¿Por qué no hay cinturón de seguridad en los trenes?

Las aviones y los carros tienen, pero los trenes no. ¿Por qué? La pregunta surge después de la tragedia en Santiago de Compostela, España.




Si los aviones y los automóviles los usan, ¿por qué en los trenes no hay cinturones de seguridad?

Después de la tragedia del descarrilamiento de un tren este miércoles en Santiago de Compostela, España, cabe preguntar por qué esta medida de seguridad aceptada en otros sistemas de trasporte no se usa en los trenes.

"La pregunta se ha hecho antes", le dice a BBC Mundo Sim Harris, director de Rail News, una publicación especializada de Reino Unido.

Y la respuesta, dice, fue que "resulta más peligroso usar cinturones de seguridad en trenes que no hacerlo".

Impiden movilidad

Diferentes estudios encontraron que el cinturón puede impedirles a los pasajeros pararse de sus sillas y salir del tren en caso de un accidente.

Según la organización independiente que investiga ese campo en Reino Unido, Rail Safety and Standards Board (RSSB), no hay ningún beneficio en usar cinturones en un tren, sean éstos de dos o tres puntos de fuerza o agarre.

La organización, que surgió de las investigaciones del accidente de tren de Ladbroke Grove en 1999 en el que murieron 31 personas, ha conducido varias investigaciones y todavía no ha encontrado justificación para dicha medida.

No obstante, la RSSB le dijo a BBC Mundo que siguen realizando pruebas para desarrollar tecnologías en busca de una mejor seguridad de los trenes.

Y, en sus estudios, encontraron que el uso de ventanas -por las que los pasajeros pueden salir- es hasta ahora la mejor forma para lidiar con situaciones de choque.

Harris está de acuerdo: "¿Qué pasa si hay un incendio, un escape de gas o filtraciones de diesel? Es mejor que la gente se pueda mover".

"Puedes reducir las muertes con cinturones, pero también puedes aumentarlas", observa.

No se adaptan

¿Por qué, entonces, los aviones y los automóviles sí tienen cinturón de seguridad?

Estudios en ambos casos han probado que los cinturones sí previenen muertes en esos vehículos.

En los aviones se usan para que los pasajeros se mantengan firmes en el despegue, el aterrizaje y durante momentos de turbulencias.

Sin embargo, Michael O'Leary, presidente de Raynair, una aerolínea de bajo costo, se ha hecho famoso por decir que "no sirven para nada".

Por su parte, el cinturón en el carro sirve para que el pasajero se quede quieto en caso de choque y no se pegue contra el tablero.

Aunque el cinturón se seguridad puede salvar algunas vidas en un tren, algo que los expertos sí creen posible, esta medida no se adapta bien al modus operandi de un tren.

Parte del problema, asegura Harris, es que en los trenes "resulta muy difícil verificar si cada persona tiene puesto el cinturón, porque hay mucho flujo de pasajeros".

Además, se debe tener en cuenta que el tren es un vehículo que permite a los pasajeros ir de pie, así que "los cinturones solo salvarían a algunos afortunados".

Y si no dejan a gente ir de pie, opina Harris, "aquellos que se quedaron en la plataforma probablemente terminarán en las carreteras, donde la probabilidad de un accidente es mucho más alta".

Falta de costumbre

Por otro lado, los trenes nunca han instalado cinturones, por lo que los usuarios no están acostumbrados a ellos y, como probaron estudios, no están dispuestos a usarlos.

En 1999, la autoridad de trenes de Finlandia instaló 271 cinturones de seguridad en tres de sus carruajes.

Durante el año que duró el estudio, el 26% de las personas en los carruajes que no había cinturones dijo que los usarían.

Sin embargo, solo el 1,1% de los pasajeros en los asientos con cinturón se lo pusieron.

Desde entonces, Finlandia dejó de insistir. "La gente", dijo el representante de la compañía de trenes en su momento, "no quiere usar los cinturones".

Queda la pregunta de si cinturones de seguridad en el tren de Santiago de Compostela habrían prevenido muertes.

"Probablemente no", opina Harris. "Aunque puedes especular y decir que sí. Tiene que ser posible que hubieran podido salvar vidas. Pero no sabemos cómo murió la gente".

Y concluye: "Es demasiado ambiguo pensar qué habría pasado en Santiago de Compostela si hubiese cinturones de seguridad en el tren".

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