Bailando al ritmo de Chat GPT: la clave para no quedarnos atrás de la Inteligencia Artificial

Komal Dadlani, bioquímica y creadora de Lab4U, imagina un mundo en el que el aprendizaje y la educación se convierten en un emocionante baile con Chat GPT liderando la pista. "¿No queremos todos que la educación sea entretenida, fascinante, emocionante y de alto impacto? Entonces, ¿por qué no lo es aún?", dice.




Acelerando el ritmo en nuestra salsa:

En esta electrizante era de la IA, las posibilidades de transformar la educación son infinitas. Desde el aprendizaje personalizado hasta las experiencias virtuales asombrosas, la IA se convierte en nuestro compañero de baile, listo para convertir las aulas en escenarios vibrantes de conocimiento y diversión.

Si bien Chat GPT nos impresiona con sus increíbles habilidades, no tenemos que olvidar que la educación no trata sólo de datos y cifras. Los educadores aportan una magia irremplazable a la pista de baile. La empatía, la orientación y el pensamiento crítico son armas secretas que la IA no puede replicar. Por eso, es hora de abrazar a la IA no como rival, sino como una pareja de baile que enriquece la experiencia educativa con sorprendentes capacidades.

Desatando el ritmo:

Para aprovechar al máximo el potencial de la IA en la educación, debemos mostrar nuestros mejores movimientos y sacudir nuestros enfoques pedagógicos. Al asociarse con la IA, los educadores pueden crear experiencias de aprendizaje personalizadas que se adapten al ritmo único de cada estudiante. Así podemos componer trayectorias de aprendizaje que fluyen con las necesidades de los estudiantes, liberando así su máximo potencial.

Los datos impulsados por la IA se convierten en nuestros instructores de baile, ayudándonos a analizar patrones y perfeccionar nuestros movimientos. Este conocimiento permite a los educadores brindar retroalimentación personalizada, identificar áreas de crecimiento y coreografiar experiencias de aprendizaje. Rompamos con la rutina tradicional y logremos una sinfonía educativa donde cada estudiante brille en su propio escenario.

¡Cuidado! Una pista de baile resbalosa:

Antes de profundizar en la importancia de incorporar tecnología en la educación y cuáles son sus beneficios, es fundamental aclarar ciertos conceptos, ya que cuando hablamos de educación tecnológica nos referimos a un proceso que incluye distintos ámbitos.

El primero tiene que ver con asegurar acceso y conectividad a los estudiantes, ya sea a través de computadores, tablets, celulares y por supuesto, una buena señal de internet. El segundo se refiere al involucramiento o engagement, que puede concretarse mediante el tipo de dispositivo que utilizaremos, con qué frecuencia, si estamos buscando entretener a los estudiantes o ahorrar tiempo de los profesores, por ejemplo. Por último, un tercer paso tiene que ver con el propósito, entendiendo que si queremos sumar tecnología en el aula debemos verla como un medio para alcanzar un fin, una herramienta cuyo objetivo principal es promover un aprendizaje seguro y equitativo en la sociedad. Si logramos internalizar este marco teórico, dejamos atrás los miedos y prejuicios que ven a la tecnología como un objetivo, cuando en realidad es un instrumento que facilita la enseñanza.

No es fácil adoptar algo nuevo de la noche a la mañana, lo mejor es asegurar el acceso y la conectividad y luego comenzar con un piloto, probar qué está funcionando y qué no, considerando que cada clase es distinta. Lo importante es intentarlo y ver a la tecnología como una aliada en vez de una enemiga, porque la alternativa es demasiado riesgosa. Si no desarrollamos habilidades digitales en las nuevas generaciones desde que son pequeños, como sociedad nos quedamos atrás en términos educativos, sociales y económicos. No queremos eso para nuestra juventud. En cambio, buscamos que sean mejores humanos, personas y creadores de tecnología en vez de simples consumidores.

Encendiendo la fiesta:

La IA no solo está detrás del escenario, sino que también nos invita a la fiesta. Analicemos algunos de sus variados beneficios. Cuando usamos la tecnología y la Inteligencia Artificial como copilotos (y no pilotos), tenemos la posibilidad de acelerar y democratizar el aprendizaje, ahorrar tiempo y optimizar el trabajo, porque en la práctica, estamos sumando materiales que hacen que las clases sean más didácticas, experimentales y que permitan que niñas, niños y adolescentes puedan adquirir conocimientos que evidencian por sí mismos, a diferencia de lo que ocurre cuando solamente impartimos la teoría.

Querámoslo o no, el mundo ya no es el mismo de antes. Por eso, para no quedar rezagados e impedir que Chat GPT o cualquier otra Inteligencia Artificial nos supere, necesitamos adoptar nuevas herramientas tecnológicas, siempre pensando en generar un impacto positivo y educativo donde, como dijimos antes, veamos a la tecnología como un medio y no como un fin. Si queremos que los estudiantes desarrollen habilidades para el futuro de la fuerza laboral, si buscamos que la gente piense, haga buenas preguntas, tenga pensamiento crítico, desarrolle alfabetización digital, científico, lecto-escritor y cívico, debemos contar con metodologías que incluyan las últimas tendencias.

El Gran Final:

Al abrazar la revolución tecnológica, nos embarcamos en una aventura donde la educación y la IA se unen en un dúo inolvidable. Si bien Chat GPT y sus compañeros de IA nos impresionan con sus movimientos, recordemos que la educación es un viaje cautivador donde la conexión humana y el empoderamiento ocupan el centro del escenario.

Así que, ¡Pongámonos los zapatos de baile y unámonos a la revolución educativa! Fusionemos lo mejor de la IA con la magia del contacto humano, creando una experiencia educativa vibrante que inspire, empodere y defina el futuro.

Preparémonos para interactuar como nunca antes mientras aprovechamos el ritmo impulsado por la IA que llevará la educación hacia un mundo de posibilidades. Desatemos el ritmo, la fluidez y la energía en el escenario educativo, asegurándonos de no quedar atrás mientras creamos una revolución educativa sin precedentes. ¡Que comience la fiesta del aprendizaje!

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