Osvaldo Andrade: "Nadie puede sentirse víctima, todos somos agresores"

El diputado aborda su auto designado rol de mediador en el conflicto que enfrenta la Nueva Mayoría. "Todos debemos hacernos una severa autocrítica", dice.




"No, no necesito un casco azul". Osvaldo Andrade se toma con algo de humor el momento que vive la Nueva Mayoría a raíz de la seguidilla de ataques entre miembros del bloque y que ha tenido como protagonistas estelares a parlamentarios del PC, el PS -su partido- y la Democracia Cristiana.

El diputado dice no requerir el típico implemento de los enviados de paz de la ONU, porque para él, por el momento, los cruces verbales en el sector no dan para crisis. Sí para un inconveniente.

Usted habló de poner fin a esta "pugna inconducente", más allá de la profundidad que puede tener esa pugna, a su juicio, ¿por qué ocurre?

Aquí, todos hemos cometido errores. El trabajo pre legislativo podría haber sido mejor, porque todo esto surge principalmente por la reforma en educación. Quedaron cabos sueltos porque el apoyo a las indicaciones del Ejecutivo fue nítido, sin embargo se fue poco claro en aquellas indicaciones que no provenían del Ejecutivo y se optó por la libertad de acción. Eso fue un error, porque se generó un clima en que se operó más bien desde el estómago que desde la racionalidad. Fue un error grave no haber aprobado la indicación respecto a los arriendos.

La Moneda pidió que esa indicación fuera respaldada por toda la Nueva Mayoría.

La Moneda pidió que respaldáramos todas las indicaciones del gobierno y esa es una de ellas, y eso se cumplió. Lo que sucede es que, a propósito de la indicación de penalizar el lucro, que no era del gobierno y donde había libertad de acción, y que no se aprobó, se generó un clima inadecuado, que se genera ahí, al calor de la contienda. Pero como se preveía esta situación, no debió darse libertad de acción, La Moneda debió haber dicho: 'Esta indicación nos gusta, esta no'. El Ejecutivo tiene el perfecto derecho de pedirle a su coalición un determinado comportamiento ante sus proyectos.

¿Y eso de quién es responsabilidad?

De todos, porque los partidos de la Nueva Mayoría debimos haber requerido un planteamiento más preciso, más definitivo, más categórico. Entonces hubo un error general compartido que ha provocado que con una reforma que fue aprobada en el 98% de su articulado con mayoría sustantiva, terminemos con una sensación de derrota por dos indicaciones que ni siquiera eran del Ejecutivo.

Los parlamentarios que votaron a favor de penalizar el lucro han planteado que esa indicación sí tenía el apoyo del gobierno ¿Eso fue así?

No soy parte de la comisión de Educación, pero la información que se recibió de quienes sí están ahí es que efectivamente hubo señales de respaldo, por eso es que incluso hubo gente del ministerio (de Educación) que se hizo parte en su formulación. Ahora, yo digo que puede ser que estás indicaciones hayan generado todo este clima, o hay un tema más de fondo, eso hay que pesquisarlo con mayor fineza.

Parece que precisamente ese es el punto, que esto va más allá de un par de votaciones, que hay algo de fondo.

Es probable que haya niveles de controversia que hay que tratar de mejor manera y que hemos soslayado. De eso hay que ocuparse.

¿Tiene alguna idea de qué sería?

Tengo algunas ideas que están en verde, en consecuencia no atrevo a transformarlas en una elucubración más sustantiva. Pero hay un tema con los ritmos que generan dificultades y hay un tema de profundidad de las reformas que generan tensiones y que en una coalición diversa se transforman en un debate político complejo.

¿Fue un error plantear tantas reformas al mismo tiempo?

