Merkel inicia semana clave para reeditar gran coalición con SPD

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Angela Merkel y Martin Schulz en su reunión de ayer, en Berlín.

La canciller alemana y el líder de los socialdemócratas sostuvieron ayer su primera reunión de "sondeo".




A pesar de haber ganado las elecciones generales de Alemania en septiembre, existían dudas de cómo Angela Merkel gobernaría por primera vez en solitario durante su cuarto período, en especial después de la llegada de la extrema derecha al Parlamento. Por ello, la canciller alemana tuvo que iniciar negociaciones con el Partido Socialdemócrata (SPD) para solicitar apoyo y unir fuerzas, con la esperanza de reeditar la "gran coalición" con la que gobernó en la pasada legislatura y con esto poner fin a los rumores de nuevos comicios.

Llamadas y encuentros previos definieron lo que fue la primera reunión de "sondeo" sostenida ayer entre la líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su par del SPD, Martin Schulz, en un esfuerzo por iniciar las conversaciones que durarían alrededor de una semana con los socialdemócratas para decidir si pueden volver a gobernar juntos.

Si las negociaciones fracasan podría significar el fin de la era Merkel, según los analistas. Por ello la importancia de un buen resultado. La canciller aseguró ayer que su partido y el SPD iban a trabajar intensamente esta semana. "Llego a unas conversaciones que se abren con optimismo, aunque sea consciente del enorme trabajo que nos espera", dijo. "Creo que podemos conseguirlo", agregó sobre la posibilidad de poder formar un gobierno. "Un nuevo gobierno deberá reformar Alemania y llevarla a la altura del tiempo en el que vivimos", declaró por su parte Schulz.

"Debemos ponernos de acuerdo", declaró asimismo Horst Seehofer, presidente del partido conservador bávaro Unión Social Cristiana (CSU), aliado de Merkel.

La formación de la "gran coalición" marchará a tiempos acelerados. Merkel y Schulz coincidieron en un plazo aproximado de "cinco días" para saber si el acuerdo resultará o no viable. El paso siguiente serán las consultas oficiales. Schulz deberá convencer a su partido esta semana si quiere iniciar las negociaciones formales. Los militantes del SPD tendrán la última palabra durante un congreso extraordinario el 21 de enero.

Con todo, las consultas se auguran difíciles, especialmente por las divergencias entre la CSU, más a la derecha que la CDU de Merkel, y el SPD en lo que respecta a la política migratoria o a Europa.

La CSU enfrenta una elección en su bastión regional en otoño (boreal) y se arriesga a perder su mayoría frente al avance de la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD). Sus dirigentes han pedido reiteradamente que se endurezca la política de acogida de solicitantes de asilo. En cambio, el SPD desea que se flexibilice la política para los migrantes, en particular sobre el reagrupamiento familiar.

Si las negociaciones fallan o si los militantes del SPD no dan su conformidad, a Merkel solo le quedaría la opción de un gobierno en minoría, con una débil capacidad de supervivencia. O convocar nuevas elecciones, de las que solo se beneficiaría la extrema derecha, según France Presse.

Las legislativas se realizaron el 24 de septiembre y el primer intento fue conformar una coalición entre la CDU, los Liberales y los Verdes, pero el paso atrás de Christian Lindner, presidente del Partido Democrático Liberal, dinamitó el hipotético acuerdo.

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