Repentina renuncia del vocero de la Casa Blanca remece al gobierno de Trump

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Sean Spicer dimitió luego de seis meses de desencuentros y críticas del mandatario. Había tomado un rol secundario tras el nombramiento de un nuevo jefe de Comunicaciones.




Hace meses que se rumoreaba. Los desencuentros que había tenido el Presidente Donald Trump con su portavoz Sean Spicer eran evidentes. Según la prensa estadounidense, el mandatario veía en directo las intervenciones de su vocero frente a los periodistas y creía que no lo defendía con vehemencia. Una vez lo criticó por el traje gris que estaba usando ("¿no tiene traje oscuro?"), y en muchas ocasiones contradijo lo que Spicer había afirmado. Cuando el Presidente despidió al director del FBI James Comey, el portavoz dijo que era por la mala gestión en la investigación del caso de los correos electrónicos de Hillary Clinton. Pocos minutos después el mandatario desdijo a su vocero y aseguró que había despedido a Comey por "esa cosa rusa".

Desde el comienzo que Trump no lo habría querido en el cargo. No le gustaba su forma de hablar y llegó a decir que solo lo mantenía por sus "altos índices de audiencia". Pero el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Reince Priebus, habría insistido. Y Spicer aceptó. Hasta hoy viernes, cuando la Casa Blanca se vio sacudida por la repentina renuncia del vocero, quien duró seis meses en el cargo. "Ha sido un honor y privilegio servir a @POTUS @realDonaldTrump y a este increíble país. Seguiré en mi cargo hasta agosto", escribió Spicer en Twitter.

De acuerdo a The New York Times, su renuncia fue por el nombramiento de Anthony Scaramucci como nuevo jefe de Comunicaciones de la Casa Blanca. Ese puesto se encontraba vacante desde mayo, cuando Michael Dubke dimitió alegando motivos personales. Spicer había tomado el cargo de forma interina. "Agradezco a Sean por su trabajo: hace grandes jugadas", tuiteó este viernes Trump.

En un comienzo, Spicer hizo de la sesión informativa de la Casa Blanca casi un evento diario. Allí se veía al vocero combativo, resistiendo los embates de la prensa. Defendió al mandatario y a sus acciones oficiales, incluso el veto migratorio impulsado por el gobernante. Y al igual que el Presidente, estuvo envuelto en polémicas. Aseguró que el Presidente sirio Basher Assad era peor que Adolf Hitler ya que éste "no usó gas contra su misma gente", algo por lo que tuvo que pedir disculpas. Le dijo a un periodista de CNN "tienes cero inteligencia" y a una reportera de ABC le aconsejó que se comprara un diccionario. Poco a poco fue ganando fama. En las redes sociales lo llamaron el "vocero de los errores" y la actriz Melissa McCarthy fue aplaudida por su imitación del portavoz en Saturday Night Live. Algo que indignó a Trump.

Ante la ira y crítica del gobernante, Spicer comenzó de a poco a tomar un rol más secundario. Durante semanas no hubo rastros de él. Se alejó de las cámaras y fue reemplazado por Sarah Huckabee Sanders, la portavoz adjunta, quien ahora asumirá el rol oficialmente.

De acuerdo al Times, el vocero habría estado cansado de ser perseguido por Trump, en especial luego de que el Presidente cuestionara en una entrevista el nombramiento del fiscal general Jeff Sessions. También estaba desgastado por las reprimendas y por las constantes reuniones fuera del aire, "más para evitar las críticas del mandatario que para enfrentar a los periodistas", escribió el periódico. "Cualquiera que reemplace a Spicer heredará uno de los trabajos más difíciles en la historia política moderna. (…) Ha perdido mucho atractivo bajo un Presidente que tuitea sus opiniones y se considera a sí mismo su mejor portavoz", destacó el Times.

Pero la renuncia refleja la agitación que se vive en la Casa Blanca, que se ha visto inmersa en un caos interminable por la posible colusión de la campaña de Trump con los rusos. Además, también dimitió Mark Corallo, quien coordinó la comunicación externa del equipo legal de Trump frente a la crisis rusa.

Ahora, Anthony Scaramucci -que trabajó en Goldman Sachs, es amigo de Donald Jr. y muy fiel a Trump- tendría la responsabilidad de levantar la imagen de la Casa Blanca tras las múltiples controversias. Scaramucci se une así a la serie de ex banqueros que están en el gobierno, y su nombramiento fue respaldado por la hija del Presidente, Ivanka, y el marido de ésta, Jared Kushner.

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