Columna de Francisca Anguita: Mujer migrante, ¿un desafío constante?



La migración ofrece oportunidades laborales para aquellos que abandonan sus lugares de origen en busca de mejores opciones. En particular, para las mujeres migrantes, representa una vía hacia una mayor autonomía y empoderamiento económico, lo cual constituye una valiosa contribución al desarrollo del país receptor. Este fenómeno se evidencia en el caso de muchas mujeres que han emigrado a Chile en busca de oportunidades laborales.

En Chile, las mujeres migrantes superan en número a los hombres migrantes, representando el 51% de la población migrante y el 8,8% de la población femenina del país. Estas cifras reflejan la significativa presencia de mujeres migrantes en Chile. A pesar de las oportunidades que esto puede representar para el desarrollo del país, también conlleva desafíos específicos en términos de integración. Para ello, es crucial abordar los desafíos que enfrentan las mujeres migrantes en Chile y trabajar en propuestas que fomenten su integración socioeconómica.

Los resultados de la encuesta CASEN revelan que las mujeres migrantes tienen una tasa de ocupación del 65,7%, la cual supera la de las mujeres no migrantes (44,9%) pero es inferior a la de los hombres migrantes (86,1%). Si bien estos datos podrían sugerir una integración relativamente efectiva en el mercado laboral, es importante analizar otros aspectos para evaluar el desempeño de las mujeres migrantes en Chile.

Según los datos de la encuesta CASEN, persiste una brecha de género en términos de participación laboral y empleo cualificado. Se destaca que más mujeres migrantes ocupan trabajos de baja cualificación en comparación con los hombres migrantes, mientras que la diferencia es menor entre mujeres y hombres chilenos. En el año 2022, el 26,4% de las mujeres migrantes desempeñaba labores en “ocupaciones elementales”, en comparación con el 16,5% de hombres migrantes y el 16,8% de mujeres chilenas que trabajaban en dicha categoría laboral. Este hecho resulta llamativo, dado que las mujeres migrantes poseen niveles educativos similares a los hombres migrantes, y superiores a las mujeres nacidas en Chile.

A pesar de observarse una disminución gradual, persiste una brecha salarial de género entre los migrantes en Chile. En el año 2022, el salario promedio de los hombres migrantes fue de $708.039 pesos, mientras que el de las mujeres migrantes fue de $575.039 pesos. Pese a que hombres y mujeres extranjeros tienen competencias equiparables, sigue existiendo una brecha salarial significativa, lo que sugiere una subvaloración de las labores realizadas por las mujeres migrantes. Esto implica que enfrentan una mayor vulnerabilidad económica, lo que a su vez crea barreras para su plena participación e integración socioeconómica.

Es preocupante observar que, a pesar de poseer las habilidades necesarias para tener un buen desempeño en el mercado laboral, las mujeres migrantes se encuentran con barreras estructurales que obstaculizan su plena integración en este ámbito. Estos datos reflejan la persistencia de desigualdades en cuanto al acceso equitativo a empleos de calidad y una remuneración justa.

Las mujeres migrantes representan una valiosa oportunidad de desarrollo para nuestro país. Es importante reconocer y potenciar su contribución económica y cultural, lo que requiere desarrollar políticas inclusivas, con perspectiva de género y que aborden las necesidades específicas de esta población, incluyendo su integración social, inserción en el mercado laboral, validación de competencias y acceso a la educación, entre otros aspectos.

Por Francisca Anguita, investigadora asistente Centro de Políticas Migratorias

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