Sarkozy quiere una gran alianza conservadora para gobernar Francia

El ex presidente galo explicó que reorganizará y cambiará el nombre de su partido con el objetivo de que su "familia política" vuelva a ganar impulso.




El ex presidente francés Nicolas Sarkozy anunció que quiere una completa reforma de su Unión por un Movimiento Popular (UMP) para volverla a poner en marcha, aunque adelanta que por ahora no anunciará su candidatura al Elíseo, en una entrevista publicada hoy por el Journal du Dimanche.

"Cambiaré el nombre del partido y lo reorganizaré", señaló, con el objetivo de que su "familia política" vuelva a ganar impulso, subrayó el dirigente, que quiere ser elegido al frente de la agrupación en las elecciones de finales de noviembre.

Esto será el primer paso para las presidenciales de 2017, para las que Sarkozy quiere una unión de las fuerzas conservadoras. Y como parte de su vuelta a la política después de dos años y medio el dirigente se involucra en una intensa campaña de medios, en el marco de la cual esta noche estará asimismo en una entrevista televisiva con el canal France 2.

"No voy a anunciar que seré candidato a la Presidencia", adelantó Sarkozy, de 59 años. "Eso será en otro momento". El político conservador, que perdió las elecciones en 2012 ante el socialista François Hollande, asegura que comenzó una larga marcha que tampoco buscará ser agresiva frente a Hollande.

Respecto de la investigación por corrupción que existe en su contra, el dirigente conservador se mostró seguro de que no será un escollo.

Sarkozy enfrenta más de un obstáculo, ya que tiene varios contendientes de peso dentro de la UMP. El popular alcalde de Burdeos y ex primer ministro Alain Juppé se limitó a comentar que él "llegará hasta el final" cuando le preguntaron por la vuelta de Sarkozy. Así que todo apunta a que ha comenzado la carrera para 2017.

La UMP se encuentra en la oposición y sacudida por numerosos escándalos. Los 260.000 miembros del partido elegirán un nuevo jefe en una votación por Internet el 29 de noviembre. Los sondeos muestran que más del 60 por ciento de los franceses no ve con buenos ojos el regreso de Sarkozy a la política y que no lo quieren como candidato a la Presidencia. Sin embargo, la inmensa mayoría de los miembros de la UMP celebró su decisión.

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