Roger Federer apunta alto: "Me encantaría hacer lo mismo que Massú"

El suizo se ilusiona con lograr el oro en singles y dobles en los mismos Juegos, tal como el viñamarino en Atenas 2004.




Desde que se supo que Wimbledon sería la sede del tenis olímpico, Roger Federer apareció como el principal candidato. El pasto del All England es su superficie por esencia y son pocos los que pueden amagarlo ahí. Cuando hace menos de un mes ganó por séptima vez en la "Catedral", las expectativas crecieron. Más aún si con ello recuperó el número uno del mundo.

Ayer, para su partido de segunda ronda ante el francés Julien Benneteau, ingresó a la cancha central, una especie de segunda casa para alguien que vive en hoteles alrededor del orbe. El público lo recibió con ovación. El dice que no se dio cuenta, que venía muy concentrado. Algo parecido sucedió 58 minutos después, con el encuentro liquidado con un doble 6-2.

Transpiró un poco más después, en su debut en dobles junto a Stanislas Wawrinka: vencieron a los japoneses Kei Nishikori y Go Soeda, por 6-7 (5), 6-4 y 6-4, para retener su condición de campeones vigentes.

Para el suizo, las victorias sirven para mantener intacto el interés particular que le concita la cita de los cinco anillos en el tradicional All England. "Es algo importante para los jugadores. La mezcla entre Wimbledon y los Juegos hace esta competencia tan especial, única", dice.

"FedEx" no desconoce que a Londres viene a buscar el oro, que es algo que le seduce mucho. Sobre todo en sencillos, donde lo más cerca que ha estado es el duelo por el bronce que perdió ante el galo Arnaud di Pasquale, en Sydney 2000.

"Sería un sueño hecho realidad. Lo tengo en mente desde que Marc Rosset lo ganara en 1992. Fue una gran noticia en Suiza en esa época y eso me inspiró", asume.

Claro que no es el único ejemplo que tiene en mente. Lo que Nicolás Massú hizo en Atenas 2004, al subirse a lo más alto del podio en singles y dobles, permanece como un hito inédito en la historia del tenis, desde que volvió a ser parte oficial del programa olímpico, en Seúl 1988, ya con profesionales.

"Me encantaría hacer lo  mismo que Massú", reconoce, consultado por La Tercera. Igualmente pone paños fríos a su ambición, pues asume que el certamen está recién empezando.

"Espero hacerlo, pero por ahora es muy pronto para decir que es posible. Estoy feliz de estar en el torneo todavía, pero aún estoy lejos de las finales. Por ahora estoy contento de seguir con vida y satisfecho con el nivel que he mostrado", agregó.

En el camino de Federer ahora aparece el uzbeko Denis Istomin, quien sufrió para eliminar en sencillos al luxemburgués Gilles Muller, por 6-7 (4), 7-6 (3) y 7-5. Y en el dobles, sus contrincantes serán la pareja israelí que componen Jonathan Erlich y Andy Ram, partido que afrontará mañana y que, de ganar, lo ubicaría en los cuartos de final frente a los gemelos estadounidenses Bob y Mike Bryan, siempre favoritos.

El suizo se mueve desde hace años con confianza por Wimbledon y cuenta con el apoyo de la mayoría en las tribunas, dos situaciones a las que de seguro echará mano para cumplir con sus metas, que apuntan directo a lo más alto.

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