Tapia no está loco

Felipe Tapia

El nadador viñamarino no dudó en irse a Córdoba, siguiendo a Daniel Garimaldi, aunque no tuviese abrochada la clasificación a Río. Allá adoptó el duro sistema de trabajo de Kristel Köbrich para preparar su participación en los 1.500 metros.




"¿Qué puedo decir? estoy súper contenta y feliz de que el clasificado sea un nadador más de Daniel Garimaldi. Acá seguimos trabajando muy duro para dar lo mejor y orgullosos de ser representantes de Chile".

Estas palabras vienen de cerca y de lejos, de alguien importante y sencillo a la vez. Lo dice Kristel Köbrich y se refieren a la futura participación de Felipe Tapia en los Juegos Olímpicos de Río. Viene de cerca porque ambos trabajan juntos en Córdoba, Argentina. Vienen de lejos de Chile.

Muy similar a la ya conocida historia de sacrificio de la nadadora son los capítulos de la vida de Felipe Tapia que está escribiendo allende los Andes. Su programa de entrenamientos dicta seis horas al día de prácticas: dos y media de ellas en la mañana en el agua, otros 60 minutos de trabajo de gimnasio; y luego otras dos horas y media de piscina, ya por la tarde.

"Con Kristel entrenamos en el mismo horario", señala desde Argentina el fondista, al ser consultado sobre las famosas jornadas de preparación que la Alemana comienza cuando aún es de madrugada, cuando la piscina cordobesa aún no abre.

Y agrega Tapia, orgulloso: "Ella es un referente para mí, por cómo es en el ámbito deportivo y cómo es en persona, es una gran deportista".

El nadador viñamarino comenzó en el deporte haciendo natación y fútbol y "por cosas de la vida", como comenta, se decidió por darle preferencia a las piscinas: "Siempre hice varios deportes".

Sobre el entrenamiento, el debutante en Juegos Olímpicos explica el detalle y agrega un dato: "Básicamente, se trata de nadar por la mañana con gimnasio y por la tarde nadar de nuevo, en los descansos hacemos trabajo de elongación y ejercicios mentales".

Así como la Alemana, Tapia pasa sus jornadas entrenando duro con el coach cordobés Daniel Garimaldi, aunque no vive en la casa del entrenador, como ella, sino en un departamento que arrienda y que queda cerca de la piscina.

"Con Daniel empecé entrenando por medio de la selección chilena. Luego, él decidió formar un club en Chile (el Kristel Köbrich Swim Team) en el cual yo estaba. Cuando él se vino (a Córdoba, aburrido del poco apoyo en Chile), yo decidí venirme con él, porque es uno de los mejores entrenadores y he tenido muy buenos resultados con él", resume Tapia sobre su experiencia con el ex técnico de las selecciones nacionales transandinas.

Garimaldi le pidió que se fuera con él, pues encajaba en el trabajo favorito del estratego argentino, las pruebas de fondo.

Es así como en Río de Janeiro probará suerte en los 1.500 metros (sólo es distancia olímpica en varones) y tal como su mentora, Köbrich, ha sabido también de competencias en aguas abiertas. A Kristel no le gustan. ¿A él? "He competido en algunas carreras de aguas abiertas, pero me veo más enfocado en la natación clásica", responde.

Aunque supo de su nominación para la máxima cita deportiva hace muy poco, Felipe Tapia venía preparándose hacía rato para la cita de los anillos. Se tenía confianza y tuvo fe también en la petición hecha por la Federación Chilena a la Federación Internacional (FINA) para un cupo para un varón nacional.

"La confirmación llegó hace pocos días, pero yo estuve a la espera de saber si iba o no desde el año pasado. Así que desde que tuve la posibilidad de ir me enfoqué directamente en Río", asegura el nacional.

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