No, pero si alguien pensaba que enfrentar un proceso de reformas estructurales iba a ser un mar calmo, está viviendo en un país que no existe, eso no es ni de Bilz y Pap. En la reforma educacional hay intereses que se tocan y esos intereses están diseminados, no están concentrados en un solo sector. En consecuencia, el talento de la política y en eso hemos fallado, no hemos tenido la capacidad de adecuar con sutileza el conjunto de intereses que esta reforma iba a tocar y hacer una pesquisa más precisa de aquello y darle un tratamiento más particular a esos intereses. Está la Iglesia, están los subvencionados, están los apoderados y están los mundos que aprietan en la otra dirección: los estudiantes, los profesores. O sea acá hay que articular demasiados intereses.

Puede ser que tengan razón los que ven a la Nueva Mayoría sólo como un pacto electoral.

La Nueva Mayoría es un pacto programático y yo reclamo de aquellos que han enfatizado eso que sean coherentes con ese énfasis. Si es el programa lo que nos une, el respeto irrestricto al programa debiera ser el factor de unidad, es decir, todo lo que se aparta del programa, se aparta de esa definición.

En la DC apuntan precisamente a eso, ellos fueron el único partido en que todos sus diputados votaron a favor de todas las indicaciones del gobierno, por ende, los únicos que se cuadraron con el programa.

Ahí la DC tiene un punto, no tengo ninguna duda, pero le quiero recordar que en la reforma tributaria, en uno de los puntos del acuerdo, la repatriación de capitales, la DC votó en contra. En esto hay experiencias de todo tipo. No quiero hacer de eso un caso, pero sólo digo que he visto muchas veces a diputados votando en contra de iniciativas del gobierno. No creo que nadie esté en condiciones de apuntar con el dedo, porque nadie puede sentirse víctima, todos somos agresores, no es una disputa entre víctimas y victimarios.

¿Pero no le dan razón a la DC de sentirse como víctima si hasta el PS, que es el partido aliado desde los 90, la ha atacado?

No tengo ninguna duda y por eso digo que es un problema de todos. Las frases desafortunadas han surgido de muchas partes. La frase de que la DC es una piedra en el zapato surgió de la propia DC ¿Y entonces? Lo que quiero transmitir es que el enfoque para la solución de estos problemas debe partir de que todos debemos hacernos una severa autocrítica, todos hemos contribuido a la configuración de este clima. Claro, no podemos hablar de crisis, pero tampoco podemos minimizar el problema.

¿Cuánto influyen en esto los perfilamientos internos de cada partido pensando en 2017?

No creo que lo interno de los partidos influya. Esto que dicen que va a haber elecciones en el PS, en la DC. No es tan relevante la contienda interna. Lo que sí hay son ciertas incertidumbres de futuro y eso valdría la pena conversarlo, aunque decimos que es prematuro, porque todos decimos que el tema presidencial es inoportuno, impertinente, pero está instalado. Los porfiados hechos se impusieron. Si eso genera incertidumbre, conversemos de eso, yo no tengo problemas y en consecuencia hablemos de todo el proceso, y si hay voluntad para que culminemos en una primaria de la Nueva Mayoría, perfecto. Ahora, si en el perfilamiento de esas opciones se tienen que generar ciertas identidades, también estoy abierto a conversarlo, porque este es un acuerdo entre el centro y la izquierda, no un acuerdo de centroizquierda, por lo que hay que darle la posibilidad al centro que desarrolle su tarea.

Pero parece que usted es el único que piensa así, porque, por ejemplo, en educación la DC ha tratado de hacer su tarea y ha sido precisamente lo que le han criticado desde el ala de izquierda de la Nueva Mayoría.

Como probablemente en educación la izquierda tiene una mirada que genera rechazo en la DC, pero de eso se tratan las coaliciones.

Decía que no se puede hablar de crisis, pero que tampoco hay que minimizar el problema, en esa lógica, ¿qué está haciendo la DC al auto convocar de manera extraordinaria a su consejo nacional?

Ahí me hace un problema, porque yo tengo una opinión al respecto, pero cuando uno se auto asigna y a lo mejor uno abusa, lo que no debe hacer de modo alguno es incorporarse a la vorágine de las declaraciones que puedan acentuar esas cosas.

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