Ojo con Bukele



SEÑOR DIRECTOR:

En una columna publicada en su medio, Cristián Valenzuela relata los notables resultados del gobierno de Nayib Bukele reduciendo homicidios y entregando paz al centro de San Salvador, y luego sugiere que conozcamos y estudiemos su modelo para aplicarlo en Chile.

Tuve también la oportunidad de visitar recientemente el país y me pregunto si Valenzuela querrá que estudiemos seriamente un modelo que sugiere el quebrantamiento del orden constitucional, el fin a la separación de poderes, la renuncia intencionada y sistemática al debido proceso (derecho al juez natural, habeas corpus, presunción de inocencia), el financiamiento de caprichos demagógicos en desmedro de urgencias sociales (Surf City, Bitcoin Beach), desequilibrio fiscal a niveles históricos para lo que tuvo que “meter mano” a los ahorros individuales de los trabajadores -¡imagínense en Chile!-, o la evidente falta de transparencia y probidad de su gestión.

El fenómeno Bukele es interesante, sin duda, pero basta mirarlo un poco más allá de la superficie para darse cuenta de que se trata de un modelo que trasciende por mucho la sola promesa de seguridad.

Jorge Hagedorn G.

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