Robo de cables de cobre causa retrasos y pérdidas a ferrocarriles en Europa

El año pasado, el robo de cables de cobre por todo Europa causó más de 10.000 horas de retrasos y decenas de millones de euros en daños, según dijeron a Reuters cinco operadores ferroviarios. Este año, a pesar del aumento en la seguridad, esperan más de lo mismo. <br>




Ladrones atraídos por los siderales precios del cobre están creando una pesadilla para los ferrocarriles europeos y provocan trastornos a gran escala, erosionando las ganancias y perjudicando sus reputaciones.

Los operadores están invirtiendo en medidas de seguridad de alta tecnología para impedir los robos del metal, después de que su precio aumentara a más del triple desde principios del 2008, alcanzando más de US$9.000 la tonelada.

"Los ferrocarriles en Europa se convierten en cajeros automáticos de cobre cada vez que los precios suben", dijo Franco Fiumara, director de protección corporativa de Ferrovie dello Stato, el operador ferroviario nacional de Italia.

"El número de robos tiene correlación directa. Afecta mucho la infraestructura ferroviaria y últimamente han empeorado mucho", sostuvo Fiumara.

Los ladrones de cobre usualmente operan por las noches, llevándose cables, cajas de señalización y dínamos del corazón del sistema de comunicaciones ferroviarias. La mayor parte del equipamiento de señalización está expuesto y los cables se extienden por cientos de kilómetros, fácilmente accesibles para ladrones que cargan herramientas.

El año pasado, el robo de cables de cobre por todo Europa causó más de 10.000 horas de retrasos y decenas de millones de euros en daños, según dijeron a Reuters cinco operadores ferroviarios. Este año, a pesar del aumento en la seguridad, esperan más de lo mismo.

Cada operador ferroviario mide el daño de forma diferente e incluso los cálculos más aproximados son alarmantes.

El año pasado en Francia, donde unas 132 millones de personas usaron trenes de alta velocidad, el robo de cobre causó 5.800 horas de retrasos, tres veces la cantidad de 2009.

El costo de los daños ascendió a 30 millones de euros, de los 20 millones en 2009.

"Los retrasos se están acumulando y las consecuencias para los pasajeros son muy, muy serias", dijo en una reunión informativa en marzo Natalie Kosciusko-Moriset, ministra de Transporte y Ecología.

Directivos de SNCF se negaron a divulgar un pronóstico de retrasos para el 2011, pero dijeron que la policía había registrado unos 50 hechos de robo de cobre por semana desde principios de año, el triple del índice de 2009.

El panorama no es más alentador en Gran Bretaña, donde National Rail predice que el robo de cobre causará retrasos por unos 500.000 minutos este año, además de los millones de libras esterlinas en daños.
 
En Italia, ladrones de cobre robaron una concurrida estación del centro de Roma en enero en un típico incidente, paralizando el tráfico por seis horas en las primeras horas de la mañana. El servicio a Fuimicino, el aeropuerto internacional de Roma, se retrasó una hora.

El año pasado tales incidentes causaron casi 45.000 minutos de retrasos por todo Italia, y en 2011 ya se han registrado 10.000 minutos de retrasos producto de los robos, según dijo el operador a Reuters.

Bélgica fue fuertemente golpeada con 48.000 minutos de retraso, a la vez que el portavoz de la firma ferroviaria estatal de España, Adif, admitió que el robo era un verdadero problema, pero no suministró información alguna.

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