Por un podio sin minifaldas

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Una medida revolucionaria en Australia sacó a las modelos de la entrega de medallas de su vuelta ciclista. Lo que busca la prohibición es dejar de construir estereotipos hacia la mujer, abriendo un debate que en Chile también tiene repercusiones.




María Francisca Valenzuela, presidenta del Observatorio Contra el Acoso Callejero (Ocac), tiene en claro que dentro de las diversas situaciones que fortalecen los modelos y cánones machistas en la sociedad chilena, el deporte es una de las más poderosas. Ser niñita, o jugar como mina, o que los hombres no lloran son parte de las descalificaciones más comunes que utilizan los hombres entre pares. Por eso se alegra cuando se entera de que en Australia, hace un par de semanas, se prohibió por orden del Ministro del Deporte, Leon Bignell, que bellas chicas entregaran las medallas y premios a los ganadores de la competencia ciclística del Tour Down Under y, en cambio, las sustituyera por jóvenes ciclistas.

"Estoy totalmente de acuerdo con la medida, porque precisamente ataca al modelo de la mujer objeto. No corresponde que se nos vea sólo como un elemento de decoración", dice la socióloga, que hace casi tres años se decidió a formar, junto a otra veintena de chicas, esta agrupación considerada talibanesca por muchos, pero que busca visibilizar las incómodas situaciones de acoso con las que miles de mujeres deben cargar día a día.

En Australia, el Ministro justificó su determinación basándose en la incoherencia que tendría no hacerlo. Porque por un lado, el Estado aporta dineros para pagar por mujeres guapas y, por otro, que con su presencia se refuercen modelos de belleza que perjudican a otras jóvenes. "El Gobierno está pagando por contratar chicas para la parrilla o el podio y al mismo tiempo estamos poniendo dinero en las áreas de salud mental para ayudar a las mujeres jóvenes que tienen problemas de imagen corporal", justificó en la prensa local tras la medida, abriendo un debate moral sobre hasta qué punto se considera o no objeto a la mujer.

"Lo que realmente queremos es inspirar a las niñas y a las mujeres jóvenes que vienen a las carreras de automóviles a ser pilotos de coches, mecánicas o ingenieras", argumentó la autoridad en su decisión, rompiendo con una tradición que se ha puesto en entredicho durante los últimos años. Por ejemplo, en el GP de Mónaco, el más emblemático de la Fórmula 1, las modelos del podio fueron reemplazadas desde hace tres años por hombres musculosos y atractivos. También, en el Mundial de Resistencia de autos, hace tres etapas se utilizó la alternativa de prescindir de modelos, por considerar su presencia como una postura machista.

En Chile, este debate aún está dormido. Si bien aquí el Gobierno entrega dineros para desarrollar distintos campeonatos deportivos, finalmente son las marcas auspiciadoras quienes contratan a promotoras para hacer publicidad con ellas.

En la industria chilena de eventos deportivos, en la mayoría de las ocasiones las promotoras están presentes. Y casi siempre son guapas; llevan trajes ceñidos, y poseen una figura ad hoc a los cánones de belleza normados socialmente, pero difícilmente practican o admiran el deporte al que le prestan servicios.

Matías del Solar, velerista olímpico y socio de Montenbaik Eventos, cree que en Chile se puede trabajar sin promotoras. "Es un valor agregado, pero en realidad no agrega mucho, porque no sé qué tan retribuidas se sientan las marcas de que una mujer bonita los represente", comenta.

En su productora, dedicada a eventos de ciclismo de montaña y velerismo, el ítem por promotoras no existe, pues se considera un gasto innecesario. Del Solar confiesa: "Nunca me lo había planteado de esa forma, que se viera a la mujer como objeto". En su caso, prefiere que sean los mismos deportistas o figuras ligadas al evento quienes premien a los ganadores, no una promotora: "Así se reconoce al deportista y a quien entrega la medalla, es mucho más simbólico".

La presencia de las modelos varía dependiendo de la importancia que tenga el evento en cuestión. Mientras mayor visibilidad posea, mayor cantidad y reconocimiento tendrán las chicas. Sus tarifas, dependiendo de las horas de trabajo y su relevancia, parten desde los 40 mil pesos por tres horas y pueden extenderse a más de 150 mil por jornada.

El Maratón de Santiago, por ejemplo, al ser el evento deportivo más masivo de Chile, cuenta con muchas promotoras. Francisco Riquelme, director de Prokart, los organizadores, explica cómo funciona el sistema en el caso de ellos: "Siempre hemos estado muy despegados del tema de las modelos. Por ejemplo, para el Maratón de Santiago, Adidas nos pide que las promotoras y promotores que estén en la meta o en el podio posean cuerpos tonificados y deportivos. En el fondo, lo que necesitan es que sirvan como imagen ideal para su marca. Evitamos a las modelos voluptuosas, porque ellas sí se alejan de estos cánones".

"Ver mujeres bellas motiva"

Fue en 2013, en la premiación de una de las etapas del Tour de Flandes, cuando el eslovaco Peter Sagan tuvo una idea nefasta. Fue segundo, escoltó al suizo Fabian Cancellara. En la premiación, dos promotoras le entregaron la tricota de la jornada al ganador y, al momento de tomarse las respectivas fotografías, Sagan, en un acto irracional, tocó el trasero de una de ellas mientras besaba en la mejilla a su rival. Se disculpó, pero la ola de críticas se lo llevó, evidenciando de la manera más cruda cómo son vistas las mujeres que participan en esta actividad.

Lorena Gálvez es una habitual modelo y promotora. Es kinesióloga y ex Miss Reef y no se siente una mujer objeto. "Trabajo hace nueve años con una marca de bicicletas de élite y el ambiente siempre ha sido familiar. Nunca me he sentido un objeto ni nunca me han faltado el respeto. La gente que participa en estos eventos va con su familia", explica.

También es animadora en discoteques y allí sí reconoce que cambia el escenario. "En la noche sí es complicado porque debo soportar a hombres ebrios o drogados, no se controlan", reconoce. Su trabajo consiste en entregar los distintos premios a los ganadores de las competencias y las actividades ligadas al tema. Por eso, si es o no vista como una mujer florero es materia de debate.

Francisca Valenzuela, del OCAC, asegura que sí lo es. "Sus labores van ligadas directamente a su imagen, no hay otra labor adicional, le pagan por eso", explica.

Pablo Demaria, productor del Climbing Tour y el Seven de Viña del Mar, rebate la postura de Valenzuela. "Es una polémica un poco absurda. Creo que las promotoras son una buena forma de destacar las marcas auspiciadoras", recalca, argumentando un detalle: "Siempre va a ser motivante ver mujeres bellas y elegantes. No por eso van a ser objetos".

La discusión sobre la presencia de promotoras toma fuerza. Para algunos parece exagerado, para otros una conversación necesaria. Australia dio el paso en una lucha que busca dejar la imagen a un lado, para dedicar ese espacio a quienes sí tienen que ver con el deporte. En Chile, por ahora, es difícil concebir un podio sin ellas luciendo una marca; en Australia las minifaldas comienzan a quedarse abajo.

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