plazo corto. “Cada kilo de grasa significa una reserva energética de aproximadamente 7.700 kcal (calorías en términos coloquiales). Pongamos este dato en contexto: Una mujer adulta promedio, tiene un gasto calórico promedio de 1.800 a 2.000 kcal por día. ¿Qué significa esto? Que cada kilo de grasa acumulado en el cuerpo podría cubrir aproximadamente 4 días de alimentación. ¡4 días!”, indica. El profesional explica por lo tanto que se debe buscar perder peso en grasa, pero eso toma tiempo, y la única manera de hacerlo es ingiriendo menos energía que la que se gasta. “Cuando a través de medicamentos que generan un nivel de saciedad muy elevado generas un déficit calórico significativo, es decir, comes significativamente menos que la energía que tu cuerpo requiere en el día a día, vas a perder grasa, pero también músculo. Justamente lo que no quieres perder. Pues el músculo es tu seguro de salud”, advierte.

Para ilustrarlo, Novoa compara la grasa corporal en una persona con sus ahorros y ejemplifica: cuando alguien se queda sin trabajo -o en este caso, sin comida- y ve reducidos sus ingresos, en un principio usará parte de sus ahorros para cubrir sus gastos, pero si la situación laboral no mejora de manera rápida, probablemente esa persona se enfocará en reducir sus gastos cambiándose a una casa más pequeña, apagando luces y calefacción, entre otros. El cuerpo hace lo mismo: si la ingesta calórica se reduce de manera significativa por un tiempo suficiente, prioriza la pérdida muscular llevando de manera involuntaria a gastar menos energía.

“No hacer un trabajo en la transformación de hábitos, es como intentar terminar con una gotera simplemente cubriendo el agujero con un dedo (…) La persona necesita un por qué claro y poderoso para decidir cambiar sus hábitos. Y en la inmensa mayoría de los casos, no tiene que ver con el peso. Si no se trabajan los hábitos, no hay solución del problema en el 99,9% de los casos”, explica el fundador de Kinu Coaching.

¿Alimentación o ejercicio?

La nutricionista Katherine Urzúa señala que la disminución de la masa muscular y del gasto energético observado con la pérdida de peso puede prevenirse en cierta medida a través del ejercicio de resistencia. Sin embargo, advierte que si bien el mantenimiento de un alto gasto energético por medio de la actividad física de cierta manera favorece el mantenimiento de la pérdida de peso, cuando se interrumpe la actividad en general se tiene un efecto rebote, lo que transforma el ejercicio en una obligación empeorando la relación con este en el largo plazo.

En la misma línea habla Novoa, quien lamenta que la industria del fitness haya creado un vínculo entre la actividad física y la pérdida de peso. “Es la manera más ineficiente de adelgazar. Es mucho más sencillo hacerlo a través de la alimentación”, advierte. Asimismo reconoce que es importante entender que perder peso en grasa protegiendo la masa muscular es un proceso lento, que toma tiempo y requiere de estructura. “Primero, debes generar un déficit calórico moderado, segundo debes estructurar bien tu ingesta nutricional asegurándote de aumentar tu ingesta proteica diaria para proteger al músculo. Todo en combinación con entrenamiento para el desarrollo muscular con una buena programación de tus entrenamientos y sobrecarga progresiva (conforme me hago más fuerte, aumento pesos, series, y/o repeticiones). Si haces todo bien, debieses perder entre 0.5% a 1% de tu peso corporal por semana, ganando entre 500 a 800 gramos de músculo por mes”, explica el coach.

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