Polonia, de precursor de la caída del comunismo a "milagro económico"

Las transformaciones permiten hablar de "quizás los mejores 20 años en el último milenio de historia" polaca, según el Banco Mundial.




Fue el 4 de junio de 1989 cuando Polonia celebró sus primeras elecciones parcialmente libres tras 40 años de comunismo. Era la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que la sociedad polaca tenía la oportunidad de decidir su propio destino. Ese hito fue el primer paso en la transición democrática del país, que supuso la caída pacífica del sistema comunista, primero en Polonia, y luego en otros países del bloque soviético. A 25 años del inicio de la democracia de la mano del sindicato independiente Solidaridad y de su líder, Lech Walesa, la libertad política conseguida ha conllevado profundas transformaciones que hoy permiten hablar de "milagro económico" y de "probablemente los mejores 20 años en el último milenio de historia" polaca, según un reciente informe del Banco Mundial.

Aquellos comicios clave fueron posibles gracias a los llamados Acuerdos de la Mesa Redonda entre las autoridades comunistas y los opositores de Solidaridad, sindicato que en aquella época sumaba cerca de 10 millones de miembros, casi una tercera parte de la población polaca. Elecciones que también supusieron un punto de inflexión. De ellas no sólo "surgió el primer gobierno de la transición democrática", como apunta la doctora en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Izabela Barlinska, sino también "Polonia entró en un período de la transición del totalitarismo a la democracia liberal y al capitalismo", agrega la académica polaca.

Una década después de esas elecciones, Polonia entró en la OTAN y en 2004 pasó a ser miembro de la Unión Europea (UE). En 2005, el último jefe de Estado comunista de ese país, el general Wojciech Jaruzelski, explicó a la agencia France Presse que estaba orgulloso de haber facilitado el paso del totalitarismo a la democracia en su país. "Aunque suene paradójico que esto suene en mi boca, estoy contento de ver a Polonia dentro de la OTAN, eso garantiza nuestra seguridad, y dentro de la Unión Europea, que es una gran oportunidad de desarrollo", afirmó el militar que falleció este año sin que nunca se le haya podido juzgar por delitos cometidos durante su gobierno.

A pesar de las desigualdades sociales y empujado por la llegada de fondos estructurales de la UE, este último cuarto de siglo el Producto Interior Bruto (PIB) de Polonia se ha triplicado, hasta situar este país entre las 10 economías más importantes del bloque, aunque todavía se mantiene un 40% por debajo de la media de los países más prósperos de Europa Occidental. Desde 1992 registra un aumento anual medio del PIB del 4,1%. Y desde 2003, al inicio de la crisis, lo ha hecho al 3%. De hecho, es la única nación en Europa que no vivió algún tipo de recesión tras la crisis financiera mundial de 2008. Por eso, en estos momentos el país se ha convertido en una referencia de la economía de mercado, al contrario de lo que ha ocurrido en la zona euro.

"Hace 10 años, los polacos tenían una renta inferior al 50% de la media europea, hoy se acercan al 70%. Polonia tenía un déficit comercial con el resto de la UE del 2% del PIB y temía verse inundada por productos alemanes, franceses o británicos. Hoy tiene un superávit respecto a sus socios del 6% del PIB. En una década, ha crecido un 48,7%. La media del resto de países que se incorporaron a la Unión en 2004 es 27%", explicó al diario español El Mundo Wojciech Golecki, economista polaco residente en España.

Aunque la revista Businessweek ha celebrado a Polonia como "la economía más dinámica de Europa" y la revista alemana Der Spiegel ha hablado de "el milagro de la puerta de al lado", el propio Walesa, ex presidente del país y Premio Nobel de la paz, lanzó un toque de atención sobre este desarrollo económico: "Como ex presidente del país estoy orgulloso de lo que hemos conseguido, aunque no podemos olvidarnos de muchas áreas sociales que requieren más cambios y reformas. Hay mucho por hacer, pero nosotros mismos decidimos nuestro propio destino. ¡Esta es nuestra gran victoria!".

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