Osvaldo Rosales: "El pueblo de centroizquierda siente que solo por errores nuestros la derecha podría volver al gobierno"

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Jefe programático de Guillier aborda el escenario para la segunda vuelta. Además, dice que "a nosotros el crecimiento nos importa, y mucho".




"No debiera ser particularmente complejo concordar en unas 10 o 20 medidas que sean la base sobre la cual se converja y que permita establecer una base parlamentaria de apoyo al nuevo gobierno". El diagnóstico de Osvaldo Rosales -jefe programático del abanderado Alejandro Guillier- sobre los puntos de coincidencia con otras candidaturas de centroizquierda es claro.

Así, dice que ese trabajo se puede profundizar en mayor detalle para apostar a una unión de fuerzas en un balotaje. "Ese es el trabajo que viene entre primera y segunda vuelta", sostiene.

Guillier ha destacado el legado de la Presidenta Bachelet y se ha mostrado como un continuador, aunque con perfeccionamientos. ¿Usted, como jefe programático y encargado de lo que se va a hacer en un eventual gobierno de Guillier, se siente cómodo con eso?

Crecientemente, una gran mayoría del país se siente cómoda con esa figura. Si uno examina, sin prejuicios, los números, con exclusión del tema del crecimiento, todos los demás indicadores muestran que este gobierno ha sido tremendamente superior al anterior: en energía, infraestructura, vivienda, seguridad. Los peaks de delincuencia se consiguieron en 2011 y 2012, en el gobierno de Piñera, de manera que me siento cómodo. La Presidenta Bachelet va a pasar a la historia como una persona que permitió que los chilenos votaran en el exterior, que puso fin al binominal, que estableció espacios de mayor autonomía para la mujer con la despenalización del aborto en tres causales y que, además, dio un paso sustantivo en la gratuidad de la educación y abrió la puerta para que la educación pública recupere su espacio social y ciudadano a través de la desmunicipalización. Es un balance notable.

Pero se ven ciertas discordancias entre Guillier y lo que ha hecho Bachelet. Usted dijo en abril que "el progresismo ha aprendido la lección" y que "el tránsito será gradual y en la medida de los recursos". Ese esquema no es coincidente con cómo Bachelet implementó su plan de reformas, al menos en los primeros dos años...

Al contrario: planteó la necesidad de una reforma tributaria para poder financiar todos estos temas.

Sectores DC y de otros partidos hicieron ver que los cambios no fueron graduales y que las reformas iban muy rápido...

Que vaya rápido o lento habría que preguntarle a Einstein.

Es relativo, dice usted…

Sí. Aquellos que no quieren cambios lo encontraban muy rápido.

Usted ha enfatizado el crecimiento económico, algo que también hace Sebastián Piñera, mientras que Bachelet, si bien destaca eso, recalca mayormente el cuidado del medioambiente...

A estas alturas, casi concluyendo la segunda década del siglo XXI, establecer un debate entre crecimiento y medioambiente es algo totalmente fuera del carril histórico… De aquí en adelante o se crece con respeto al medioambiente o estamos generando condiciones de ingobernabilidad, no solo políticas sino que también económicas. Ahora, yo quiero ser bien preciso: a nosotros, a la centroizquierda, el crecimiento nos importa, y mucho. Y tenemos un programa macizo de crecimiento. Quisiera expresar con claridad que la desaceleración que ha vivido la economía chilena partió el 2013, porque el último trimestre de 2013 el crecimiento fue 2,7, y el primer trimestre de 2014, antes que asumiera la Presidenta Bachelet, fue de 2,5 o 2,6. Qué quiero decir con esto: que el ciclo negativo en el precio del cobre empezó en 2012, y en 2013 pegó el efecto. Pero hay un dato crucial. Sobre los ingresos del cobre que van al gobierno central, en promedio del 2010-2013 hubo 3,4 puntos del PIB. El promedio 2014-2017 fue un punto del PIB. O sea, si este gobierno hubiera tenido el mismo precio del cobre que el gobierno anterior, el déficit fiscal en vez de ser tres puntos del PIB, habría sido un punto, y no nos habrían rebajado la calificación de riesgo, con reforma laboral, con reforma tributaria, con lo que ustedes quieran.

Queda un mes y medio para la elección. ¿Hay tiempo para generar un apoyo recíproco en la centroizquierda, incluyendo al Frente Amplio, pensando en la segunda vuelta?

El gran pueblo de la centroizquierda va a estar detrás de la candidatura que pase a segunda vuelta. Si eso se expresa formalmente o no con las instancias partidarias que están detrás de las candidaturas, no tengo idea, pero el trabajo que las comisiones programáticas tenemos que hacer es buscar las convergencias, porque eso va a asegurar que esa convergencia se dé en torno a ideas y a una propuesta de gobierno. No se trata de estar de acuerdo cien por ciento entre todos los programas, porque eso no va a ser posible, pero se puede encontrar una masa crítica de un porcentaje sustantivo de convergencia.

Ya se ha estado conversando, supuestamente…

Siempre hay interacción. Yo he participado en muchos paneles, y ciertamente listé las convergencias en descentralización, apoyo a las pymes, nueva Constitución, diversificación productiva, elevar el gasto en I + D, reforzar la salud primaria con carácter preventivo. Es tal la convergencia que no debiera ser particularmente complejo concordar en unas 10 o 20 medidas que sean la base sobre la cual se converja y que permita establecer una base parlamentaria de apoyo al nuevo gobierno.

¿Eso es incluyendo toda la centroizquierda y el Frente Amplio?

Ciertamente, pero estoy pensando en la gente que vota por esas candidaturas. Nadie puede asegurar que los partidos e instancias políticas que están detrás se puedan sumar. Ojalá se sumen. Hay un sentimiento en el pueblo de centroizquierda de que ese pueblo es mayoritario en Chile y que solo por errores nuestros, errores de la centroizquierda, la derecha podría volver al gobierno.

¿Y están dispuestos a ceder ante la DC, por ejemplo, para lograr esos puntos de convergencia?

Cuando uno habla de convergencias es sobre los puntos que nos permiten los puentes de contacto. Eso es lo que hay que privilegiar. Las diferencias dejémoslo para más adelante. Lo importante es detectar que la masa crítica de convergencia existe. Y es posible profundizarla con un detalle mayor en las propuestas. Yo creo que ese es el trabajo que viene entre primera y segunda vuelta.

¿Qué espera de los ex presidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei?

Quién soy yo para indicarle al presidente Lagos lo que debería hacer.

Pero un gesto de él sería un aporte…

Obvio que sí.

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