Cuando supo del llamado a intervenir la Torre Entel, Valeria Merino (42) estaba sin trabajo. Participaba en todos los concursos de los que se enteraba, sobre todo los que consistían en intervenir espacios públicos. Fue así como ingresó a ver la convocatoria del Hecho en Casa Fest, y aunque al leerla notó que no era fácil, decidió participar. Había que intervenir una torre de 127 metros de altura y al mismo tiempo tener en cuenta el viento, la necesidad de andamios y la imposibilidad de perforar el edificio. Tenía que pensar un proyecto viable y que la dejara conforme.

Pasó por tres ideas. Todas incluían flora y fauna. Sin embargo, no fue hasta el último día de la convocatoria que ideó el proyecto que la  llevaría a ganar el concurso y que desde el hoy puede ser visto desde casi todo Santiago: Mariposas Chilensis.

Cinco mariposas y una oruga. Cada mariposa mide alrededor de 12 metros de largo y están hechas de fierro y tela. Valeria Merino quería contrastar la delicadeza de la naturaleza y especies endémicas con el concreto y lo hostil de la ciudad. Quería que las mariposas se posaran en la Torre Entel como si esta fuera un árbol en un bosque de cemento. "Hay una presencia del ser vivo en mi obra. Ya venía con lo de los bichos, los contrastes y las mariposas como hace un año, cuando empecé a hacer mariposas en hartas partes. De hecho, tengo un mosaico en la Torres de San Borja donde ya aparece esta especie, la Vanessa Carye. Es latinoamericana y la que más encontramos en Santiago. Ahora que llegó la primavera está apareciendo por todos lados", cuenta Merino.

Esto conquistó también al jurado y a la organización del festival. "Nos gustó la creatividad y cómo reflejó el tema de la naturaleza contrarrestándolo con este bloque de cemento que, además, calzaba con la llegada de la primavera. Al ser una intervención transversal que puede ser entendida por todos y que refleja la identidad chilena con una mariposa, su discurso se unía a la línea editorial", comenta Payo Sochting, director artístico de Hecho en Casa Fest.

La intervención de la artista chilena es una de las cinco que completan la oferta artística. Además, se podrá ver el Pato de Hule amarillo de 20 metros de alto y 17 de ancho del holandés Florentijn Hofman. El pato amanecerá en la laguna del parque Quinta Normal hasta el 1 de octubre, cuando será trasladado a Valparaíso.

En el Paseo Bulnes, los australianos The Glue Society presentarán una intervención diseñada especialmente: Tendedero, un cordel de 50 metros del cual colgará ropa mojada de 5 metros de ancho por 8 metros de alto.

En la fachada del Museo de Arte Contemporáneo, el grupo inglés Sand in Your Eye instalará la obra Nosotros, una escultura que será construida durante el festival con 120 toneladas de arena, en la cual modelarán rostros representativos de los pueblos originarios e inmigrantes. Por último, la quinta intervención estará a cargo del artista antofagastino Luis Núñez, quién pintará Mural Patrimonial en la calle Rosal. Es un mural hiperrealista de 300 metros cuadrados, ambientado en el año 1900.

De las cinco obras, la única que participa por concurso es la de Valeria Merino. Las demás fueron curadas por la organización del festival. "Este festival es como para artistas que invitan, con trayectorias consagradas y sólidas. Claro, yo tengo una trayectoria pero no estaba todavía a ese nivel, entonces ganar este concurso me pone ahí. Por eso, el poder apoderarme algunos días de la postal más duradera de Santiago es magnífico. Esta es una tremenda oportunidad para mí", dice Merino sobre la instalación que hasta el 8 de octubre podrá ser vista desde gran parte de la ciudad.