Virus del Ébola ahora afecta a especialistas y voluntarios

Contacto directo con los pacientes sin las medidas extremas de precaución que se requieren explicarían estos contagios.




Hace justo un mes la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaraba el brote epidémico más grave de la historia. Entonces los contagios por Ébola llegaban a 700 y habían 400 muertos, todos registrados en Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona, los tres países hasta entonces afectados.

Hoy la situación es más grave. Ya van 660 muertes y 1.093 contagiados, uno de los cuales murió en Nigeria, lo que implica que el virus ya salió del sector en el que se mantenía. Por lo mismo, Liberia cerró sus fronteras para evitar que el virus se siga expandiendo. Por si fuera poco, el personal de salud que investiga el virus y que atiende directamente a los pacientes, también está siendo afectado.

A la fecha, un experto falleció: Samuel Brisbane, murió el sábado en una clínica de Monrovia. A él se suma Sheikh Umar Khan (experto en Ébola de Sierra Leona) que está siendo tratado por Médicos Sin Frontera (MSF), mientras otro médico estadounidense se encuentra aislado en Liberia afectado por el virus. Se trata de  Kent Brantly, de 33 años, que trabaja para la ONG Samaritan's Purse. Hace una semana, junto a él estaba su esposa y dos hijos, pero ellos alcanzaron a regresar a EE.UU. antes que el especialista se enfermera.  Nancy Writebol, una voluntaria de la misma ONG también se contagió.

Guillermo Acuña, infectólogo de la Clínica Las Condes, señala que el Ébola es uno de los virus más mortales y con mayor facilidad de propagación cuando se está en contacto directo con él. "En casos como estos, todo el personal de salud está en riesgo, por eso las medidas de precaución deben ser extremas: aislamiento en piezas individuales, mascarillas, pecheras, guantes y antiparras al tener contacto con pacientes. El personal conoce estas precauciones, pero es difícil que todas ellas se puedan cumplir en la zona africana afectada", dice Acuña.

José Miguel Cárdenas es residente de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y en 2012 estuvo en Kenia, cerca de la frontera con Uganda trabajando para la Fundación África Dreams, justo cuando en este país se declaraba un brote de Ébola. Aunque no le tocó atender directamente a contagiados, sí sabe cómo se trabaja. Cuando hay que trasladarse a zonas más rurales, explica, son las ONG las que se desplazan y toman el control. Entre estas está MSF, una de las que tiene más recursos y cuenta con medidas y trajes especiales, pero hay otras que no. En su caso, trabajó  en el sistema sanitario público de Kenia. "A veces teníamos guantes, otras no, y poníamos vías venosas sin ellos. Si no teníamos jabón, usábamos alcohol para lavarnos. Todo es muy básico. Uno llega tratando de aplicar la medicina que aprendió pero no siempre se puede", cuenta.

Desde Argentina, MSF señala a La Tercera que en Liberia solo facilitan asistencia técnica limitada. Proporcionan apoyo técnico al Ministerio de Salud de Liberia y a la ONG Samaritan's Purse,  grupo que está respondiendo al brote en este país. A ellos se les ayudó en la implementación de estrictas medidas de control de infección en sus centros.

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