Senadora estadounidense pide reiniciar liberación de detenidos de Guantánamo

La demócrata Dianne Feinstein pidió a la Casa Blanca que se acelere el proceso de transferencia "a terceros países o sus países de origen" de los 86 presos que han sido elegidos en el pasado para ser liberados.




La influyente senadora demócrata Dianne Feinstein, presidenta del Comité de Inteligencia de la Cámara alta, pidió hoy a la Casa Blanca que se reanude el proceso de transferencia y liberación de 86 detenidos de la Base Naval de Guantánamo.

La petición de Feinstein para que se transfiera a los detenidos de Guantánamo que ya han recibido el visto bueno para ser liberados de un total de 166 reclusos se da en un momento especialmente delicado, con una huelga de hambre generalizada en la prisión.

Según Feinstein, tras visitar el penal militar de Guantánamo representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja, indicaron a su equipo que la desesperación entre los detenidos "no tiene precedentes".

Hoy, un portavoz de la Base Naval de Guantánamo, en territorio cubano, dijo que ya hay 94 reclusos que se niegan a recibir alimentos y 17 de ellos están siendo alimentados a través de vías con nutrientes líquidos para frenar una mayor pérdida de peso.

Feinstein indicó que la falta de un destino claro para los detenidos de la guerra de EEUU contra el terrorismo en Guantánamo alienta esa huelga de hambre y es detonante de mayores problemas de disciplina en la prisión.

"El hecho de que muchos detenidos han pasado más de una década en Guantánamo y creen que aún no hay fin a la vista para ellos es una razón para los crecientes problemas y los cada vez más y más reclusos en huelga de hambre", indicó Feinstein.

La senadora urge en una carta al consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tom Donilon, para que aceleren el proceso de transferencia "a terceros países o sus países de origen" de los 86 presos que han sido elegidos en el pasado para ser liberados. 

Esos internos no tienen una gran importancia para la Inteligencia de Estados Unidos y en la mayoría de los casos no se ha logrado probar pertenencia o un papel clave en Al Qaeda, pese a lo cual han pasado, en muchos casos, más de una década en el penal.

Los obstáculos diplomáticos para ser repatriados o transferidos a terceros países y la oposición del Congreso estadounidense para que pisen territorio de EEUU han bloqueado todo intento de liberación.

Esa misma desesperación posiblemente llevó a que el yemení Adnan Latif, de 36 años, se suicidara en septiembre pasado tras casi 11 años en la prisión y después de que un juez decidiera en 2010 que debía ser puesto en libertad.

Latif había llevado a cabo varias huelgas de hambre en protesta por su confinamiento. Sus abogados aseguraban que el yemení fue detenido en un viaje para recibir tratamiento médico a Pakistán y recordaban que no se presentaron nunca cargos formales contra él.

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