Estrategias para evitar el drama en las reuniones familiares de fin de año

En muchas familias hay tensiones, y aunque a veces algunas están más escondidas, en otros casos están a flor de piel. Fin de año es una época intensa, y las reuniones podrían ser un ambiente propicio para que algunos de esos conflictos afloren. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para tener unas fiestas felices y en paz.




A Bárbara le encantan las celebraciones de fin de año. Son tiempos para estar en familia, agradecer lo vivido, imaginar lo que está por venir, reflexionar, pero sobre todo para festejar todos juntos. Bárbara eso sí está inquieta por lo que puede ocurrir en una de esas celebraciones: la tensión con su madre es latente, y el último año han vivido pocas pero intensas discusiones y no está segura si en esta oportunidad podrá morderse la lengua para no responderle sobre lo que no está de acuerdo solo por ser Navidad, lo que para muchos significa una noche solo de felicidad, amor y paz.

Bárbara no existe, pero Bárbara podrían ser muchas. Fin de año es intenso. Entre la Navidad y el Año Nuevo todos corren entre obligaciones y panoramas. Algunas parejas se dividen para cumplir con los distintos compromisos, otros deben viajar para estar con los suyos y recurrir a altos gastos, y entre todo, sumado a todo lo vivido en el año, el agotamiento para muchos es evidente. En casi todas -o todas- las familias se viven tensiones o conflictos y, aunque para algunas estas se mantienen en silencio o se mantienen al menos soterradas cuando son épocas de celebraciones, para otras en general están más a flor de piel, y el ambiente puede terminar calentándose a tal punto que muchas veces pueden terminar en discusiones, gritos o peleas.

Si bien es importante que en las familias se conversen los problemas y se arreglen los conflictos de fondo, no siempre será posible para todos hacerlo antes de las fiestas de fin de año, y en esta época, así como existe el ánimo de pasarlo bien, también hay un ambiente más proclive para que puedan aflorar algunas tensiones preexistentes.

Cualquiera sea el caso, tener un plan para mantenerse al margen de los problemas, evitar el conflicto y recordar estas fechas como unas con sabor dulce, puede ser una buena idea. Estrategias hay muchas, aquí te compartimos algunos trucos que pueden ayudar a mantenerte alejada del drama durante las próximas fiestas.

1. Poner foco en aquello que nos une

Temas más proclives a generar tensión hay muchos, como lo es todo lo relativo a la religión, política o ideologías, y en estos temas, es casi seguro que en cualquier grupo familiar habrá divergencias, por lo que incrementan el riesgo de aflorar los conflictos. Para la psicóloga y docente de la Universidad Los Andes, Rommy Ortiz, la clave está en centrarse en el cálido encuentro con las personas que amamos, más allá de las válidas diferencias de pensamiento que cada uno tenga. En otras palabras, centrarse más en las conexiones y todo aquello que nos une, y no en aquello que nos divide. “Se debe aprovechar este tiempo para el contacto físico, abrazos, escuchar activamente el resumen anual de cada uno sobre sus vivencias, acogiéndolo desde el afecto y la emoción de la cercanía”, señala.

2. Si se huele el conflicto, habla de deporte o cuenta anécdotas

Si el ambiente se tensiona o hay una conversación que pone en riesgo la paz de la conversación, también podría ser una buena idea cambiar de tema. Una buena alternativa siempre será hablar de algún tema liviano, por ejemplo, relacionado a algún deporte, quién ganó o perdió algún partido de fútbol, recomendar una serie o película que hayas visto en el último tiempo, referirse a algún concierto al cual se haya asistido, o también, contar alguna anécdota divertida o entretenida. En esto último, la psicóloga de la Clínica Santa María, Jennifer Conejero, sugiere contar alguna anécdota graciosa relacionada con los niños con algún comentario simpático del tipo “Perdón, ahora justo me acordé de…”. Esto, asegura, por lo general se convierte en un motivo de unión entre los presentes. Ortiz agrega también que se pueden contar anécdotas de viajes, últimos pasatiempos o situaciones que generen alegría con el fin de desenfocar la atención del conflicto y así generar un clima más ameno y distendido.

3. Visitas cortas

Las celebraciones de estas festividades suelen ser largas. La familia suele pasar muchas horas alrededor de una mesa compartiendo y eso, cuando hay rencillas no resueltas, puede aumentar los riesgos de que exploten. Por tanto, hacer visitas cortas sería una buena alternativa, de manera de que no alcance el tiempo para llegar a los puntos de desencuentro, dice Conejero. “Es mejor un abrazo cariñoso, un diálogo breve y quedarse con el cariño más profundo. Acá es mejor evitar los almuerzos o cenas que pueden tomar varias horas”, dice la terapeuta.

4. Ayudar a limpiar o jugar con los niños cuando sube la tensión

Si crees que tu actitud pacífica y encantadora está en riesgo por algún tema o actitud de alguno de los presentes, otra idea recomendada por las terapeutas es pararse y ayudar a limpiar las cosas del almuerzo o comida que se ha llevado a cabo. Esto, además, permitirá empatizar con los anfitriones, favoreciendo considerablemente a generar una mejor relación con ellos y las personas que queremos, dice Ortiz. “Pensar que todos necesitamos descansar y ser atendidos, también nos ayuda a demostrar nuestro afecto y generar un clima amoroso y de cuidado con quienes más queremos”, dice. También otra alternativa para escapar de un ambiente que está en riesgo de ponerse picante es dirigirse a donde están los niños e involucrarse en lo que están haciendo, porque por lo general, están disfrutando al margen de lo que ocurre entre los adultos. Además, distraer a los niños o invitarlos a darse una vuelta o contarles una buena historia que contenga magia, ayudará a distraerlos, dice Ortiz. Asimismo, otra de las opciones sugeridas en caso de que se nota que la tensión se está incrementando es interrumpir el momento y sugerir abrir los regalos. Hacerlo mejora el ánimo de los asistentes, reconoce Conejero.

5. Disminuir el consumo de alcohol

El alcohol por lo general está presente de alguna u otra forma en las celebraciones de diciembre, y este suele tener un efecto desinhibidor y aumentar la impulsividad en las personas, por lo tanto, aumenta las posibilidades de hacer comentarios que disparen el conflicto o incluso dañen de manera permanente las relaciones, dice Conejero. Considerando esto es mejor disminuir o incluso evitar el consumo de alcohol si las tensiones están a flor de piel. Rommy Ortiz dice que una buena idea es ofrecer alternativas deliciosas y diferentes que no contengan alcohol para así evitar situaciones incómodas que puedan derivar en altercados entre los asistentes.

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